Posiblemente, no haya nadie en este planeta con más confianza en sí mismo en este momento que Stephen Curry. El base de los Warriors volvió a dar muestras de ello en el encuentro ante los Phoenix Suns. Una vez más, la estrella de Golden State anotó una canasta (triple) sin quedarse a ver como terminaba el lanzamiento. Y no fue sospechoso, lo hizo con los locales por detrás (93-95) para remontar uno de los más partidos más difíciles para los de Oakland en las últimas fechas. Remontaron 10 puntos en el último cuarto para vencer por 123-116.
Fue el 30-0 para Golden State en casa, y la victoria 48 de forma consecutiva en el Oracle Arena. Para conseguirlo, los Warriors tuvieron que parar a Brandon Knight. El base de los Suns tuvo su noche y se fue hasta los 30 puntos liderando después del descanso un parcial de 32-14 que ponía a Phoenix por delante (92-82 en el tercer cuarto). La culminación, este tremendo roto sobre Klay Thompson. ¡Impresionante!
Visto lo visto, Curry tenía que aparecer. No dudo en hacerlo. El base se fue hasta los 35 tantos, 15 de ellos en el último cuarto. Dominó esos últimos 12 minutos sin ningún problema. Triple tras triple, y con alguna que otra penetración, dio la vuelta al partido y enloqueció una vez más su hogar. Culminó con una tremenda asistencia por la espalda a Shaun Livingston. El duelo ante Brandon Knight, toda una delicia.
Los Warriors tuvieron en este choque una ayuda inesperada. En apenas 18 minutos sobre la pista, Marreese Speights se desató con 25 puntos y 9 rebotes. Tremenda aportación interior, que se unió a Draymond Green (19+4+6) y los 20 de Klay Thompson. Por los Suns, que rindieron muy por encima de su balance (17-49) también estuvieron a gran altura Alex Len (26+13) Devin Booker (18 y 11 asistencias) y Mirza Teletovic desde el banco, que se fue hasta los 14.
Sigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
