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Kyle Guy y Jarrett Culver, héroes. Virginia-Texas Tech, final de la NCAA

Kyle Guy y Jarrett Culver, héroes. Virginia-Texas Tech, final de la NCAA

El escolta de los Cavaliers decidió ante Auburn en el momento más caliente, mientras que un triplazo de Culver sentenció a Michigan State.

Ya tenemos gran final de la NCAA, pero antes hagamos un repaso de lo que fueron las semifinales de la Final Four 2019.

Auburn (#5) 62 – Virginia (#1) 63

Tras 39 minutos y 59 segundos, una falta y los posteriores tiros libres decidieron el primer finalista de la temporada NCAA. Kyle Guy llevó a Virginia al último capítulo de una Final Four que empezó con un precioso duelo de estilos y dinámicas que terminó de la forma más inesperada. Auburn estaba ya saboreando la primera final de su historia tras un increíble parcial de 12-0, dejando a Virginia sin anotar durante más de cinco minutos. Pero la magia de la Final Four hace que ocurra lo más inexplicable e imprevisible. Y cuando cualquier equipo se habría derrumbado, los de Tony Bennett supieron darle la vuelta. Primera final para los Cavaliers. Una oportunidad inmejorable para borrar definitivamente el fracaso ante UMBC.

Los nervios iniciales lógicos ante un evento de tal magnitud dejaron paso a un primer duelo por el dominio del tempo. Auburn quiso imponer su mayor ritmo y se lanzó en vertiginosos contraataques liderados de forma magistral por Jared Harper. Virginia, ante la amenaza rival, intentaba contrarrestarlo con ataques más largos y elaborados, pero únicamente encontraba a Ty Jerome (autor de 21 puntos) en una parcela ofensiva muy atascada. Los de Tony Bennett fueron incapaces de encontrar buenas situaciones ante la intensa defensa en la pintura de los Tigers, que llegaban al descanso con una corta ventaja (31-28) y habiendo utilizado hasta nueve jugadores.

Virginia necesitaba recuperar la mejor versión de sus referencias, especialmente de DeAndre Hunter. Y la aparición del todoterreno cambió radicalmente el guion del partido, dominando la pintura defensiva y monopolizando con acierto los primeros ataques de los Cavaliers en la segunda mitad. Una buena dinámica que conseguía, además, involucrar a Kyle Guy y Ty Jerome para alcanzar una máxima de diez puntos tras un triple del base. Escenario inmejorable para cerrar una cómoda victoria. Salvo ante Auburn, el equipo más resistente y combativo de este March Madness. Bryce Brown y Jared Harper surgieron para sacar a los Tigers de una más que probable eliminación… 14-0 de parcial. Game over.

O no. Kyle Guy emergió como la gran estrella que se le presuponía. Triplazo desde la esquina, equilibrándose en el aire y clavándola ante el defensor. 61-60. Falta sobre Harper… que perdona uno de los tiros libres. Y tras casi perder el balón Ty Jerome en un avance con serias dudas… Tony Bennett sacó su pizarra. Movimiento perfecto para liberar a Kyle Guy en la esquina. Recibir, alzarse y lanzar. Y Samir Doughty cayó en la trampa. Contacto muy claro en las piernas del tirador. Falta. La final, en la seguridad de Kyle Guy en la línea. Swish. Swish. Swish. El dulce sonido de la red. Y Virginia, a por el título.

Texas Tech (#3) 61 – Michigan State (#2) 51

I need a hero. I’m holding out of a hero ‘til the end of the night. He’s gotta be strong. He’s gotta be fast. And he’s gotta be fresh from the fight.

Al más puro estilo Bonnie Tyler celebra Texas Tech la primera final de su historia. Los de Chris Beard atraparon en su telaraña defensiva a una Michigan State que, pese a todo, volvió a recurrir a su extraordinaria ambición competitiva para igualar el choque en la segunda mitad. Y ahí apareció el gran héroe. La gran estrella. Desaparecido en combate y lastrado por las faltas… hasta el momento decisivo. Jarrett Culver ya es leyenda del March Madness tras un señor triple que sentenció una durísima batalla.

Cerrojos bien encadenados en una primera mitad de pura batalla. Michigan State confió en la dirección y liderazgo de Cassius Winston para intentar combatir la correosa defensa de una Texas Tech dispuesta a llevar el encuentro al punto más soporífero posible. Rachas de cinco y seis minutos sin moverse el marcador con tiros cada vez más lejanos y complicados se fueron sucediendo hasta llegar al pírrico 23-21 del descanso. Chris Beard, ganador del primer asalto.

Y el segundo empezó de la peor forma posible para los Red Raiders. A los problemas de faltas de un desacertado Jarrett Culver (3/12 en tiros) se sumaba la lesión de Tariq Owens, auténtico baluarte interior de los hombres de Chris Beard. Sin embargo, ante la adversidad, Texas Tech se agigantó. Kyler Edwards y, en especial, Matt Mooney (22 puntos) empezaron a sumar en ataque, abriendo una importante brecha de 12 puntos tras dos triples del francotirador (45-33). ¿Irreparable ante la mejor defensa del país?

Izzo destapó de nuevo el tarro de sus esencias más competitivas. Y aprovechando otro momento de zozobra y desacierto, los Spartans volvieron a meterse en el partido. Tiros libres fallados en un lado, canastas sufridas en el otro… y 52-51 a 3 minutos del final. Otro cara y cruz. Otro momento para héroes y leyendas. Sin el mejor Cassius Winston, Michigan State se quedó sin ideas… aunque llegó a tener un triple (de Matt McQuaid) para empatar en el último minuto. Y tras dicho fallo, la heroica sentencia de Jarrett Culver. Triple desde la frontal y puñal directo al corazón de los Spartans. La estocada definitiva de un apasionante combate que sólo podía llevarse uno.

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