Es oficial. Los New York Knicks y Tom Thiboadeau han unido sus caminos, en lo que significa la vuelta del técnico a la Gran Manzana, donde ya fue entrenador asistente entre 1998 y 2004. Ahora ocupará el puesto de técnico jefe e intentará dar la vuelta a un equipo en el que los entrenadores que han pasado por su banquillo en la última década han sido incapaces de firmar un balance positivo de victorias y derrotas, a excepción de Mike Woodson.
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The New York Knicks and Tom Thibodeau are finalizing a five-year deal to make him the franchise’s next coach, sources tell ESPN.
— Adrian Wojnarowski (@wojespn) July 25, 2020
Mike D’Antoni firmó un 121-167 (2008-12), Mike Woddson 109-79 (2012-14), Derek Fisher 40-96 (2014-16), Jeff Hornacek 60-104 (2016-18) y David Fizdale 21-83 (2018-19). La dimisión de éste obligó a los Knicks a colocar a Mike Miller como entrenador interino y moverse en el mercado en busca de un técnico con el que dejar atrás esta mañana racha, y lo hace con un Tom Thibodeau que atesora un récord de 352-246 a lo largo de su carrera de ocho temporadas como entrenador jefe, sentándose en los banquillos de los Chicago Bulls y los Minnesota Timberwolves, entre 2010 y 2019. En todo ese tiempo sólo se ha perdido los playoffs en su primer año en los Wolves (2016-17) y en 2019, cuando fue despedido tras sólo 40 partidos (19-21).
Con el fichaje de Tom Thibodeau, los Knicks se hacen con los servicios del que fuera Coach of the Year en 2010. El presidente de la franquicia, Leon Rose, y el vicepresidente, Williams Wesley, han trabajado codo con codo para dar con un técnico que sea capaz de rescatar a un equipo que está mucho más que de capa caída. Mientras que New York es un mercado grande en términos económicos y mediáticos, el aspecto deportivo está bastante descuidado en el conjunto del Madison Square Garden. La baja competencia en la Conferencia Este, en comparación con el nivel de los equipos del Wild West, debería ayudar al resurgir de unos Knicks que llevan ya demasiado tiempo a la deriva.
De Chicago a Minnesota
Tom Thibodeau tuvo gran éxito dirigiendo a los Chicago Bulls, en los que el mejor Derrick Rose marcaba el ritmo en la cancha y él en el banco (fue elegido ‘Entrenador del Año’ en 2011), pero su paso por los Minnesota Timberwolves dio bastante más que hablar con temas de vestuario. En Chicago se consagró como un técnico de élite, sobre todo por su influencia defensiva, algo que ya había dejado notar como asistente (fue, por ejemplo, el arquitecto defensivo de los últimos Celtics campeones).
Se ganó una fama de técnico duro, exigente (las minutadas a sus estrellas siguen siendo recordadas) pero efectivo. Sus estructuras defensivas, colapsando el lado fuerte del ataque rival (aquel en el que se encuentra el balón) marcaron tendencia a inicios de década pero al no llegar a las Finales, en buena parte por las cruciales lesiones de Rose, su carrera comenzó a bajar. No salió bien de Chicago, tras una tensa relación con la Gerencia pero un buen bagaje competitivo. Y en Minnesota la cosa iba a comenzar a torcerse.
Pese a que el técnico llevó al equipo a los playoffs después de 14 temporadas, su paso por los Wolves se vio señalado por las tiranteces con algunos jugadores y un revuelo de locker room que terminó con Jimmy Butler en los Philadelphia 76ers y el head coach despedido. Una situación insostenible que precede a su llegada a los Knicks. Ahora sólo queda esperar a ver si los ‘Bockers tendrán al técnico exitoso de Chicago o al que salió por la puerta de atrás en Minny.
¿Qué se encuentra en los Knicks?
En su llegada a los New York Knicks, el entrenador se encuentra con un equipo joven y con mucha proyección, pero que hasta el momento nadie ha sabido guiar de la forma correcta. Teniendo al novato RJ Barrett como máxima estrella de futuro de la franquicia, Tom Thibadeau deberá sacar el mejor partido posible de un roster en el que jugadores como Kevin Knox todavía no han terminado de explotar. Nombres como Elfrid Payton, Julius Randle, Bobby Portis deberían ser las bases de un proyecto al que dar una continuidad, tanto en espacio de tiempo como en rotación. Taj Gibson (al que ya conoce de Minnesota) y Wayne Ellington son la cara veterana del vestuario con 10 temporadas a sus espaldas cada uno de ellos, por lo que el desarrollo de los más jóvenes debería ser la principal motivación para un técnico con mucho trabajo por hacer.
Sin embargo este tipo de retos no son nuevos para un Tom Thibodeau que ha demostrado saber moldear jugadores con poca experiencia. Sólo hay que ver el rendimiento de Karl-Anthony Towns o Andrew Wiggins bajo su tutela en los Wolves. Estamos hablando de que el primero de ellos es todo un all-star y el segundo ha sacado su mejor caro a sus órdenes. El reto ahora es hacer algo similar con sus dos diamantes en bruto de los Knicks: RJ Barrett y Mitchell Robinson. Si a esto le sumamos que en el mes de octubre será el draft y que la franquicia de New York tendrá una elección alta, podríamos estar hablando de un escenario muy propicio para que Thibs pueda trabajar durante un tiempo.
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— Gigantes del Basket (@GIGANTESbasket) July 26, 2020
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