Muy felices se las prometían los Boston Celtics cuando, primero Marcus Smart empantano a 80, y a continuación, Jae Crowder, a pase del propio Smart, anotaban dos triples que ponían por primera vez por delante a su equipo. Los ‘verdes’ habían hecho lo más difícil: remontar 19 puntos en la segunda parte y estar por delante a falta de seis minutos. Sin embargo, no contaban con la aparición en Atlanta de Jeff Teague.
El base de los Hawks se fue hasta los 23 puntos y 12 asistencias, pero fue fundamental en varios momentos del juego. Con empate a 86, jugó perfectamente dos acciones interiores de las que se aprovecharon Horford y Millsap: “Son momentos en los que tengo que ser agresivo y tratar de hacer jugadas”. Su equipo entonces se puso por delante (92-88) a falta de menos de tres minutos y el partido ya no se les escaparía, sobre todo tras el triple fallado de Evan Turner a menos de un minuto para el final.
«Es muy doloroso» reconoció Brad Stevens al término del partido en rueda de prensa. El técnico, que recibió una técnica por primera vez en dos años, no sólo tuvo que soportar la derrota, sino el hándicap de perder a uno de sus mejores hombres. Avery Bradley sufrió una distensión en el isquiotibial de su pierna derecha en el último cuarto. No regresó al partido y es duda para el segundo encuentro.
Una eliminatoria a priori igualada y muy intensa. Eso sí, si uno de los dos equipos no empieza a su máximo nivel de concentración, como le pasó a Boston al inicio, puede ser decisivo. Con un 23% de acierto en el primer tiempo, y sólo 6 puntos en el primer tiempo de Isaiah Thomas (acabó con 27) los Celtics se vieron 51-34 al paso por los vestuarios. El esfuerzo extra para llegar a igualar lo acabaron pagando. Ahora, si quieren tener opciones, tendrán una final el martes en el Phillips Arena.
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