Cara y cruz para los españoles en la noche inicial del March Madness, el famoso Selection Sunday. El madrileño Iván Aurrecoechea será el gran representante nacional en el torneo final de la NCAA, después de que su universidad, New Mexico State, consiguiera alzarse con el título de conferencia. No será el único, ya que Maryland, equipo en el que milita el canario Joshua Tomaic (con poca participación y minutos), también será uno de los 68 equipos que busquen su gloria en la gran “Locura de marzo”. Sin embargo, Francis Alonso no podrá poner la guinda final a su histórica carrera en UNC Greensboro. Los Spartans cayeron ante Wofford en la final de su conferencia y fueron el primer equipo que se quedó fuera de un March Madness en el que merecieron estar y en el que no fueron invitados por un exigente comité que volvió a premiar más a equipos de mayor entidad.
La cabeza de cartel indiscutible será Zion Williamson, candidato máximo al número uno del próximo Draft de la NBA. Un jugador extraordinario, dotado con unas condiciones físicas impropias de este planeta, que buscará devolver a Duke a la gloria. Con Williamson como superestrella y reforzados moralmente tras ganar el torneo de su durísima conferencia, los Blue Devils parten como el rival a batir y gran favorito al título final. Virginia, North Carolina y Gonzaga intentarán defender su posición de cabeza de serie para alcanzar una Final Four que anhelan también proyectos veteranos como Michigan State, Tennessee, Florida State o grupos de hambriento talento joven como Michigan, LSU o la Kentucky del experto reclutador John Calipari.
Y es que este mismo martes empiezan tres semanas de auténtica pasión, delirio y gran emoción. 21 días en el que el baloncesto NBA mira con la mayor lupa a sus futuras grandes estrellas e ilusiones. 21 días de intensidad máxima, alegrías irrefrenables, tristezas y decepciones amargas y casi insuperables. Historias de superación, entrañables protagonistas fuera de las pistas (te echaremos de menos, Sister Jean) y un ambiente único y extraordinariamente competitivo que llega incluso a agigantar a los más pequeños, aún más crecidos tras la legendaria victoria de UMBC ante Virginia (primer triunfo en la historia de un seed 16) en la pasada edición. Un torneo tan mágico como imprevisible en el que nadie está a salvo de una derrota inesperada y los sueños, aunque parezcan imposibles, se acaban convirtiendo en realidad. Bienvenidos al March Madness. Bienvenidos a la Locura.
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