Las bajas en los Celtics, sobre todo la de Kemba Walker (a raíz de su lesión en el cuello tras salir en camilla del partido entre Denver y Boston), han hecho que Brad Stevens deba replantear la rotación que utiliza. Daniel Theis no está y Enes Kanter pasa a la titularidad para que Robert Williams sea el principal cinco desde el banquillo, crecen los minutos para Brad Wanamaker y hay un nuevo muchacho que se mete en la pomada: el pequeño Tremont Waters.
Waters ha conseguido, de momento, debutar en la NBA. En el encuentro del pasado lunes ante los Kings, con victoria por 104-103, jugó su primer partido en la gran liga y pudo hacer de todo: 7 puntos, 3 asistencias, 2 rebotes, 2 tapones y 1 robo en 20 minutos.
Así es Tremont Waters
Este base de 1,78 metros de altura empieza a escribir su historia. Durante las últimas semanas ha sido noticia a nivel mundial gracias al otro jugador que anda entre la NBA y la G-League, el senegalés Tacko Fall. El gigante es una sensación para los aficionados aunque no esté permanentemente en la Liga y Waters y él emularon la foto viral que en su día se hicieron ‘Muggsy’ Bogues y Manute Bol (el bajo y el alto) como jugadores de los Bullets. Waters se empieza a despegar de esa anécdota iniciando su camino en una de las franquicias más importantes de EE.UU.
Tiene antepasados portorriqueños por parte de su madre, Vanessa, y se presentará como uno de los futuribles para la selección boricua, que ya se mostró en el pasado Mundial de China.
Su ascenso, sostenido pero ininterrumpido. Llegó a LSU, una de las más universidades con más tradición de baloncesto: allí batió en su primer año el récord de asistencias que había dejado Ben Simmons (198) y le eligieron como mejor jugador novato, luego llegó a ser incluido en el mejor quinteto de la conferencia (SEC) y a ser nombrado Jugador Defensivo del Año en la misma justo antes de llegar a la NBA. Esta temporada ha firmado un contrato dual con los Celtics y en la previa de su debut con el equipo mayor le han elegido Jugador de la Semana del afiliado por su trabajo durante los últimos siete días (24 puntos y 8,5 asistencias por partido).
Empezó a jugar en South Kent, un colegio privado de Connecticut. Kelvin Jefferson, su entrenador en aquellos años, define su juego así en 2015: «No está buscando el tiro. Comparte el balón, lleva bien los ataques y anota sólo cuando la defensa le fuerza. A los compañeros les encanta jugar con él: es capaz de hacer números y contentar a los demás al mismo tiempo».