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DeAndre Hunter se consagra en la noche de redención de Virginia

DeAndre Hunter se consagra en la noche de redención de Virginia

Titánica actuación y récord personal. 27 puntos en el primer título de la historia de los Cavaliers, vencedores de un encuentro trepidante para la memoria del March Madness

Texas Tech (#3) 77 – Virginia (#1) 85

“Un duelo entre dos equipos defensivos no augura nada bueno”. “Hay que dar gracias si entre ambos alcanzan los 100 puntos”. “Tiene todos los argumentos para ser una de las finales más aburridas de la historia de la NCAA”. Y muchos tópicos más como estos acabaron enterrados tras una de las finales más trepidantes de la historia de la competición. Texas Tech y Virginia regalaron un encuentro metódicamente trabajado, en el que había que cuidar cada balón y posesión para poder superar el excelso planteamiento rival. 45 minutos de baloncesto perfeccionista, de tiros ejecutados con maestría, de decisiones ejemplares con y sin balón. Y que, lógicamente, acaban con un único campeón: Virginia.

Un año después de entrar en la historia de la NCAA tras su descomunal desastre ante UMBC, los de Tony Bennett saborean la miel de la gloria universitaria y sellan su redención. Posiblemente, no habría título sin esa histórica derrota. Ahí empezó todo y en Minneapolis acabó. Y curiosamente, el destino ha querido que el protagonista de ambos momentos sea el mismo: DeAndre Hunter. Una lesión apartó al alero del pasado y fatídico March Madness, dejando en el aire la pregunta de si hubiera sido posible dicha sorpresa con Hunter en la pista. Y esta noche, DeAndre demostró que sí.

Más allá de su extraordinaria participación ofensiva, alcanzando una cifra récord en su carrera con 27 puntos, Hunter fue la omnipresente amenaza que tanto necesitaban estos Cavaliers. Un jugador tan determinante en defensa como también en ataque. Secó y desquició a Jarrett Culver (5/22 en tiros) y aprovechó cada una de sus oportunidades para clavar puñaladas al corazón de su rival. Una actuación memorable para un partido memorable. Y es que Virginia tuvo que sufrir hasta el minuto 45 para asegurar el primer título de su historia.

Los primeros veinte minutos ya tuvieron absolutamente de todo. Desde un inicio errático que hacía presagiar récords negativos de anotación (3-2 en el marcador tras más de 4 minutos de juego) a un final de grandes alternativas para llegar al descanso con un igualado 29-32. Los de Tony Bennett encontraron mejores situaciones (muy activo Kyle Guy, con 10 puntos) para sumar en los primeros minutos, aunque Texas Tech encontró en su banquillo la gasolina necesaria para volver a meterse en el duelo. Parcial de 18-4 (con 5 triples consecutivos) con Brandone Francis y Davide Moretti como líderes y giro completo a una situación que bien podía ser mucho más complicada. Tablas tras la primera batalla.

Y tablas tras la segunda también. Pese a otro gran inicio de los Cavaliers, con grandes aciertos de Kyle Guy y DeAndre Hunter (y 8 puntos de ventaja, 51-59), Texas Tech volvió a reaccionar. Otra vez el banquillo. Otra vez Edwards y Francis volvieron a meter a los de Chris Beard en el partido… y entonces, apareció la gran estrella. Jarrett Culver topó una y otra vez contra Hunter, pero supo liberarse de este marcador para tener también su momento en el partido. Tras un triplazo casi imposible de Matt Mooney, Culver le sirvió a Odiase la oportunidad de poner el empate. 59-59.

Otro cara o cruz. Otro final de impredecible resolución. Otra vez, fortuna y acierto irían de la mano. Otra vez, Virginia tomaba la delantera, con Hunter y Guy de nuevo como líderes. Y una vez más, Texas Tech reaccionaba. Triplazo de Davide Moretti y canastón tras reverso de Culver. 66-65 y 35 segundos. Tenía que llegar la respuesta de Virginia y de DeAndre Hunter. Triple más que clave para poner el empate a 68 tras dos tiros libres de Odiase. Texas Tech tendría la última. Y la ejecutaría Culver. Su intento desde 9 metros se quedaba corto, pero las prisas de Kyle Guy por pedir un tiempo muerto le jugaron una mala pasada a Virginia… aunque acabó siendo un susto, tras el fallo final de Culver ante la pegajosa defensa de Braxton Key. Prórroga. Aunque…¿imagináis que llega a anotar Culver en ese último segundo? Chris Webber ya no hubiera quedado solo como el momento más extraño y surrealista de una final de la NCAA.

Los cinco minutos adicionales parecían cambiar, una vez mas, el guion del partido. Matt Mooney aparecía de nuevo para adelantar a los de Chris Beard que, como si ya fuera un auténtico déjavu, volvían a topar con DeAndre Hunter. Triplazo (para alcanzar los 27 puntos finales) y 73-75. Una ventaja que Virginia ya no iba a desaprovechar con los Red Raiders lanzándose a la desesperada. Primero Jerome y posteriormente Guy y Diakite sellaron el triunfo final desde el tiro libre. Adiós, fantasmas del pasado. Bienvenida, gloria del presente. Tony Bennett y esta magnífica generación de competidores ya tienen su merecido puesto en la historia del baloncesto.

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