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Kentucky y Duke sobreviven en una noche mágica para Auburn

Kentucky y Duke sobreviven en una noche mágica para Auburn

17 triples de los Tigers eliminan a North Carolina en una jornada en la que Blue Devils y Wildcats se salvaron en los últimos segundos

Auburn (#5) 97 – North Carolina (#1) 80

17 triples. 51 puntos desde el arco. Y una total sensación de auténtico bombardeo. Así cocinó Auburn la gran sorpresa de este Sweet Sixteen, eliminando a una de las grandes favoritas al título. North Carolina apenas tuvo respuesta a semejante volcán. Hasta ocho jugadores fueron capaces de castigar desde el perímetro a unos Tar Heels que sólo veían cómo el balón entraba una y otra vez en su canasta. Okeke, McLemore, Dunbar, Harper, Brown, Purifoy, Parker, Doughty. Héroes del March Madness. Y a 40 minutos de ser leyendas.

Todos los ojos estaban puestos en dos equipos que aceptaban de buen gusto el ritmo y el lanzamiento desenfrenado desde la larga distancia. North Carolina empezó mejor, con Coby White (15 puntos) dominando el ritmo ante una Auburn que, simplemente, esperaba su momento. Y es que los de Bruce Pearl destrozan rivales, marcadores y emociones a base de rachas. 17-2 de parcial con cinco triples casi consecutivos y 11 puntos de ventaja. Otro 9-0 (con tres triples de Daniel Purifoy) y la renta se iba ya a 19. Ni la lesión de su mejor jugador frenó semejante vendaval.

Chuma Okeke (20 puntos y 11 rebotes) tuvo que retirarse al vestuario tras una dura caída cuando aún quedaban 8 minutos, quejándose de una posible lesión en la rodilla. Los Tigers quedaron momentáneamente tocados y los de Roy Williams lo aprovecharon para acercarse a 9 puntos. Y hasta aquí. Auburn mató otra vez desde la larga distancia. Primero, Purifoy. Y luego, para la sentencia, Bryce Brown. No existe un equipo en mejor forma y confianza que esta Auburn. Y a falta de ver el alcance de la lesión de Okeke, los de Bruce Pearl amenazan con hacerlo saltar todo por los aires. Así es su juego. Explosivo. Letal. Ganador.

Virginia Tech (#4) 73 – Duke (#1) 75

¿La canasta más fácil de su vida? Quizás no, por el escenario, el rival y la sombra de un imponente Zion. Pero es probable que si Ahmed Hill intenta esta jugada 100 veces más, un número superior a 90 el balón acabe dentro del aro. Duke volvió a sobrevivir a otro final de infarto. Y lo hizo, además, sin Cam Reddish, lesionado en una pierna y cuya presencia en próximas rondas parece improbable. Los de Krzyzewski necesitaron y encontraron al mejor Tre Jones, que dejó atrás su horrible día ante UCF para doctorarse ante los Hokies. 22 puntos, 8 asistencias y 0 pérdidas. Y no faltaron a su cita RJ Barrett (18 puntos y 11 asistencias) y el imparable Zion Williamson (23 puntos y otra exhibición de highlights). Survive and advance.

Y es que el duelo ante Virginia Tech se presumía como el posible final. Los Hokies habían ya derrotado a los Blue Devils en la fase regular y su estilo guerrero y con gran acierto desde el perímetro se preveía como lo que acabó siendo, un auténtico dolor de cabeza. Los de Buzz Williams dominaron la primera mitad (7 triples), pero nunca pudieron abrir una brecha que fuera realmente un problema para los de Krzyzewski.

Duke esperó su momento y encadenó grandes minutos en el segundo tiempo, con 0-11 de parcial impulsado por el valiente Tre Jones, para llegar al tramo final por delante en el marcador. Pero Virginia Tech aún no había dicho su última palabra y recurría al poderío interior de Kerry Blackshear para volver a engancharse al duelo. Quedaban pocos segundos. Y Tre Jones le daba un último ataque a los Hokies con un tiro libre fallado. La oportunidad definitiva para, ahora sí, eliminar al gran favorito. Sin embargo, esta Duke sigue envuelta en un aura de fortuna que hace que hasta el tiro más sencillo del rival acabe fuera. Ni el triple de Hill, ni el de Outlaw, ni el alley-oop milimétricamente diseñado para el mismo Hill en el último segundo. Ningún balón entró. Como tampoco entró ante UCF. Los dioses del baloncesto quieren otro final para la etapa universitaria de Zion Williamson. Y quizás, este acaba incluso con champán.

Houston (#3) 58 – Kentucky (#2) 62

Una auténtica pelea de perros. Contacto en todas las jugadas, intensidad máxima, contundente batalla en el rebote, dureza en cada choque y un final de infarto en el que bien podría haber ganado cualquiera. Kentucky está en el Elite Eight tras volver a demostrar que, pese a tener varios jugadores de primer año en su plantilla, estos Wildcats tienen mucho oficio. Y con PJ Washington de vuelta, los de Calipari son capaces de decantar cualquier final de partido. Houston tenía el encuentro de cara con los triples de Corey Davis y Armoni Brooks, pero toparon con un PJ Washington imponente. 16 puntos, 6/8 en tiros y providencial en el momento más caliente. Menudo retorno.

Recuperar a un jugador siempre da un añadido más a los equipos. Y cuando este es tu gran referencia anotadora y espiritual, sales como arrancó Kentucky el encuentro: arrollando. Los de Calipari dominaban tempo, batalla y rebote con el ala-pívot acompañando a un cinco de garantías como está siendo el veterano Reid Travis. Houston no encontraba ni acierto ni a su gran estrella, un Corey Davis que aún estaba por llegar.

Pero el escolta despertó. Y con él, lo hicieron también los Cougars, que se crecieron minuto tras minuto hasta incluso llegar a tomar la iniciativa en el marcador. Davis estuvo muy bien secundado por un inspirado Armoni Brooks (20 puntos y 6 triples), cuyo acierto a tres minutos del final parecía confirmar el gran estado de forma de unos y las dudas de otros. Kentucky no dejó de creer y se agarró al partido desde el carácter y el tiro libre… esperando la aparición final de alguna estrella. Y emergió su gran alma para liderar un parcial de 0-5 cuando más quemaba el balón. Canastón al poste, taponazo tremendo a Davis y asistencia para que Tyler Herro (19 puntos) pusiera desde el triple un 58-60 que daba medio partido a los Wildcats. Houston volvió a confiar en Corey Davis, pero no pudo superar la magistral defensa de Ashton Hagans. Game, set and match.

LSU (#3) 63 – Michigan State (#2) 80

Enero. Febrero. Izzo. El tercer mes del año tiene ganado ad eternum el apellido de esta gran leyenda universitaria y no es para menos. La metamorfosis competitiva de su proyecto ya tan sólo es cuestión de días. Apenas quedan trazas del equipo que ofreció dudas en primera y segunda ronda y ante LSU, Michigan State optimizó cada ataque, afinó la puntería y encontró grandes actores secundarios para descargar de presión a Cassius Winston, su líder y timón. Los Tigers sobrevivieron de las acciones individuales del fugaz y explosivo Tremont Waters. Y ya sabe, es cuestión de números. Cinco siempre es mayor que uno.

28-40 en la primera mitad. Y gracias a Waters. El alma de los Tigers intentó levantar a una LSU que fue claramente superada en todos los sentidos durante los 40 minutos. Michigan State ejecutó a la perfección desde el perímetro (13 triples, nuevo récord de la universidad en un March Madness), encontró al escudero perfecto para Cassius Winston, un omnipresente Aaron Henry (20 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias), e incluso le ganó la batalla por el rebote (41 a 34) al juego interior de mayor envergadura y físico de toda la NCAA. Maquinaria perfectamente engrasada. Y ahora, a por Duke.

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