Las Vegas, ese sitio que acaba por ser más fiable que las elucubraciones de mil expertos. Un vistazo rápido a las páginas de información especializada te desvelan, a modo de previa, cómo se paga a tal o cual equipo por ser campeón. Y ya sé que donde se mueve el dinero, se mueve el mundo.
Las casas de apuestas sacan a Golden State Warriors de la primera plaza, por primera vez en casi un lustro. Dejan de ser esa apuesta pagada a la baja, porque era la de menor riesgo. Por ejemplo, +14 dólares se pagaba el campeonato de los Toronto Raptors, a estas alturas de la película el año pasado. Mientras que si tu dinero estaba puesto en los de Oakland… malamente ibas a doblar el pavo que te habías jugado.
La NBA de la parejas
Pero este año, el de las parejas, el del verano más imparable de todos los tiempos, nos deja a varios candidatos claros, y a otros, casi claros. El dinero no se va de California, pero deja el norte camino del sur. Todo vuela a L.A. La llegada de Anthony Davis con LeBron James o el aterrizaje de Kawhi Leonard y Paul George a Los Angeles Clippers, movió el dinero y la liga. Russell Westbrook acabó en Houston, alterado por el seísmo del abandono de George. Kevin Durant se enganchó a Kyrie Irving camino de Brooklyn Nets. Los Boston Celtics conseguían a Kemba Walker; mientras que los Philadelphia 76ers y Milwaukee Bucks reafirmaban sus parejas y hacían frente a bajas sensibles. Hasta cuatro nuevas parejas surgen y otras tres o cuatro, se reafirman o reconstruyen. Una nueva redistribución de talento, de riqueza en cancha, que ha dejado una NBA más que abierta a corto y medio plazo. A muchos no les gusta: de hecho, verano tras verano, se cuestiona lo idóneo de la concentración de estrellas.
Pero ni siquiera existe tal acumulación. Hablamos de ocho equipos que aspiran a todo, en diferentes escalas, pero que no sería sorprendente que ganaran el anillo. Dicho esto, cuesta pensar una NBA en los últimos 15 años con tantas opciones. Un 25% de las franquicias aspira a ser campeón… Y el resto, ¿qué? ¿Pobrecitos? ¿Sin opciones? O simplemente, a la espera de crecer a su manera: bien desde la base o desde la concentración de medios para poder tocar a alguno de los grandes nombres libres en próximos veranos.
Las parejas toman el relevo a la fórmula de GSW, donde KD se unió a la vía del campeón. Habrá que ver si ha sido por falta de opciones o por deseo. Las apuestas de los equipos por el todo o nada han sido magistrales. Y sin herir al resto de la competición. El que no se ha armado hasta los dientes, vive en un plan a largo plazo. Y a todo esto, salimos de la fórmula Warriors contra LeBron que nos ocupó el último lustro. O a lo mejor no, pero ya solo sería en el Oeste… y nos lleva a pensar que Giannis Antetokounmpo puede dominar el Este, a no ser que los Sixers estén a otra cosa. ¿Y quién va a mandar en el Oeste? Porque sí, mucho LeBron y más Clippers, pero los Houston Rockets se han rearmado con dos tíos criados en sus calles y están como locos por echarles el guante. Además, por si no os vale como excusa lo escrito arriba, veréis con el calendario en la mano lo sencillo que va a ser en Navidad tomar la determinación de ver tal o cuál partido: Todos. Copa de Win para brindar durante la comida de Navidad y así despejados para una tarde-noche-madrugada que ya se antoja indispensable.