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¿Por qué Luka Doncic ve más Euroliga que NBA?, por Piti Hurtado

¿Por qué Luka Doncic ve más Euroliga que NBA?, por Piti Hurtado

Piti Hurtado analiza las palabras de Luka Doncic, en una rueda de prensa en la que, con su habitual media sonrisa, ha admitido que ve más partidos de Euroliga que de NBA

¿Por qué Luka Doncic ve más Euroliga que NBA? No lo sé exactamente, pero me quiero imaginar unas cuantas razones que puedan ser importantes para que haya dicho esta frase el jugador de Dallas Mavericks. Eso sí, amigos del maniqueísmo, podéis dejar de leer este texto ya si lo que buscáis es una condena y crucifixión del juego en la NBA, porque ni Doncic ha opinado en contra de su competición y desde luego a mí me gusta la NBA. Pero me pongo en sus gustos audiovisuales y creo que ve más Euroliga que NBA…

Por recuerdo satisfactorio, en Euroliga jugaba el 65% del partido (su última temporada) y en NBA juega el 70% de cada partido. En el Real Madrid sabía, por jerarquía, que si se equivocaba se lo iban a hacer saber, sus mayores en vestuario o Pablo Laso en tiempo muerto. Le pedían que defendiera, también. Todo ese esfuerzo de concentración le dio el fruto de ganar la Euroliga junior con 15 años (tres años antes de su generación) y la Euroliga con 19 años siendo MVP de la Competición y de la F4. El mayor título colectivo que se puede ganar en Europa a nivel de Club. El premio de MVP de la NBA no le va a tardar, hasta entonces es lógico que guarde esos recuerdos europeos como una fuente de satisfacción, como todo lo que cuesta tanto conseguir.

Por horario, cuando se juega la Euroliga es la hora de comer para Doncic (más o menos). Cuando se juega la NBA, Doncic no la ve, la juega normalmente, la domina desde el punto de vista individual. Pero cuando puede ve buenos partidos que estén emitiendo en cadenas nacionales. Se los encuentra. La Euroliga la busca.

Por edad, la NBA como prioridad en gustos suele ocupar la infancia desde que te acercas al baloncesto y empiezas a maravillarte con los dibujos animados que parecen tantos movimientos increíbles de los mejores jugadores históricos con Michael Jordan a la cabeza. La adolescencia suele transcurrir en esa línea, tratar de copiar tiros imposibles, mates en mini y trucos de bote. Hoy en día alargas la pubertad hasta donde te parece, pero lo normal es que metidos en tus veintipico empiezas a sentir también (no necesariamente excluyente) el encanto del juego colectivo, de la capacidad de sentir baloncesto al modo FIBA. No solo jugando (Doncic de adolescente ha sido campeón de Eurobasket y de Euroliga), sino viendo a los demás jugar. Pasar la bola correctamente para mejorar la ventaja, aunque eso no de rédito automático en tu tarjeta estadística. Cuantificarnos hacia la victoria tiene mucha valía. A veces más que cuantificarme hacia la gloria individual.

Por amistad, a los 13 años tuvo que aprender español en 3 meses para poder tener amigos (más allá de los que se reunían en los entrenamientos alrededor de una pelota). Llull, Rudy, Chacho, Causeur, Randolph, Prepelic, Musa, Mike Tobey, Campazzo son antiguos compañeros o amigos de Doncic que juegan la competición. Te gusta ver cómo lo hacen, grandes jugadores y grandes amigos.

La Euroliga tiene 4 equipos españoles jugando. Es el país donde más se vive esta competición y Madrid es la ciudad dónde más se ha ganado históricamente. Tú eres de donde pasaste la infancia y la adolescencia, de esos olores y sabores. Y también colores.

Por colores, el blanco que le vistió y le arropó desde su llegada desde el verde de las escuelas del Olimpija Ljubljana. No solo ve Euroliga, sino también los grandes partidos del Real Madrid en la Champions o en La Liga de fútbol.

Por la pasión, porque cada partido cuenta. A Doncic entre las pocas cosas que se le pueden corregir es que protesta en ocasione demasiado. Para él es una forma de vivir su deporte, lo vivencial tiene que ver con estar muy contento o estar muy intenso. La Euroliga es así y así lo sintió en tantas canchas míticas donde nació para la alta competencia: Zalgirio Arena, La Mano de Elías, el humo del OAKA, La Paz y la Amistad (el mayor oxímoron), la cúpula reverberante del Palau Blaugrana y los turcos en sus distintas variantes. Imaginen la mirada maravillada de Doncic en el banquillo (por poco tiempo) mirando a esas gradas y escuchando esos ruidos. Imposible que no te marque para siempre.

Por lo yugoeslavo, las repúblicas ya repartidas pero tantas sobremesas escuchando las historias de los tiempos de gloria: Sasha Djordevic y su carisma, Petrovic y su hermano toreando al personal, Toni Kukoc dominando las F4, Cosic reboteando, corriendo, pasando, anotando…Y actualmente tenemos Belgrado con el Partizan de Zeljko y Estrella Roja de Dusko y los argentinos… ¿Cómo no va querer ver Euroliga? Lo raro es que a alguien que le guste el deporte y no la vea.

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