Maryland (#6) 67 – LSU (#3) 69
Heroico Tremont Waters. Una penetración del base en los últimos segundos le dio un sufrido triunfo a LSU, que estuvo a punto de desperdiciar muchos minutos de dominio y superioridad. Y es que los Tigers salieron dispuestos a aceptar el duelo de tú a tú en la pintura de una Maryland preparada para surtir de balones a Bruno Fernando (10 puntos y 15 rebotes) y Jalen Smith (15 puntos). Con Naz Reid como referencia interior y un juego perimetral de gran amenaza y velocidad, LSU parecía romper el choque con 15 puntos de ventaja en la primera mitad.
Sin embargo, Maryland resistió a base de triples. Aaron Wiggins y Anthony Cowan evitaron que se ampliara la renta rival y con la aparición final de Morsell y Ayala, los de Mark Turgeon llegaron incluso a meterse en la lucha final por el partido. Pero ahí a los Terrapins les faltó letalidad cuando pusieron el marcador a su favor. Dieron vida a una LSU que confió en Waters tras los triples de Jalen Smith y Skyler Mays. Y su talentoso líder no perdonó.
Murray State (#12) 62 – Florida State (#4) 90
28 puntos. 5/6 en triples. Nadie diría que el último partido de Ja Morant en la NCAA haya sido el problema. Pero sí la falta de recursos de una Murray State que volvió a dejar su fortuna en las manos de Morant. Y Morant no puede hacerlo todo… más si delante está un auténtico rodillo a ambos lados de la pista como ha demostrado ser esta Florida State. Los Seminoles funcionaron como perfectos engranajes, dominando el ritmo de partido a su gusto y firmando una de las primeras partes más completas de todo el curso universitario. Terance Mann (18 puntos) y, en especial, el todoterreno Mfiondu Kabengele (22 puntos) pasaron por encima de un rival faltado de calidad, de resolución y, en definitiva, de algo más que Ja Morant.
Wofford (#7) 56 – Kentucky (#2) 62
0/12 es una losa demasiado pesada para soñar. Esta es la tarjeta desde el triple de Fletcher Magee, el máximo triplista de la historia de la NCAA y la gran estrella de una Wofford que partió dispuesta a dar la machada ante una de las candidatas al título. Y tan sólo le faltó ese puntito de fortuna tan necesario para inscribir con letras de oro su nombre en la historia de la competición. Sin Magee, los Terriers encontraron a Nathan Hoover (19 puntos), pero no pudieron contrarrestar a unos Wildcats más poderosos en la pintura (Reid Travis, 14 puntos y 11 rebotes) y que no fallaron cuando no debían fallar. Las buenas manos de Ashton Hagans o los tiros de Tyler Herro, letales en el momento más clave. Y todo, sin un PJ Washington al que esperan (y necesitan) en el Sweet Sixteen.
Florida (#10) 49 – Michigan (#2) 64
Ni las habituales rachas de anotación individual de su rival parecieron inmutar a una Michigan cada vez más cómoda y con mejores sensaciones en este March Madness. Florida no pudo dar una respuesta constante y fiable a la defensa colectiva de unos Wolverines que volvieron a secar a su oponente para pasar de ronda con claridad. Los Gators llegaron a competir durante la primera mitad, pero acabaron arrollados por una máquina perfectamente engrasada que empieza a oler a la misma F4. No fue el partido más brillante de Michigan, ni fue la actuación más esplendorosa de un bloque con tantas amenazas que nunca sabes quién será el que te matará. Esta vez, Jordan Poole (19 puntos) fue el máximo anotador de un equipo perfectamente dirigido por Zavier Simpson, que rozó el triple-doble con 9 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias.
Baylor (#9) 71 – Gonzaga (#1) 83
Lo admitimos: hay motivos para empezar a estar asustado. Gonzaga ha olvidado muy pronto la derrota en la final de la WCC y estamos viendo de nuevo al equipo que arrasó en Maui incluso a la propia Duke. Y en él, la explosión definitiva de Brandon Clarke, que cada día que pasa va subiendo puestos y puestos en el próximo Draft de la NBA. El poderoso interior de los Bulldogs ha roto el récord de puntos anotados de la universidad en un partido de March Madness, alcanzando los 36 tantos con un majestuoso 15/18 en tiros. Baylor compitió con honor, luchó hasta el último segundo. Pero esta Gonzaga ya da miedo. Entre ceja y ceja, el título nacional. Y a ver quién se atreve a discutirles la ambición.
Minnesota (#10) 50 – Michigan State (#2) 70
Cuando tu rival te conoce tan bien, es difícil que le sorprendas. En el primer duelo entre dos equipos de una misma conferencia (la Big Ten), Michigan State completó una actuación muy sólida ante una Minnesota al que se le fueron acumulando los problemas durante el partido. Y es que los de Richard Pitino no pudieron contar en la segunda mitad con su interior Jordan Murphy. Una ausencia que mermó considerablemente las prestaciones de unos Golden Gophers que lucharon hasta el final pero toparon una y otra vez ante Cassius Winston. Sólo anotó 13 puntos, pero repartió 9 asistencias y llevó el tempo de un partido que él ejecutó como y cuando quiso.
Auburn (#5) 89 – Kansas (#4) 75
9/17 en triples. 11/19 en tiros de dos. Exhibición histórica de los Tigers para resolver un complicado duelo en apenas veinte minutos. Los de Bruce Pearl volvieron a mostrar el descaro y maravilla inconsciencia que les caracteriza y ametrallaron la defensa de una Kansas que no tuvo forma de parar el huracán que les vino encima. Los Jayhawks intentaron reaccionar en el segundo tiempo, pero la brecha en el barco ya era demasiado grande para evitar el hundimiento total de un proyecto lastrado por las lesiones y por la inconsistencia de sus jóvenes y bisoñas estrellas.
Villanova (#6) 61 – Purdue (#3) 87
Purdue le sacó los colores al actual campeón. Y es que, incluso, durante gran parte de la segunda mitad, UN JUGADOR de los Boilermakers (su gran líder anotador Carsen Edwards, que explotó hasta los 42 puntos) había anotado más puntos que los Wildcats. Poco más que añadir.
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