Los Angeles Lakers ya son historia para Lonzo Ball. El número 2 del Draft de 2017, traspasado a los New Orleans Pelicans en el intercambio que llevó al equipo angelino a Anthony Davis afronta una nueva etapa en la NBA.
Lo hará sin demasiada compañía de su entorno. Su padre, Lavar, atraviesa un duro momento tras ver como su empresa, Big Baller Brand, se venía abajo, unido al rechazo del mediático progenitor al cambio de aires de su hijo. El resultado, un nulo trato entre ambos, como reconoció Lonzo en el programa de Facebook ‘Ball in the family’: «No lo sé. Seguimos sin hablar mucho. Nuestra relación no es la misma que en el pasado. No hablamos mucho, casi nada. No sé como se siente por el traspaso, ni lo que piensa sobre él. Pero sé que quiere lo mejor para mí. Debería estar feliz. Pero no lo sé».