El balance fuera de casa puede parecer hasta mediocre (4-4). Otra cosa es en el Quickens Loans Arena. Los Cleveland Cavaliers vencieron por 90-88 a los Brooklyn Nets, refrendando su condición de mejor de equipo de la liga en casa, donde aún no conocen la derrota. Nueve son las victorias del conjunto de David Blatt en su pabellón. Por su parte, Brooklyn cosechó su segunda derrota consecutiva, y la décima en once partidos lejos de su pabellón.
Lo hicieron gracias a su ‘rey’. LeBron James volvió a ganar un partido en el último segundo. Y no se sabe cuántos van ya. Faltaban algo más de 10 segundos para el final del partido. El balón le llegó a sus manos. Penetró sobre su mano derecha, y ante la oposición de Brook López, levantó el balón a una pierna al estilo Juan Carlos Navarro y su ‘bomba’. Faltaba un segundo. El resultado, el esperado. Canasta y victoria local.
Lo hicieron en un partido igualado que empezó con dominio visitante. Los Nets necesitaban de una victoria de moral que les haga salir de la complicada situación que atraviesan, con tres victorias en 16 partidos disputados. A punto estuvieron de hacerlo. Apoyados en los 22 puntos y nueve rebotes de Brook López, aguantaron hasta el último segundo. Pero no culminaron la gesta.
«Les dije lo que yo tenía que decir, los chicos respondieron y nos dieron una victoria», destacó James tras la derrota. Podía perfectamente referirse a Kevin Love. El ala-pívot atraviesa un buen momento de juego. Fue el máximo anotador del choque junto al ‘23’ de Cleveland. Anotó 26 puntos con un magnífico 6/11 desde la línea de tres puntos. Fue el perfecto escudero de Lebron, que finalizó lo iniciado. Cleveland sigue imbatido en casa.
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