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Joel Parra: “Nuestro objetivo es que la Penya vuelva a ser grande” Hablamos con uno de los referentes del Joventut

Joel Parra: “Nuestro objetivo es que la Penya vuelva a ser grande” Hablamos con uno de los referentes del Joventut

Joel Parra llegó al club con cinco años, espiaba los entrenamientos del primer equipo por una rendija, pasó por todas las categorías y hasta tuvo que adaptarse a un cambio en la mano de tiro, pero el camino ha valido la pena. Ahora toca disfrutar.

Superados los problemas económicos que pusieron en riesgo la viabilidad del club hace unos años, el Joventut de Badalona vive un momento optimista en el que se marca objetivos ambiciosos. El club quiere volver a levantar la voz con un proyecto en el que los jugadores formados en la cantera son esenciales. Uno de ellos, Joel Parra, hace el ejercicio de sumergirse en las entrañas de la entidad para ayudarnos a entender la pócima del éxito verdinegro.

Gigantes: ¿Cómo te has encontrado en este inicio de temporada?

Joel Parra: Muy bien, con muy buenas sensaciones y confianza, tanto por parte de los compañeros como del entrenador. Estoy contento porque de momento estamos cumpliendo los objetivos que nos propusimos al inicio de la temporada. Creo que voy por el buen camino. Por desgracia hemos tenido muchas bajas, pero el equipo lo ha entendido y todo el mundo ha aportado un poco más. Además, aquí tenemos la suerte de que los jugadores jóvenes del equipo vinculado nos ayudan mucho durante la semana.

G: ¿Qué objetivos se tiene que marcar esta Penya?

Joel Parra: Nuestro objetivo es que la Penya vuelva a ser grande, como aquella de Jordi Villacampa y Rafa Jofresa. Igualar lo que hicieron es muy difícil porque aquellos años fueron muy buenos, pero tenemos que ser uno de los equipos importantes de la Liga Endesa, que los rivales nos tengan el miedo o el respeto de otras épocas. Tenemos que lograr que piensen: ojo con la Penya, que es un equipo que puede ganar a cualquiera.

G: ¿Qué te pide Carles Duran?

Joel Parra: Lo que me pide es que sea yo mismo, que haga las cosas que me han llevado hasta el primer equipo del Joventut. Me da muchos consejos y me recuerda que todo empieza desde la defensa, que aporte mucha energía, que rebotee y que corra el campo. La clave es explotar las cosas que me definen y que tienen que ver con la intensidad.

G: ¿Notas que has ganado madurez y regularidad?

Joel Parra: Sí, está claro. El factor clave es la confianza de la cual te hablaba al principio. Éste es mi quinto año en el primer equipo y cada año que pasa se nota. Me noto más maduro y con un juego más regular. Es un proceso por el que todos los jugadores jóvenes van pasando y cada uno tiene su propia evolución. Yo me siento asentado.

G: Jordi Martí dice que jugar la Eurocup es una bendición para que los jóvenes ganéis experiencia.

Joel Parra: La Liga Endesa es una competición muy dura, una de las mejores. Te exige un nivel de competitividad tanto mental como físico muy grande. Cuando estás metido en dinámica te centras mucho en ganar y en conseguir resultados, como lograr la clasificación para la Copa del Rey o un billete para los play-off. La Eurocup también es una competición muy dura y física. Tener dos partidos por semana nos ayuda mucho a los jugadores jóvenes del equipo. Es una dinámica que nos va muy bien. Entrenar también te ayuda a progresar, pero la clave para que un jugador joven madure es que pueda jugar. Si no lo haces cuando eres joven, no coges experiencia.

G: Tú has pasado por todas las categorías inferiores del club, llegaste cuando apenas tenías cinco años.

Joel Parra: Sí, mis padres habían practicado basket toda la vida. Mi madre había jugado en el club y mantenía el contacto con la que era la coordinadora de la cantera en aquel momento. La llamó para ver si podía hacer las pruebas de acceso y estuve tres días entrenando con tres tipos de equipos diferentes para comprobar mi nivel. Les gusté y apostaron por incorporarme con la temporada empezada para que pudiera asegurarme la plaza. Cuando echo la vista atrás, estoy muy satisfecho de aquel punto de partida.

G:¿Cómo explicarías tú el ADN verdinegro?

Joel Parra: La Penya es un club diferente. Lo único parecido podría ser el Estudiantes, que es otro de los clubes históricos que apuesta por la cantera. El Joventut es un club especial porque conecta a los jugadores del primer equipo con los de la base. Cuando estás estrenando en las pistas laterales, puedes acercarte a ver cómo trabaja el primer equipo. Te crean la motivación de entender que, si trabajas, puedes llegar a ser uno de ellos. Es el gran sueño de todos los jugadores que están en el club. Lo bueno que tiene la Penya es que si eres joven te dan confianza y apuestan por ti.

G: Contigo apostaron por cambiarte la mano de tiro, una decisión arriesgada que ha funcionado muy bien.

Me lo dijeron cuando iba a pasar de cadete de primer año a cadete de segundo. El club había estudiado mi tiro y llegó a la conclusión que no era demasiado eficaz ya que subía la pelota con la mano derecha, pero me acababa apoyando en la otra para lanzar. No era un tiro efectivo, especialmente desde la línea de tres puntos. Pensaron que si cambiaba la mano de tiro podía ser un jugador más completo. Desde el primer momento en el que me lo propusieron fui a muerte con el objetivo porque si me lo estaban proponiendo es porque era beneficioso para mí. Me lo comunicaron un viernes y el sábado ya lo intenté poner en práctica en el partido. Cambié el chip muy rápido. Si tenía que hacer tres tiros y no tocar aro me era igual porque pensaba en una mejoría a largo plazo. Pau del Tío me ayudó mucho en el proceso. Se pasó todas las tardes ayudándome a tirar con la izquierda. Estoy contento porque el club lo hizo pensando en mi progresión y funcionó.

G: La Penya siempre ha tenido problemas para retener a los jugadores jóvenes con proyección. Tu acabas de renovar hasta el 2025, ¿qué horizonte te imaginas?

Ahora mismo el club está en un momento diferente, que no es el de antes cuando necesitaba vender jugadores para ganar dinero y mantenerse. La ambición actual es la de volver a ser un club grande con  jugadores formados en la casa, que es lo que lo hace especial. La apuesta es mantener el talento. Yo creo que el proyecto es interesante. El equipo está luchando para dentro de un tiempo poder ganar la Eurocup e intentar volver a la Euroliga. Que el Joventut volviera a estar en la máxima competición europea sería un sueño.

G: Tú llevabas siempre el dorsal 4, pero se lo cediste a Pau Ribas cuando regresó al club. ¿Cómo fue la decisión?

Durante toda mi carrera en el Joventut siempre había llevado el dorsal 4. Días antes de que se hiciera oficial el fichaje de Pau Ribas, me escribió por whatsapp preguntándome si podría cederle el número, que era algo que le había mucha ilusión. Para mí no fue ningún problema, la verdad. Él es un referente en el club y se merecía que le cediera el dorsal 4. Yo me pasé al 44, que es un número que también me gusta.

G: Cuando empezabas a jugar, ¿a quién tenías de ídolo?

Recuerdo que cuando acabábamos de entrenar nos acercábamos a la pista central para ver por una rejilla cómo trabajaba el primer equipo. Era la época de Ricky Rubio. Rudy Fernández y Pau Ribas, un tridente histórico en el club. Todos los niños de aquella época queríamos ser como ellos, así que ellos fueron mis referentes.

G:Pese a tener apenas 21 años, ahora te toca a ti hacer ese papel.

Este club es especial por cosas así. Cuando yo llegué al primer equipo, a mí me daban consejos Albert Ventura, Xabi López-Arostegui o Neno Dimitrijevic. Todo forma parte de un proceso. El salto del equipo júnior al sénior no es sencillo y requiere un proceso, una adaptación. Es importante que los jugadores de la casa que han pasado por lo mismo te den esa confianza y te hagan sentir uno más del equipo. Ahora me toca hacerlo a mí, pero es por el bien de todos. Si los jugadores jóvenes aprenden rápido, el salto cualitativo del equipo y del club puede ser muy grande. Si el club apuesta por ti, tú tienes que dar tu máximo. En Badalona no tenemos una Masia como la el Barça o una Ciudad Deportiva como la del Real Madrid, pero somos una familia. La gente del club te hace sentir como en casa.

G:Hace unos años participaste en el Basketball Without Borders Global Camp, un evento del que salieron muchos jugadores prometedores. ¿Qué recuerdo te quedó?

Fue una experiencia única que no todo el mundo puede vivir y me hizo sentir bastante privilegiado. El simple hecho de viajar a Estados Unidos y vivir la experiencia de un All Star es algo muy especial. Poder estar una semana entrenando con algunos de los mejores jugadores el mundo me hizo sentir muy orgulloso. Aprender de los mejores entrenadores y de los grandes jugadores de mi generación fue mágico.

G:Para todos los jugadores de basket la NBA es el gran sueño. ¿Con qué ojos la miras?

Me la miro con los pies en el suelo, pero para mí es un sueño. Supongo que lo es para todos los jugadores porque, al final, es la mejor competición del mundo. Si juegas a basket, quieres estar con los mejores. Es un camino duro y yo ahora mismo estoy muy centrado en aprovechar las oportunidades que me da mi club, en trabajar mucho para ayudar a hacer crecer el proyecto. Si algún día se diera la oportunidad, me sentaría y lo valoraría, pero hay pocos jugadores que hayan dicho que no a la NBA. Me viene a la cabeza Sergi Llull… Claro que me encantaría vivir esa experiencia.

G: ¿Cómo estás viviendo tus primeros pasos con la selección española?

Con mucha ilusión y con muchas ganas de aprender de los mejores jugadores. Soy uno de los jóvenes y cuando me convocan voy preparado para disfrutar con la ilusión de dar mi máximo. Es un honor que la selección cuente conmigo. Tengo un recuerdo muy bueno de mi paso por las categorías inferiores. El ambiente es muy bueno y siempre que voy me lo paso muy bien. El objetivo es aprender y aportar lo máximo que pueda. Es un sueño y un orgullo.

G: Sin Navarro, Reyes, los Gasol… ¿qué viene ahora? ¿Qué futuro te imaginas?

Es un proceso por el cual tiene que pasar la selección española. Hay mucho talento para poder competir con los mejores en el futuro, pero venimos de una generación de oro. Volver a repetir jugadores de ese nivel será complicado, pero hay gente joven con talento que podrá construir una selección temible para competir contra los mejores equipos del mundo.

Foto: David Grau /Joventut

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