Lo ha conseguido al anotar un triple a falta de 4:50 para que acabara el segundo cuarto del partido que los Lakers (28-29) ganaron a los Mavs (25-30) en Dallas por 99 a 103. Un tiro de Kobe, haciendo volar a Carter con tres fintas sin mover los pies del suelo, cerraba un partido para la historia; por ese récord y también por el vibrante pulso que le echó el alemán Nowitzki… y que perdió, como los Mavs el partido, por muy poco.
Kobe festejó su gran día metiendo 38 puntos (13 de 21, 4 de 5 en triples), cogiendo 12 rebotes y dando 7 asistencias. Iluminado es la palabra que puede definir su estado. Ante él, y miren que Nowitzki lo hizo de cine (30 puntos y 13 rebotes) todo palideció esta noche mágica para un hombre empeñado en derribar barreras. Y tiene entre ceja y ceja el anillo, el sexto, el que le igualaría a Jordan. No lo descarta este año. Él mismo lo dijo. Esta victoria acerca a él y a su equipo un poco más a los playoffs. Y esos 31.000 le dan alas. Puede volar hasta donde quiera.