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El derbi de la ciudad de Burgos, por Santi Escribano

El derbi de la ciudad de Burgos, por Santi Escribano

Reportaje incluido dentro del número 1539 de la revista Gigantes del Basket, ‘Pionera.

¿Qué tienen en común Atenas, Salónica, Belgrado, Bolonia, Madrid, Los Angeles o Nueva York con Burgos? Que son ciudades que viven con pasión el baloncesto y que tienen, tenían o van a tener derbi vecinal en la élite. Esta temporada 2023-24 la LEB Oro vivirá por primera vez el duelo Longevida San Pablo Burgos – Grupo Ureta Tizona; tras el inesperado segundo añito en el infierno de los primeros y el ascenso de récord de los segundos.

Al estilo calendario NBA con partidos bonitos en fechas especiales, el primer derbi burgalés oficial será el 5 de enero en el histórico pabellón de El Plantío, con el Tizona como local, todo un regalo de Reyes. Pero enero suena a futuro lejano en una liga tan imprevisible como la LEB Oro en la que, a priori, cada uno tiene objetivos deportivos muy diferentes: permanencia los locales, ascenso los visitantes. “El derbi será especial y no negamos que tiene cierto morbillo, pero el interés real dependerá de cómo estemos ambos en la clasificación”, dice el presidente anfitrión, Miguel Ángel Benavente.

LA HERENCIA DEL AUTOCID

¿Morbillo? Sí, la verdad es que sí. El Longevida San Pablo de los tres títulos internacionales y el Grupo Ureta Tizona que firmó la mejor temporada histórica de la LEB Plata son herederos, cada uno a su manera, de una misma historia: la del Autocid Ford Burgos de los tres ascensos consecutivos a ACB no culminados. Los partidos en El Plantío de ese equipo que fue subiendo escalones de EBA a LEB Oro en la década de los 2000 eran todo un acontecimiento social y la afición al baloncesto de la ciudad recuerda a jugadores como Tony Smith – cuya camiseta retiró este año el Tizona- Pep Ortega, Luke Sikma o Micah Downs como auténticos héroes. Pero nunca había tenido equipo en la máxima categoría masculina hasta que en 2017 irrumpió el San Pablo en ACB.

Lo que pasó después lo conocemos perfectamente: Burgos demostró que tenía ganas de ACB con una respuesta de la afición que desbordó a los más optimistas, llenando el nuevo Coliseum desde la primera temporada. Su ilusión se contagiaba con desplazamientos de miles de personas a otras canchas de la liga y con un tono en la comunicación oficial moderno, diferente y divertido que hacía falta. Y, crecidos con esta acogida, desde los despachos hicieron una apuesta firme por el crecimiento deportivo y apuntar a cotas más altas: participaciones en playoffs, Copa y sobre todo los dos campeonatos seguidos de Basketball Champions League (2020 y 2021) y el de Copa Intercontinental (2021) que brillan con luz propia en la historia de una ciudad milenaria.

TODO BURGOS SABE LO QUE ES EL CANON ACB

Todo Burgos sabe perfectamente qué es eso del canon ACB: lo que les impidió disfrutar de la Liga Endesa en su ciudad hasta en tres ocasiones antes del celebrado ascenso de 2017, año en el que una sentencia de la Comisión Nacional de la Competencia consideró que el canon era «injustificado, discriminatorio y excesivo para los clubes recién ascendidos» y obligaba a la ACB a rebajar las exigentes condiciones de acceso a la liga; una sentencia ratificada este mismo año por el Tribunal Supremo. Entre 2008 y 2017 solo el Andorra había subido abonando el canon; y a los ascensos deportivos de Menorca, Lucentum, Ourense, Palencia y Melilla les pasó en los despachos lo mismo que a los del Autocid.

¿Quien se había atrevido a denunciar a la ACB al respecto del dichoso canon? El Tizona ¿Y cuál fue el primer club que se benefició de la sentencia? El San Pablo. Glups, así que a esto se referían con el morbillo. Miguel Ángel Benavente ya era presidente del club azulón por entonces y explica que, tras el varapalo del no ascenso de 2013, en 2014 habían intentado esquivar el canon “creando una nueva Sociedad Anónima Deportiva, el CB Tizona, que había adquirido y actualizado los derechos de competición del desaparecido Baloncesto León. Pero la ACB no lo admitió”. Esa nueva S.A.D. heredaba toda la historia y derechos deportivos del CB Atapuerca. Baile de nombres y sociedades que se entienden mejor si nos referimos “al Autocid”.

La marca Autocid Ford Burgos ahora es Grupo Ureta, ambas empresas automovilísticas propiedad de Fernando Andrés, cuya implicación va más allá la del patrocinio y está considerado el auténtico patrón de estos proyectos deportivos. “Creemos que el deporte son valores y principios, y eso implica luchar contra las irregularidades. Pensábamos que las condiciones del canon ACB eran injustas, así que tras conversar con la liga y que nos dijeran que lo resolviera un juez… pues eso hicimos”, cuenta. El Autocid caldeó el fresco verano burgalés con dos bombazos: dejaba de competir en LEB Oro (aunque mantenía su estructura de cantera), y presentaba una demanda contra el canon ACB. “Fue una historia de David contra Goliat, de locos”, se emociona el presidente Benavente al recordarlo, “aunque aún me duele que ningún otro club quisiera unirse, pese a que finalmente ha beneficiado a todo el baloncesto español”. La drástica decisión de renunciar al baloncesto profesional tiene una explicación legal: “según nuestro equipo jurídico, seguir compitiendo como si nada en LEB implicaba que se aceptaban esas condiciones injustas”.

CALIENTE VERANO DE 2015

Como reacción inmediata tras el doble bombazo del verano de 2015, otro grupo de empresarios burgaleses se lió la manta a la cabeza para no dejar a la “caput Castelae” sin baloncesto de elite. Albano Martínez, actual director deportivo del San Pablo Burgos y que vivió el paso de EBA a LEB Oro del Autocid como jugador, nos lo recuerda: “era ya agosto, otros equipos ya estaban entrenando y nosotros todavía viendo si era posible inscribir al equipo. Fue una iniciativa dirigida por los empresarios Jesús Martínez, Diego Rojas y Felix Sancho, a contrarreloj”. A partir de un humilde club de categoría provincial, el CB Miraflores, y “aunque era otro grupo directivo y otro club nuevo, salimos a tiempo porque buena parte de la estructura deportiva fue la misma que tenía el Autocid, empezando por el entrenador Andreu Casadevall”. Una continuidad que el presidente de Tizona afirma que facilitaron al nuevo club.

Casadevall salió rumbo ACB con Zaragoza con la temporada empezada, pero le suplió otro hombre de casa como Diego Epifanio “Epi” que fue quien consiguió dos años después cumplir el sueño ACB del baloncesto de Burgos. Primero en la cancha del Palencia el 9 de junio de 2017 y después en los despachos, en una fecha que Albano tiene grabada: “el 25 de julio de 2017”. Fue cuando la ACB admitió ¡por fin! la inscripción de un equipo de Burgos en su liga, gracias a la rebaja de las condiciones del canon provocada por la denuncia de otro equipo de Burgos.

Y ojo, que sigue habiendo una denuncia del Tizona por resolver: una relativa a la no aceptación de los derechos ACB adquiridos al León en 2015. “Está ya en la Audiencia Nacional, y pensamos que el hecho de que San Pablo sí jugara dos años después en ACB nos beneficia en este proceso: demuestra lo que hubiéramos podido generar, el interés por el baloncesto en Burgos, los perjuicios que nos ha causado que no se nos inscribiera”, reflexiona Miguel Ángel Benavente.

CAMINO DE VUELTA SIN ATAJOS

Si brillantes fueron los éxitos del San Pablo Burgos, su descenso fue sonado. El típico curso en el que no sale nada, sin paciencia, con baile de jugadores y entrenadores. Y pese a la fuerte inversión económica y la ejemplar respuesta de la grada en el regreso a la LEB Oro, el pasado curso 2022-23 no fue mucho mejor: derrotas inesperadas, nervios y jugarse todo el “camino de vuelta” a la carta del playoff y la Final Four, donde la fiel afición del Coliseum fue testigo de un “maracanazo” en toda regla. “Fallamos en los momentos clave, en la propia Final Four no estuvimos bien, fue una temporada de montaña rusa, y enfrente tuvimos a un bloque como Palencia”, reflexiona el director deportivo.

Lolo Encinas, que entrenaba al GBC que contra pronóstico se coló en dicha Final Four y casi da el susto a los anfitriones en semis, fue el elegido para guiar al equipo de regreso a la ACB. Un objetivo público y notorio, que para el técnico guipuzcoano no supone presión, sino ilusión. Tanta como para renunciar a otras ofertas tan interesantes como seguir siendo profeta en su tierra con el GBC o acompañar a su amigo y ex jefe Pablo Laso en Múnich. “Me veo capacitado y esta presión es mucho mejor que la que tienes cuando juegas para no bajar. Luchar por subir a ACB es muy bonito”. Solo valen las victorias en el día a día, y, como explica su jefe, “debemos humildes y saber que hay que bajar siempre al barro, que los partidos se ganan por calidad y por intensidad”.

“VETERANOS, PERO NUEVOS”

La recordada etapa del Autocid Ford Burgos de los tres no ascensos tuvo una clarísima seña de identidad: la continuidad en el banquillo. El mencionado Andreu Casadevall fue el entrenador del equipo entre 2008 y 2015 y ese es el espejo en que se mira Diego Ocampo, aunque su llegada en LEB Plata al Grupo Ureta Tizona fue muy distinta: relevó en la última jornada a Francis Tomé para disputar los playoffs de la 21-22. “Me llaman un jueves, me presento al equipo un sábado y el domingo ya jugábamos. Era una situación de urgencia, con el objetivo a corto plazo de ascender, aunque también me hablaron de un proyecto donde es importante la cantera, la estabilidad, tener un estilo de juego”. ¿Brindis al sol de la directiva para convencer a un entrenador de prestigio? No. La renovación se fraguó en un vestuario hundido tras la eliminación por el joven filial del Valencia Basket. “Me explican que quieren seguir trabajando en la misma línea que habían visto en esos quince días, que quieren que yo dirija el proyecto en la cancha”, recuerda, agradecido, Ocampo. Mientras, de reojo el club estuvo muy atento a si algún club renunciara a su plaza en Oro, aunque no fue así.

El proyecto que empezó rompiendo todo para salir en la Primera División castellano leonesa en 2015-16 fue subiendo categorías poco a poco para volver brevemente a LEB Oro en 2020-21, donde el extraño formato durante la pandemia no ayudó, precisamente. Ahora, tras firmar con Diego Ocampo al frente la mejor temporada de la historia de la LEB Plata, título de Copa incluido, y ascender por la puerta grande a la LEB Oro, el Grupo Ureta Tizona sigue teniendo la palabra “proyecto” como leitmotiv, a la que podría sumarse “ilusión”. “Buscamos dar un paso más, ser sostenibles. Queremos conseguir la permanencia, pero manteniendo nuestro estilo de juego y de hacer las cosas. En paralelo, que la cantera siga creciendo, tanto como escuela de valores como en competitividad”, explica Ocampo. Miguel Ángel Benavente cuenta con orgullo que “este año toca no pasar apuros y seguir creciendo. Somos uno de los clubes veteranos de la LEB Oro pero nuevos otra vez en la liga. La historia del Autocid no se ha perdido”.

UNA RELACIÓN CORDIAL

San Pablo y Tizona no comparten cancha de juego, pero sí de entrenamientos. Y como explican tanto Lolo Encinas como Diego Ocampo, ambos equipos se cruzan a diario en El Plantío y “hay una relación cordial” en la que prima la naturalidad y el respeto. Se deshacen en elogios respecto a sus compañeros y rivales. “Va a ser muy difícil ganarles en su cancha, es un equipo que viene con la dinámica ganadora del año pasado”, dice Encinas. “Tanto el cuerpo técnico como jugadores importantes conocen bien la LEB Oro y aunque con tantas novedades quizá necesiten tiempo para alcanzar la regularidad, no deben ponerse nerviosos”, opina Ocampo.

¿Cómo de atentos a qué le pasa al vecino están? “A mí me preocuparán en las semanas previas a jugar contra ellos, como cualquier otro rival”, dice Encinas. “La rivalidad es buena porque aumenta la competitividad, pero estar mirando al rival te quita energías”, explica Ocampo. “No queríamos coincidir, pero porque nuestro objetivo era estar en ACB, nos centramos en seguir nuestro camino”, reconoce Albano. “Es una competitividad que nos favorece a todos, y es una rivalidad deportiva, no social, cada afición defenderá sus colores”, piensa el “patrón” del Tizona.

Y hemos hecho la pregunta del millón a todos nuestros protagonistas ¿Hay sitio para dos clubes de elite en una ciudad de 180.000 habitantes? Todos piensan que sí y que sus respectivos proyectos son sólidos, viables e independientes. Como bien señala Benavente, “en Burgos convivimos muchos clubes de elite: el fútbol, el rugby el voleibol, el balonmano, el ciclismo…” Aunque sí hay matices. “Hay mucha masa social compartida”, piensa Albano Martínez. “Ahora en LEB claro que hay espacio, pero otra cosa sería si los dos estuviéramos en ACB”, reflexiona Fernando Andrés. “No hay futuro, ya ha pasado, el presente no se ve…”, así que a disfrutar del curso baloncestístico en la LEB Oro y ese primer derbi burgalés. Y sobre todo, “no te olvides de donde vienes”.

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