NBAEstás viendo//Tyrese Haliburton y el anhelo del pasado: Análisis del presente de la estrella de los Pacers
Gigantes del Basket
Tyrese Haliburton y el anhelo del pasado: Análisis del presente de la estrella de los Pacers

Tyrese Haliburton y el anhelo del pasado: Análisis del presente de la estrella de los Pacers

Tyrese Haliburton ha empezado la temporada lejos de la mejor versión. Y se cumple justo un año de su explosión como estrella NBA.

Sonreía Tyrese Haliburton al acabar el partido en New Orleans, el mejor de la temporada a nivel personal. El base de Indiana firmaba 34 puntos, con 13 asistencias y un 9/18 en triples, aunque lo mejor eran las sensaciones. El equipo corría y con un ritmo alto, el mejor Haliburton salía a la luz ante unos mermados Pelicans, todavía sin Dejounte Murray, Herb Jones, Brandon Ingram y Zion Williamson. Pero la historia, hace apenas una semana, era muy distinta.

Tras la derrota de Indiana a manos de los Bucks, Tyrese Haliburton atendía a la prensa en la taquilla del vestuario. Cabizbajo, con la mirada perdida y muy pocas ganas de hablar, era preguntado sobre su estado de forma. “¿Tienes una mejor idea de qué es lo que está frenando?” le preguntaba Dustin Dopirak. “No, no lo sé” respondía el base, claramente derrotado. “Es parte del baloncesto, solo tengo que seguir confiando en mí, trabajando duro y saldré adelante. Hora de trabajar y lo solucionaré” seguía en su respuesta. El tono y la compostura del jugador dejaban claro que la crisis es real, y el problema todavía una incógnita. Pero Haliburton parecía una sombra del jugador que fue el año pasado.

Se cumplirá, este mes de diciembre, el primer aniversario de la Copa NBA. Los Lakers se llevaron el título por encima de unos Pacers que tuvieron en Haliburton la gran revelación del torneo. Fue parte del quinteto de la competición y pasó a ser, sin duda, una de las referencias de la NBA. Más allá de sus números, con récords de asistencias como Steve Nash y porcentajes de Steph Curry, era su estilo en la pista lo que le hacía especial. Eléctrico, rápido, inesperado. Ha pasado casi un año desde su eclosión como jugador total y Haliburton es una imitación barata de aquella versión que se colaba en las listas por el MVP. Y motivos hay varios.

El base tenía a los Pacers con un balance de 7-10, por debajo de los Milwaukee Bucks que tanta crisis han vendido, y empatados con Atlanta o los Brooklyn Nets de Jordi Fernández, un equipo que busca una posición alta en el draft. Aunque las victorias no son la nota negativa, sino su rendimiento: Haliburton estaba, hasta esta madrugada, en apenas 15.8 puntos, la cifra más baja desde que fue traspasado a Indiana, y con solo 8.5 asistencias, su peor registro con los Pacers. Y lo peor de todo, se ha olvidado de tirar*. Promedia un triste 30.4% en el triple, tras no bajar del 40% sus primeros tres años y medio. Su nivel está destrozando una ofensiva que el año pasado fue la segunda mejor de la historia y este curso no mejora el promedio de la liga.

Y la tendencia ha ido a la baja desde enero del pasado año. El 18, exactamente, cuando los Pacers se hacían con Pascal Siakam como pareja de baile para Tyrese Haliburton, esa segunda opción ofensiva al lado de tu supernova. La llegada de Siakam ha cambiado en parte el demoledor sistema ofensivo de Indiana, del ritmo frenético y descontrol organizado, por un juego más estable. Ahora tienen un arma capaz de jugar en estático, sacar ventajas en cinco contra cinco, y el juego se ha ralentizado, con lo que ello implica. Desde enero, el ritmo ha bajado, el ratio ofensivo ha descendido y el acierto es menor. Y en un sistema así, Haliburton brilla menos.

Influye también que para jugar su sistema necesita un equipo profundo, y este año, no ha podido tenerlo. El año pasado, el banquillo de los Pacers fue el mejor de la NBA por rendimiento, y porque nadie brillaba más que el resto. En lo que va de temporada, Andrew Nembhard se ha perdido 10 partidos, Aaron Nesmith 11, Isaiah Jackson 12 y dos interiores, James Wiseman y Moses Brown, estarán fuera para toda la temporada. Solo Haliburton, Siakam, Mathurin y Jarace Walker han jugado los 17 partidos hasta la fecha, un argumento que ha usado Rick Carlisle para explicar por qué los Pacers actuales no se acercan a su mejor versión. La opinión de Haliburton es distinta: “Tengo que ser mejor” decía el base.

Lesiones y Juegos Olímpicos, el verano de Haliburton

Porque al mismo tiempo que la llegada de Siakam, sucedió otro evento que puede, un año más tarde, estar todavía marcando la temporada de los Pacers. El 8 de enero, ante los Celtics, Haliburton se tenía que retirar por molestias en el tendón de la corva. Se perdería cinco partidos antes de volver, forzando ante Portland en un duelo donde firmó 21 puntos y 17 asistencias, y perderse cinco partidos más. Ahora sí, a finales de enero, hacía su regreso otra vez ante Boston tras tres semanas de baja. Faltaban 35 partidos para acabar la temporada y Hali tenía que jugar 32. ¿Por qué? Porque sobre la mesa estaba la opción de firmar un contrato de $244 millones por cinco temporadas.

Para lograrlo, tenía que conseguir ser All NBA. Los números le daban, pero era la salud el principal rival. Porque para poder aspirar a los mejores quintetos necesitaba, según la nueva normativa de la liga, disputar 65 partidos. Elegido con el pick #12 en el draft, y traspasado en mitad de su contrato rookie, la certeza de tener un contrato masivo era importante para Haliburton, como para el 99.5% de toda la NBA. Lo logró, acabó jugando 68 partidos y metió a los Pacers en playoff, en el sexto lugar, evitando el play-in. Pero ya no era el mismo.

Hasta la primera lesión (porque vendrá otra), Haliburton promediaba 24.2 puntos, 12.7 asistencias y un 40.4% desde el triple en sus primeros 32 partidos de la temporada. Desde que regresó, forzando, se quedó en 16.9 tantos, 9.5 pases de canasta y un triste 32.3% en la larga distancia, a una distancia sideral de su mejor versión. La tendencia siguió en playoffs, aunque consiguió llevar a Indiana a las finales de conferencia tras superar a unos Bucks sin Giannis y con Lillard a medias, y a unos Knicks que fueron perdiendo jugadores tal y como avanzaba la serie. Para el séptimo, que ganó Indiana en el Madison Square Garden, Julius Randle, Mitchell Robinson y Bojan Bogdanovic eran baja y OG Anunoby, Josh Hart y Jalen Brunson acabaron con molestias.

En las finales de conferencia, otra vez ante Boston, Haliburton se tuvo que retirar en el segundo partido. Se perdió el resto de la serie y los Celtics barrieron en su camino al anillo a los Pacers, pero en lugar de pasar el verano descansando o recuperándose, Haliburton decidió hacer las maletas y viajar a París. Fue, con diferencia, el jugador del equipo olímpico que menos minutos disputó en el oro, apenas 26 minutos y solo tres partidos, pero allí estuvo. Y semanas más tarde, el periodista de ESPN Briand Windhorst explicaba que Haliburton jugó lesionado el torneo. “El Team USA no lo anunció, pero tuvo una resonancia magnética y una lesión menor en la pierna” decía el reportero. Nunca llegó a estar físicamente al cien por cien, y se le nota.

Aunque el ritmo llega con la competición, siempre que no haya un problema físico. “Estoy bien” decía el propio jugador al ser preguntado por unas molestias en la espalda, y la frescura ha vuelto. Por primera vez ha conseguido, domingo y lunes, dos partidos seguidos de más de 20 puntos y los Pacers han ganado ambos. Han sido ante el peor equipo de cada conferencia, pero son esos partidos los que suman a la moral. Y en momentos de crisis, de saber encontrarse, solucionar el tema mental es el primer paso. Y la NBA es un lugar mejor si sus estrellas brillan con luz propia. Por eso es clave que Haliburton, el mejor Haliburton, pueda volver. 

* Tras el partido ante los Pelicans, sus promedios han subido a 16.8 puntos, 8.8 asistencias y 32.9% desde el triple. Mejor, pero todavía lejos de su mejor versión

Deliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Desliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Cargando el siguiente contenidoEspera un momento por favor :)