Como parte de la revista del mes de julio, correspondiente al número 1.486 de Gigantes, os ofrecemos este contenido premium, en el que José Ajero se centra en unos hermanos para la historia, los Gasol. Un texto patrocinado por Win Sin Alcohol, perteneciente a la Win Zone by Gigantes.
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La moda de la familia que se elige y la que te toca. Ahora se dice mucho eso. Cada vez que hay una despedida de algún equipo, o de la actividad profesional, se nos llena la boca de la palabra: familia. No es muy normal que la dada y la designada, coincidan. De hecho, no les pasa casi ni a los Gasol, la pareja de hermanos más definitiva del deporte ¿nacional? No, qué va… internacional.
Ha habido ejemplos y cada uno que tire por un deporte, pues sacará sus propias conclusiones. Por ejemplo, al que le guste el tenis, pues se lo habrá gozado con las hermanas Williams, sin ir más lejos. Pero tenemos que quedarnos con los Gasol, porque son nuestros y han conquistado suelo allende los mares.
Hito Histórico
El anillo de Marc Gasol convierte a los dos hermanos en campeones de la NBA, algo que nunca se había dado en la historia de la Liga. Sí, sí… de la liga del basket americano. Un logro de más calado que el de ser seleccionado para un All-Star, que conlleva más fanfarria, al ser una fiesta. Bueno, La Fiesta con mayúsculas.
Pero para no entrar en discusión de qué puede ser más llamativo o menos, lo cierto es que Marc y Pau, han hecho las dos cosas: parando al mundo en Nueva York, allá por febrero de 2015, y recibiendo la ovación de todo el mundo en los primeros días de junio de 2019, por el anillo de los Raptors, con el menor de los dos, de por medio. Quizás esto es lo más brillante de su común aventura. Un largo viaje de sensaciones y consecuencias positivas que empieza con el enclenque Pau viajando a Memphis, donde fue nombrado el mejor joven de su promoción en 2002. Luego, dos anillos, los oros europeos, los All-Star y ser escudero y valedor en parte de los éxitos de Kobe Bryant, uno de los mejores del juego.
Pero por buscar una fecha común, en la que Marc ya entra en juego, nos tendríamos que ir al Japón del año 2006. Donde un jugador en formación va como integrante del combinado que lidera su hermano. Era Marc el señalado… Pau, el elegido. Y al final, el destino les intercambió el camino. El mayor se lesionaba y el pequeño llenaba sus zapatillas en la final, siendo nuestro ancla en la pintura de Grecia.
De ahí, de esa curiosa alternancia, nace otra perenne. Pau sale de Memphis, Marc llega a Memphis. Pau suma con Lakers; Marc es el primer extranjero en ser elegido mejor defensor. Viajes intermitentes al All-Star…
En fin, carreras de brillo, pero por caminos diferentes. Hasta aquel salto de 2015 en el Madison Square Garden de Mohamed Ali. Coincidencia de estrellas, de familia dada y elegida… Y hoy, en 2019, el camino vuelve a unirles. Nunca, pero nunca, dos hermanos habían ganado la NBA. Fue en San Francisco, la capital del mundo 2.0. Cosas de casa.
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