Tras 8 años vistiendo la camiseta de los Bulls, el equipo de su ciudad, Derrick Rose ha protagonizado el primer gran traspaso del verano NBA. Y en su presentación como nuevo jugador de los Knicks, se ha acordado de su ex equipo. «No sé por qué me han traspasado pero les digo ‘gracias», suelta Rose. «De verdad», añade como respuesta a la carcajada de los asistentes.
«Gracias por darme otro inicio», argumenta el nuevo base de los Knicks. «Estoy agradecido por estar donde estoy. Podría estar en cualquier sitio. No voy a decir que todos los otros equipos son malos sitios pero estar en este mercado, esta ciudad, con su legado, su historia de baloncesto… Estoy agradecido. Agradecido de estar aquí. Siento que me van a apreciar un poco más».
De esta manera, ahonda en la idea que ya apuntaba en su carta de despedida: ‘Entiendo que esto es un negocio y los Bulls tienes sus planes, sus ideas sobre qué dirección debe tomar el equipo, pero voy a usar esto como una motivación. He estado con ellos 8 años y me han dejado marchar. No hay rencor. Intentan hacer lo que es mejor para el equipo y lo entiendo. Pero no haré algo más si lo uso como motivación’.
Rose tiene grandes planes en Nueva York: «Algo especial va a pasar». Y pese a tener sólo un año más de contrato, deja claras sus intenciones: «Espero jugar el resto de mi carrera aquí».
Además, le gustaría tener a su lado a Joakim Noah, compañero en los Bulls y agente libre este verano: «Le quiero. Sabe que quiero jugar con él». ¿Habrá reencuentro en la Gran Manzana?
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