Antes de terminar el 2019, Gigantes hablaba con uno de los jugadores más interesantes de la LEB Oro, que sueña con hacerse un nombre en la Liga Endesa. Su nombre es Facundo Corvalán y estos días ha vuelto a ser noticia porque sufrió el coronavirus.
El argentino del ZTE Real Canoe, llegado esta temporada a España, nos atiende ahora desde su país para confirmar lo que ya habíamos leído: ha podido con un bicho duro de pelar. Lo ha hecho para salir más fuerte y pensar ya en un futuro que traiga grandes momentos a sus 21 años.
Llegar a su casa, una odisea para Corvalán
Cuando, a comienzos de marzo, todo estalló, su club le dio permiso para volver a su hogar. «En España me dijeron que los hospitales estaban colapsados y no iban a atender a pacientes jóvenes ni deportistas y al menos en Argentina si tenía síntomas iba a tener la posibilidad de ir al hospital. El club cerraba sus puertas y ya no iba a haber entrenos, ni iban a dejar entrar a más gente a mi país. Justo mi mamá estaba visitándome y cuando ella se sacó el pasaje y yo vi que iba para largo, lo hablé con el club. Uno quiere estar en casa, donde mejor puede estar».
Eso sí, el camino de vuelta no fue fácil, ya que el COVID-19 apareció. «En el vuelo ya tuve síntomas, un poco de fiebre, dolor de garganta y una sensación como de cansancio corporal que no era normal. Mi papá nos trajo un coche hasta el aeropuerto de Ezeiza, donde aterrizamos, y nos dejó las llaves en un recipiente a mi mamá y a mí para poder ir hasta mi localidad, Junín. Decidí conducir yo, y durante el viaje me encontré peor, pero hice el esfuerzo de llega a casa, donde solo íbamos a estar mi mamá y yo. Llegué a tener 41 de fiebre, dolores musculares, sensación de pesadez y cansancio corporal. A las horas vino la ambulancia, aunque no tuve ningún problema respiratorio ni de tos».
«Tuve miedo porque sabemos que al virus ya no le importa nada»
¿Qué pasó en el hospital? Corvalán lo detalla. «Di positivo. La buena noticia es que mi madre fue negativo y se fue para casa aislada del resto de la familia hasta hace unos días». Las siguientes impresiones del Facu alertan. «Tuve miedo porque sabemos que al virus ya no le importa nada, desconocía si me iba a afectar como veía en las noticias, afectando a gente hasta quitarle la vida. Cuando ya fueron pasando días y me empezaba a sentir mejor me pude tranquilizar. Estuve 21 días en el hospital y se me hizo largo y tedioso pero estuve muy bien acompañado por gente que se preocupó por mi. Les agradezco a ellos que me hicieron la estancia mucho más llevadera».
Aún ingresado, Corvalán ya empezó a moverse. «En el hospital pude entrenar algo pero no lo que necesita un deportista profesional. Ahora estoy en casa, disfrutando y ya pudiendo trabajar más, lógicamente no sé si voy a poder ganar mucho con lo que tengo pero voy a intentar al menos, no seguir perdiendo porque he estado más de un mes sin entrenar».
Ahora, la rutina en perfecto estado de salud es la mejor noticia para el jugador canoísta. «Me hice una planificación semanal, con estímulos de fuerza en el gimnasio, cardio, trabajo de basket, o algún vídeo para ver a diferentes jugadores. Tengo tiempo para entrenar, estar con la familia, contactar con amigos, colaborar en casa, limpiar, cocinar o ayudar a acomodar algo de la casa, que está quedando en mejores condiciones que antes».
A la espera de la resolución de la LEB Oro
Corvalán también ha tenido tiempo de hablar con su club. «Con Canoe sigo en contacto, justo he hablado hace nada con Miguel Ángel Aranzábal, (su entrenador), y me ha dicho que el lunes se terminara de definir que va a pasar con la LEB Oro».
Todo mientras valora otros momentos que le está dejando estar antes de tiempo en Argentina. «Disfrutando mucho de la familia, hacía mucho que no estábamos los cinco juntos. Aprovechamos el tiempo, aquí estamos en cuarentena, aunque no con la situación tan descontrolada como en España. Tenemos cuidados, el gobierno decretó confinamiento hasta finales de abril y veremos si se estira, que creo que es lo que va a pasar».
¿Los próximos retos? : «Intento entrenar lo mejor posible para estar preparado. Quiero dar lo máximo en lo personal y a beneficio del equipo donde me toque ir a jugar. Mi objetivo es tener una muy buena temporada para intentar dar el salto a la ACB, y eso me podría dar la posibilidad de vestir la camiseta de mi país, que es el máximo sueño».
Foto: Julia Martínez Manero
