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Ser como Iverson, por Jose Ajero

Ser como Iverson, por Jose Ajero

Un nuevo miedo. Tu ‘role model’. Tu referente. Una manera de empezar a encarar lo que quieres ser. Al otro lado del charco, se lleva mucho. Y no les importa que hablen de droga, dinero y vida rápida, hasta que se les va de las manos y pasa algo malo. Entonces, dedos acusadores y falsas responsabilidades.

Una gran estafa. Pocos medios, falta de educación fiable para ser capaz de elegir. Y más alarmante, la ausencia de escapatorias reales a tu vida heredada. Eres de un barrio de mierda, mejor que metas canastas y pases por el aro.

Pasar por el aro, implica que caigas en la red. En su red. Le costó hasta a Michael Jordan hacerse a la idea. Le costó unas zapatillas, aunque luego fueran las mejores de todos los tiempos.

Michael sacaba la lengua para meter canastas y todos, en algún momento, hemos fingido anotar sobre la bocina y volar a por algo con la ‘sin hueso’ fuera de la cueva. El peligro fue cuando la cosa fue cambiando. Los propios modos de la comunidad afroamericana, de la calle que representan.

Una nueva manera de entender la vida y reafirmar identidad. Alguien dijo que el Rap era la CNN del barrio y de ahí, se movía todo. Los mejores jugadores de basket, menos ahora con Curry, han salido de los mayores agujeros. Pero cuando tocan la red y se acercan los dólares, cambias la forma. No el fondo.

Allen Iverson no lo hizo nunca. Ni en el fondo, ni en la forma. La lengua de Jordan mutó a pantalones anchos hasta las rodillas, zapatillas estridentes y tatuajes en el cuello. No me olvido de los peinados, los caminos de maíz, lo que se llevaba en las cárceles más selectas de los Estados.

Iverson habrá metido más o menos canastas. Se habrá portado mejor o peor, pero siempre fue Iverson. Defendiendo su modo de vida, alimentando a sus familiares gorrones y dejando que se le fuera la sangre gota a gota. En sus desvíos siempre fue recto y como aprendió a hacer las cosas. En sus madrugadas de éxito, conquistó más corazones que nadie.

Le decían el mejor ‘libra por libra’. Para mí, siempre lo fue, porque en mi fascinación con el basket y la cultura afroamericana, él era la comunión. Un ángel caído de la gracia de los Estados Unidos. Pudo aprovecharse de todo, pero quiso ser él. Ni Michael, ni Magic. Solo ‘La Respuesta’.

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