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‘Navarro: El despertar de una eclosión,  por Álex Gozalbo

‘Navarro: El despertar de una eclosión, por Álex Gozalbo

Repasamos la primera década de Juan Carlos Navarro en el primer equipo del Barça

Todas las historias que merecen ser contadas tienen un principio y el de Juan Carlos Navarro hay que ir a buscarlo a la temporada 1997-98. La situación en el Barça no era la deseada. Entrenado por Manel Comas, el equipo azulgrana había perdido seis de los primeros once partidos. La derrota que colmó el vaso fue en el Palau contra el Madrid (73-91).

El técnico decidió apartarse y presentó su dimisión. Joan Montes, entonces coordinador de las categorías inferiores, tomó las riendas del equipo y adoptó una decisión de valor incalculable para la historia del club: dar la alternativa, poco a poco, a Navarro. “Yo entrenaba a su hermano y él, que tenía 8 años, venía a nuestros partidos y se ponía a tirar a canasta. Lo hacía bien, así que le dije que no era capaz de hacerlo con la mano izquierda. Cinco años después, cuando yo era seleccionador infantil, me lo recordó. ‘Ahora ya sé tirar con el izquierda e incluso defender’, me dijo», explica Montes, que años después lo hizo entrenar de base para explotar sus cualidades. El debut oficial llegó el 23 de noviembre de 1997, cuando el escolta se estrenó ante el Covirán Granada. “Recuerdo que estaba convocado, pero no sabía si iba a jugar. Cuando entré en la pista fueron 10 minutos en que todo pasó muy rápido. Recuerdo muchas emociones y todo el Palau gritando “la Bomba”, felicitaciones de la prensa y de los compañeros.

Quedé muy contento por cómo salió todo aquel día. No pensaba jugar tanto y ganar tantas “Hacía poco tiempo que estábamos juntos. Él hizo lo que quiso en los minutos que estuvo en la pista. Recuerdo un Palau emocionado con aquel jugador que no tenía miedo a nada. Después del partido, mucha gente le esperaba fuera. ¡Todos querían un autógrafo!», rememora Vanessa García. La temporada acabó sin títulos y no todo fueron facilidades. “Había jugadores de los veteranos que no le ayudaron porque veían peligrar su huerto y no le pusieron las cosas fáciles», advierte Montes, que tuvo que luchar contra ello. La temporada 1998-99 arrancó con Aíto García Reneses como entrenador y sirvió para inaugurar el palmarés de Navarro con una Korac y una Liga.

El Barça remontó una desventaja de 16 puntos contra el Adecco Estudiantes para hacerse con el título europeo. Navarro apenas disputó tres minutos en el decisivo partido de vuelta y se quedó sin jugar ni un segundo durante la final ACB contra el Caja San Fernando, pero ya no había dudas sobre su talento. Agustín Cuesta, el ex entrenador y representante de jugadores que bautizó a Navarro como La Bomba, lo tenía claro: “Es el Picasso del baloncesto, un tipo que nació con talento puro. Mucha gente piensa que le puse el nombre por el lanzamiento bombeado que hace, pero no es verdad. Cuando yo entrenaba al Barça B y él era júnior venía a nuestros entrenamientos y verlo era la bomba, una explosión de talento que dejaba en ridículo a sus defensores. De ahí vino todo. Hay cosas que no se entrenan. Si alguien piensa que sus triples saliendo de un bloqueo a pie cambiado salen de la cabeza de algún entrenador es que no conocen a Navarro».

“ES EL PICASSO DEL BALONCESTO, UN TIPO QUE NACIÓ CON TALENTO PURO. HAY COSAS QUE NO SE ENTRENAN”. AGUSTÍN CUESTA

El instinto siempre acompañó a Juan Carlos Navarro. “Desde que empezó a jugar, Navarro era un criminal y un asesino. Desde un primer momento supe que era un jugador que iba a marcar un estilo. Tenía mucha cara y una manera de jugar muy diferente. Un día dije a mis jugadores ‘el que esté solo, que tire a canasta’. En el primer partido Navarro se lo tomó al pie de la letra, cruzó la línea de medio campo y lanzó a canasta. Lo miré extrañado y me dijo ‘Miguelito, estaba solo’”, recordaba Miguel López Abril. Reforzado por el título en el Mundial júnior de Lisboa, Navarro dio el salto definitivo al primer equipo del Barça durante la temporada 1999-00. “El éxito de Navarro es que tiene fundamentos y es inteligente. Las repeticiones son necesarias, pero es imprescindible combinar la formación del jugador con la de la persona. Lo que marca la diferencia es elegir entre las 1.000 situaciones del juego. Hay que enseñar cuándo y cómo hacer las cosas”, advertía Aíto García Reneses. La temporada 2000-01 sirvió para que Navarro tomara galones en el primer equipo del Barça. El escolta se hizo un sitio en el cinco inicial de un equipo que se proclamó campeón de la Copa del Rey y de la Liga.

DEL DEBUT DE JOAN MONTES A IVANOVIC PASANDO POR AÍTO, PESIC Y FLORES. 5 TÉCNICOS EN SU PRIMERA ETAPA CULÉ

La mayoría de elogios fueron a parar a Pau Gasol, que se destapó antes de dar el salto a la NBA. “Navarro es un líder de acción. En momentos clave desequilibraba con su talento. En la pista era determinante, aunque quizás no se ha encontrado nunca cómodo hablando”, ha asumido siempre su compañero de generación. Esa campaña sirvió para ver el debut de Navarro en la Euroliga. El jugador, que tenía 20 años, se estrenó el 18 de octubre del 2000 con victoria en la pista del Buducnost.

La temporada 2001-02 el Barça, todavía entrenado por Aíto García Reneses, se quedó sin títulos, pero el prestigio del jugador siguió aumentando. Con 21 años, el escolta no sólo se había ganado la confianza de su técnico, sino también la de los aficionados. Esa campaña, Navarro fue el jugador más votado para disputar el Partido de las Estrellas ACB. Poco a poco el jugador empezó a analizar los diferentes ejemplos de liderazgo que tenía a su alrededor, desde Nacho Rodríguez hasta Roberto Dueñas. El pívot es uno de los cuatro jugadores de basket que tiene retirada la camiseta en el Palau Blaugrana. Otro fue Epi. “Navarro ha conseguido éxitos increíbles. En la vida y en el deporte a veces pasa que aquello que parece que no te va ayudar, termina siendo determinante. Eso es lo que sucedió con Navarro y su físico. Casi siempre jugaba bien y, cuando no, sabía ayudar al equipo de otra manera”, recordaba el mítico dorsal 15.

Triplete, la gloria absoluta

Semanas después de ser seleccionado en el número 40 del draft de la NBA por los Washington Wizards, Navarro empezó la campaña 2002-03 a las órdenes de Svetislav Pesic. El equipo, en el que estaban Dejan Bodiroga, Gregor Fucka y Sarunas Jasikevicius, logró un triplete histórico ganando la Copa del Rey, la ansiada Euroliga (la primera del club) y la Liga. “El club no tenía ninguna Euroliga y todos vivimos la primera con mucha intensidad. En 2003 hicimos feliz a mucha gente. Los aficionados hacía muchos años que esperaban el máximo título europeo y lo disfrutaron con mucha pasión, pero la temporada no fue fácil porque teníamos mucha presión y, además, la Final Four’ se jugaba en el Palau Sant Jordi, pero terminó bien y el equipo consiguió un triplete histórico”, señalaba Bodiroga.

«La clave fue la suma de muchos factores. El club estaba muy bien organizado. El equipo de fútbol no iba bien y los aficionados se desvivieron por el conjunto de baloncesto. La química entre los jugadores y el entrenador también fue muy buena», añadía Bodiroga, que fue uno de los gran defensores de Pesic. “Ganar la Euroliga, que era la primera del Barça, fue un éxito, pero no se puede olvidar que también ganamos la Liga ACB y la Copa del Rey. Además, nos impusimos tres veces al Real Madrid, que es algo que los aficionados valoran mucho», recordaba el técnico serbio, que ahora vive otra etapa en el banquillo culé.

Merecidos elogios

La segunda temporada con Pesic en el banquillo, la 2003-04, dejó una Liga más en las vitrinas del Barça. “Es un tío muy normal y muy humilde que ha continuado con sus amigos de toda la vida, pero estamos hablando de un jugador que ha inventado un tiro y eso dimensiona su figura”, decía Roger Grimau, el jugador del cual Navarro heredaría la capitanía en el equipo azulgrana. Tras la salida de Pesic por desavenencias con Valero Rivera, Joan Montes volvió a hacerse cargo del equipo durante la temporada 2004-05, pero pese a ganar la Supercopa al inicio de la campaña las cosas no salieron como todos esperaban y el técnico dimitió a mitad temporada. Manolo Flores fue la solución interina. “Navarro era capaz de llegar a la gente sin hablar mucho. Era de actuar y no de hablar, pero cuando hablaba, había que escucharlo porque siempre dejaba cosas interesantes”, apuntaba Jordi Trías. Las dos últimas temporadas de Navarro en el Barça antes de irse a la NBA, la 2005-06 y la 2006-07, fueron con Dusko Ivanovic en la banquillo.

“ESTAMOS HABLANDO DE UN JUGADOR QUE HA INVENTADO UN TIRO Y ESO DIMENSIONA SU FIGURA” ROGER GRIMAU

La única alegría colectiva fue la Copa del Rey del año 2007, pero Navarro continuó teniendo noches de absoluta inspiración. El 31 de octubre del 2005 anotó 36 puntos en 35 minutos ante el Pamesa Valencia. “Tuve la suerte de trabajar con él cuando era MVP de la Euroliga. Es un jugador muy listo y con mucho talento”, analizó Ivanovic. Durante esas dos temporadas, el jugador de Sant Feliu de Llobregat compartió posición con Gianluca Basile. “Navarro ha tenido la carrera más bonita que uno puede imaginar. Ha ganado todos los premios y todos los trofeos que se pueden ganar. Lo que hizo como jugador siempre permanecerá en el recuerdo de los aficionados”, destacaba el italiano.

Foto: Getty Images

Puedes encontrar esta entrevista en número 1.477 de Gigantes, correspondiente a octubre de 2018, cuya edición digital puedes conseguir en nuestra tienda on-line.

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