A diferencia de lo que ocurría en Milán, en el anterior Global Games de los Celtics en Europa, el Real Madrid salía mandando a la pista (4-0). David Lee y los bases de Boston, Smart y Bradley, lanzaban el choque hasta el 7-13. Los blancos reaccionaban de mano de sus interiores. Una canasta de Thompkins y un alley-oop de Ayón colocaban el 12-13.
El Madrid se mantenía a rebufo, impidiendo que los de Stevens rompieran el partido en ningún momento. La entrada de Sergio Rodríguez le daba otro aire a los blancos y con cuatro puntos consecutivos cerraba el primer cuarto en 23-25.
Hernangómez y Thompkins empataban el partido dos veces casi consecutivas en el segundo cuarto (25-25 y 31-31). Un 2+1 del Chacho ponía al Real Madrid por delante (33-31), renta que mantendría un par de ataques después Llull con dos tiros libres (35-33).
Hasta ahí. Sin Rodríguez el Madrid perdía su magia en la pista y Bradley y Thomas volvían locos a los blancos que encajaban un 0-11 culminado por Sullinger (35-44). Llull y Thompkins acababan con la sequía blanca con dos lanzamientos desde 6,75 metros (41-46) pero los de Laso sólo conseguían anotar dos tiros libres en los tres minutos finales antes del descanso.
Los Celtics lograban su máxima en el choque, +12 (42-54) que Felipe se encargaba en dejar en 43-54 desde la línea del 4,60 antes del paso por vestuarios. Thomplins con 12 puntos, el mejor de los blancos en la primera mitad.
Pero el Madrid no se daba por vencido. Llull se encendía en ataque con 8 puntos en tres minutos pero en ningún momento podían parar en defensa a los de Stevens. David Lee levantaba de sus asientos a los espectadores del Barclaycard protagonizando un bonito duelo con Thompkins.
Carroll no tenía el día tras una pretemporada brillante y el Madrid, con las bajas de Rudy y Taylor y la sobrevenida de Maciulis, por una brecha, lo notaba. El equipo local evitaba en todo momento la ruptura pero no conseguía rebajar la barrera psicológica de los diez puntos. Boston pisaba el acelerador coincidiendo con la entrada a pista de Radoncic (64-78) y Laso lo paraba, el partido claro.
Rozier y Olynyk se sumaban a la fiesta y el público trataba de levantar a su equipo (67-82). Rodriguez y Thomas intercambiaban triples, Doncic metía su primer triple y el cuarto acababa con 69-85.
De zona tiraban los blancos para arrancar el último cuarto pero poco les servía ante un quinteto con tres rookies: Rozier, Hunter y Mickey. Sin historia en un parcial en el que los equipos intercambiaban canastas, los debutantes no desaprovechaban su oportunidad de tener minutos para convencer a Stevens y los madridistas pudieron disfrutar de otro de sus jugadores de categorías inferiores como Thiago Samba.
Y el partido acababa con el mismo resultado que en 1988: 96-111.
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