ACB VINTAGEEstás viendo//En medio de la guerra entre Wayne Robinson y Fernando Martín, por Sixto Miguel Serrano
En medio de la guerra entre Wayne Robinson y Fernando Martín, por Sixto Miguel Serrano

En medio de la guerra entre Wayne Robinson y Fernando Martín, por Sixto Miguel Serrano

El americano y el madrileño tuvieron sus más y sus menos en el Real Madrid. Dos grandes jugadores, dos fuertes personalidades, dos líderes. La crisis entre ellos tenía que estallar. Y a mí me pilló justo en medio

A lo largo de mi carrera siempre he intentado evitar la polémica, no me gusta.

Nunca busqué el conflicto, pero una vez él me encontró a mí. Y de manera cruel. Me vi en el medio de un choque entre dos personas a las que yo apreciaba mucho: Wayne Robinson y Fernando Martín.

Ocurrió en la temporada 1985-86, la primera de Gigantes. Comenzó en un partido de Copa de Europa que el Real Madrid jugó en Tel Aviv ante el Maccabi, a mediados de diciembre de 1985. Los blancos llevaban diez años sin ganar en Iad Eliahu (La Mano de Elías) y sufrían la baja de Martín. Sin él, emergió un colosal Robinson, que firmó la victoria 93-102 jugando su mejor partido en el Real: 42 puntos (15-20 de dos, 1-1 triples, 9-12 libres), 11 rebotes, 2 asistencias, 1 tapón.

Luego el Madrid se quedó fuera (como Maccabi, Simac Milán y Limoges) de la final de Budapest, que disputaron Zalgiris Kaunas y Cibona Zagreb, pero el rendimiento de Robinson fue sensacional. Mi compañero y amigo del alma Fernando Laura y yo, que nos llevábamos muy bien con él, decidimos hacerle una de nuestras típicas entrevistas amables. Nuestra visión del periodismo era idéntica: nos gustaba destacar lo bueno.

Y a eso fuimos a últimos de marzo de 1986 a su casa de Arturo Soria 263 (yo vivía y sigo viviendo muy cerca, paso a veces por delante y me acuerdo de aquellos tiempos). Un relajado Wayne nos presentó a su simpática mujer René y a su hijo madrileño Blake, nacido en noviembre. Pero al hablar del Real Madrid desencadenó una tormenta con sus declaraciones, que publiqué en el número 21 de Gigantes (31 de marzo de 1986): “Hemos perdido la mentalidad ganadora. Estamos más desunidos que en años anteriores. La mayoría de mis compañeros llevan muchos años en el equipo y no están suficientemente motivados. El equipo necesita una renovación. Respeto la manera de dirigir de Lolo Sáinz, pero no la comparto. Llevo tres años conviviendo con mis compañeros y mi relación humana no ha mejorado nada”.

LA QUE SE PREVEÍA UNA ENTREVISTA AMABLE GENERÓ UN TERREMOTO ENTRE DOS ESTRELLAS CON MUCHO CARÁCTER. “HAY TENSIÓN ENTRE NOSOTROS. JUEGO MEJOR SIN ÉL”

Esto ya era explosivo, pero la auténtica bomba la dejó para el final. “Hay algo de tensión entre Fernando Martín y yo. Tenemos estilos diferentes y existe un gran respeto. Algunas veces yo le doy pases a él para que consiga puntos fáciles, él no hace igual conmigo. Juego más a gusto, más tranquilo sin Fernando Martín porque el equipo juega más en bloque”.

La entrevista amable, para gran sorpresa nuestra, se convertía en una declaración de guerra.

Yo tenía la costumbre de grabar mis entrevistas en un magnetófono. Por comodidad, conversaba con el protagonista sin escribir ni desviar mi atención al papel; y por rigor, no dejaba nada a mi letra o a mi memoria, trascribía exactamente lo grabado en mi cassette. Después de escuchar otra vez la conversación, me preocupé por Wayne. Le llamé por teléfono. “Es muy grave lo que dices, te va a traer problemas, ¿quieres que no lo publique?”. Me contestó firme: “Gracias, amigo, pero no es necesario, he dicho lo que pienso”. No me quedé tranquilo, “¿estás seguro?”, le inquirí otra vez. “Sí, absolutamente”.

Al día siguiente o al otro, fue Robinson el que me llamó a mí. “Lo he pensado mejor, tienes razón, me va a perjudicar, quiero cambiar algunas cosas”. Le contesté que me temía que ya era tarde, que la entrevista estaba en máquinas, pero que intentaría pararla. “Pásate por Gigantes y vemos qué podemos hacer”. Robinson nos visitó en la primera Redacción de esta revista, en la primera planta del número 24 de la calle Arzobispo Morcillo, detrás de la Ciudad Deportiva del Real Madrid. Le enseñé la maqueta y pudimos eliminar las declaraciones más fuertes. Wayne se quedó más tranquilo. Yo le eché un capote extra y conseguí que la referencia en portada a la entrevista fuera una frase suya que no venía a cuento: “El Real Madrid es el mejor”. Era completamente absurdo y no tenía relación con el texto, pero yo intentaba que la entrevista pasara desapercibida. Con nulo éxito.

Fue un bombazo, se armó un revuelo enorme. Muchos medios se hicieron eco, entre ellos el diario Marca con Manolo Saucedo, su redactor de baloncesto. Citó mal, dijo que la entrevista la había hecho Sixto López, imagino que haciéndose un lío entre Siro López y Sixto Miguel Serrano. No sé si cometió más errores o añadió algo, pero Martín se enfadó mucho con él y el enredo creció.

A Wayne le preguntó el Madrid si eran ciertas esas declaraciones. Respondió que sí. Sabía que yo las tenía grabadas, pero estoy seguro que en caso contrario habría actuado igual, asumiéndolas, era noble.

Me telefoneó Mariano Jaquotot, el directivo del baloncesto, una persona muy afable. “Nos gustaría tener una reunión con todas las partes implicadas”. Fue en la cafetería de la Ciudad Deportiva. Estábamos Jaquotot, Lolo Sáinz, Clifford Luyk, Robinson, Martín, Saucedo y yo. Hubo un momento de altísima tensión cuando Martín se abalanzó sobre Saucedo, molesto con lo que éste había escrito de él. Luyk agarró a Fernando y evitó la pelea.

Por lo que a mí respecta, me enorgulleció que todos me creyeran sin un atisbo de duda. Me hizo especial ilusión la reacción de Fernando Martín. ”Yo te conozco bien, Sixto, y sé que eres un periodista serio y que no buscas líos. Todo está bien contigo, como siempre”.

Yo llevé el magnetófono y la cinta y los deposité en la mesa, a disposición de quien quisiera escuchar la entrevista. Nadie lo hizo. Mejor para Robinson. En el cassette se quedaron para siempre sus manifestaciones más fuertes. De las publicadas dijo que se ratificaba, pero que se había equivocado, que se arrepentía.

Entre Fernando Martín y Wayne Robinson ya nada volvió a ser igual. Lo que no cambió fue mi buena relación con los dos. Ambos entendieron mi papel y me siguieron tratando igual de bien que antes de la crisis. Amigos o no, el caso es que Robinson y Martín formaron una fantástica pareja de pívots. Jugaron juntos tres temporadas y el Real Madrid ganó con ellos tres Ligas y dos Copas, incluyendo el doblete de esta última campaña. Los dos abandonaron el Madrid en junio. Robinson se fue al Cacaolat Granollers y Martín a Portland Trailblazers.

A Fernando Martín y a Wayne Robinson les distanciaban muchas cosas. Otras les unían, como su carácter ganador y su gran profesionalidad. También su tremenda humanidad. Yo estuve en el centro de su guerra, la guerra entre dos gigantes, y salí indemne.

Deliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Desliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Cargando el siguiente contenidoEspera un momento por favor :)