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Toronto Raptors, histórico campeón de la NBA

Toronto Raptors, histórico campeón de la NBA

La franquicia canadiense consigue su primer título NBA desde su creación y lo hace derrotando a los intocables Warriors.

¡Se acabó! Toronto Raptors se hizo con el anillo de campeón de la NBA tras derrotar a Golden State Warriors en Oakland por 114-110. Los canadienses lucharon hasta el echar el último aliento ante unos Warriors a los que la fortuna volvió a hacerles un feo. Klay Thompson tuvo que abandonar la cancha y el pabellón en muletas tras lesionarse la rodilla. Un Kyle Lowry entregado a la causa, un Fred VanVleet pletórico y un Kawhi Leonard correcto pero eficaz, fueron la receta perfecta para el primer título de la franquicia del norte. Precisamente Leonard se hizo con el galardón de MVP de las finales, premio que repite tras el conseguido en 2014 con los Spurs. Por su parte, Marc Gasol también se llevó su anillo y, junto a su hermano Pau, se convierten en la primera pareja de hermanos en ser campeones de la NBA.

El Oracle Arena acogió el último partido de su historia en un Game 6 de las Finales que suponía el segundo match-ball para unos Raptors que buscaban su primer anillo de campeón. Tras la lesión de Kevin Durant en el encuentro anterior, los homenajes al alero no cesaron durante toda la previa del evento e incluso con el balón en juego. La afición de los Warriors se volcó con su equipo desde el salto inicial consciente de que para Golden State el partido era un win or go home.

La fiesta la inauguró Kyle Lowry, tomando el peso ofensivo de su equipo y anotando los primeros 11 puntos consecutivos de los suyos. Los de Oakland, en vez de venirse abajo, respondieron buscando a Kevon Looney en la pintura y haciendo daño en transición. Los primeros minutos pasaron a un ritmo frenético, con ambos conjuntos corriendo e incluso con un triple de Pascal Siakam, el primero del camerunés desde el Game 1. La defensa se convirtió, una vez más, en el mayor valor de los Raptors, para desgracia de los locales, que concedían cuatro pérdidas en la primera mitad del cuarto. A pesar de todo, los vigentes campeones demostraron por qué han sido el mejor equipo del último lustro y recuperaron distancias a base de empuje. Steph Curry ejercía de facilitador y pese a no tirar a canasta, consiguió encontrar siempre a sus compañeros en el sitio adecuado, regalando puntos fáciles para su equipo. Tras un 7-0 favorable a los Warriors y con Klay Thompson en 10 tantos para contrarrestar los 15 de Lowry, el primer cuarto terminó con un marcador favorable a los Raptors 33 a 32.

El segundo periodo dio comienzo con un Draymond Green empeñado en engordar su casillero. Nada más empezar, el ala-pívot ya sumaba 2 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias pero también era culpable de 4 de las pérdidas de los de California. Comenzaron entonces las imprecisiones. Ambos equipos perdían un balón tras otro en su intento por anotar y el partido tomó una dinámica mucho más espesa que el cuarto anterior. El que llegó para desatrancar el juego fue Fred VanVleet. El escolta de los Raptors se convirtió nuevamente en el revulsivo perfecto para volver a hacerse con el control del encuentro. Dos triples suyos valieron para que Steve Kerr se decidiera a pedir un tiempo muerto y cortar el parcial visitante. En los Warriors, Klay se había apagado y Curry no terminaba de aparecer, dejando al equipo huérfano de puntos y dependiente de la defensa para no dejar escapar a los Raptors. A falta de pocos minutos para el descanso, los de Oakland encontraron en Green al facilitador ideal de Kevon Looney y Andre Iguodala, lanzando dos pases de alley-hoop que sus compañeros culminaron con facilidad y que les permitió ponerse por delante. El juego coral de unos Warriors recuperados y el despertar de Curry permitió aguantar las embestidas de Lowry y que el partido se fuera al descanso en máxima igualdad y apenas 3 puntos de ventaja para Toronto.

Todo por decidir tras el descanso

Klay Thompson se mantuvo como la constante en la que confiar para empezar la segunda parte, un inicio en el que Toronto empezó a verse las caras con un viejo conocido: los problemas de faltas. Tanto Kawhi Leonard como Lowry y Marc Gasol tenían ya 3 personales pero pidieron a Nurse que les mantuviese en cancha. En los Warriors Draymond siguió siendo el corazón del equipo y, al igual que Klay y Steph, no se sentó en todo el cuarto. De la mano de su trío maravilla, los Warriors recuperaron la ventaja y se pusieron por delante en el marcador, metiendo el miedo en el cuerpo a unos Raptors sin soluciones. El juego rápido de Golden State mareaba a Toronto y tanto Curry como Klay se aprovecharon de ello, con un parcial de 9-0 favorable a los de California hasta que una terrible caída de Thompson hizo saltar las alarmas: Klay tuvo que ser llevado a vestuarios por sus compañeros en un mar de lágrimas. Pero como todas las historias de los cuentos, ésta también tuvo un final feliz, aunque fuera temporal. Klay volvió a salir del túnel de vestuarios por su propio pie, anotó los dos tiros libres y devolvió la fiesta a las gradas del Oracle. El cuarto terminó finalmente con la ventaja de Warriors en el marcador por 88-86.

Todos los ojos se centraron en Steph Curry antes del último asalto, el base tenía la mirada perdida sabiendo que Klay iba a ser duda para volver y con el fantasma de la lesión de Kevin Durant apenas unas días antes muy presente. Recaía en él la responsabilidad de mantener viva la dinastía, mantener vivos a sus Warriors ante toda adversidad. Con empate a 91 y 8 minutos por jugarse, los Warriors anunciaron que Thompson no volvería al partido y que por tanto perdían a su máximo anotador de la noche. Pese a esto la grada mantuvo el optimismo y la alegría, confiando en todo momento en su equipo. Shaun Livingston y Andre Iguodala tomaron el relevo de su compañero lesionado y se turnaron para anotar 8 puntos consecutivos y mantener viva la renta de los Warriors con menos de medio cuarto por jugarse. Le tocó el turno de aparecer a Marc Gasol. Dos rebotes en ataque providenciales del español, que además añadía dos tiros libres para los suyos, permitía a Toronto empatar el encuentro. 101 con 4 minutos por jugar. Tras el tiempo muerto, VanVleet volvió a hacer gala de su magia y los Raptors, que ya olían el anillo, se encomendaron a él con los ojos cerrados. Con Curry defendido por dos y hasta tres jugadores a la vez, Cousins aprovechó un despiste defensivo de los Raptors para ponerse a 1 punto y 37 segundos por delante.

Los últimos segundos del encuentro no hicieron más que llevarnos a un final absolutamente anti-climático. A la canasta anterior de DeMarcus Cousins respondió Pascal Siakam con una propia en el otro lado de la pista, antes de cometer una falta sobre Curry que llevó al base a la línea de personal. Con menos de 20 segundos en el reloj, Golden State tomó la decisión de no cometer falta sobre Toronto y jugársela al robo rápido. Una brutal presión en media cancha forzó la pérdida de Danny Green y otorgó a los Warriors una última oportunidad: 9.5 segundos y 1 punto por remontar. Fue Steph Curry el que se jugó el último lanzamiento, un balón que no quiso entrar en el aro, poniendo fin a un sueño mágico. Los siguientes minutos se desarrollaron con un tiempo muerto ilegal, tiros libres sin rebote y una serie de elementos tan superfluos y tan contrarios al clímax que no merece la pena enumerarlos.

Los Toronto Raptors lo habían hecho: CAMPEONES DE LA NBA.

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