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Entrevista a Pablo Pin, entrenador de Coviran Granada: el último profeta en su tierra

Entrevista a Pablo Pin, entrenador de Coviran Granada: el último profeta en su tierra

Doce años lleva al frente del Covirán Granada Pablo Pin, capaz de liderar al club de su ciudad desde la 1ª Nacional hasta una Liga Endesa en la que, tras firmar dos permanencias agónicas, quiere seguir reescribiendo la historia.

Artículo publicado originalmente en la revista Gigantes 1545 de junio de 2024 que puedes comprar aquí

¿Cómo es eso de sobrevivir a Moncho Fernández en los profetas locales?

No es cuestión de tiempo el caer, pero los ciclos tienen un principio y un fin. Aquí de momento no ha llegado, seguimos creciendo y estoy encantado de seguir en mi club, en mi ciudad, donde estoy totalmente implicado. No hace falta decir lo que esto es para mí. Entrenar a equipos de este perfil es difícil, porque la realidad es que compites por no descender. Pero, aceptando eso, estoy encantado.

Granada es un caso curioso. En veinte cursos y tres clubes ACB, nunca una Copa del Rey o un ‘playoff’. El sufrimiento grabado a fuego.

Es algo que tenemos que aceptar. Primero, porque somos una ciudad media sin grandes empresas, aunque las que hay nos ayuden mucho, como Covirán. Pero a nivel presupuestario, ni el Oximesa, ni el CB Granada ni ahora nosotros habremos estado nunca entre los doce primeros de la ACB. A mí me dicen: “Copa del Rey”. Y yo respondo: “¿Y a quién quitamos?” Barça, Madrid, Unicaja, Baskonia, Valencia, Tenerife, Gran Canaria… y luego siempre hay un Manresa o un Murcia. Es que es muy complicado. Este es nuestro destino.

¿Lo mejor y lo peor de estar tantos años?

Lo mejor es construir. Empecé en 1ª Nacional con un libro en blanco. Y estamos creando nuestra historia, desarrollando nuestras ideas. Eso es muy bonito y a la vez, una motivación.

¿En ese libro había una página ‘Cuando lleguemos a ACB’?

¡Qué va, nunca! Hemos conseguido objetivos con los pies en el suelo, primero porque todo han sido ascensos deportivos. Queríamos hacer las cosas bien, juntos, trabajar la cantera… El trabajo nos ha traído hasta aquí.

¿Y lo peor?

Momentos malos siempre hay, los pasamos todos. Quizá, que siempre hemos tenido un perfil económico sano, pero limitado. En EBA no cobraba nadie y jugábamos contra equipos con extranjeros. No es fácil porque tienes menos armas, esa es la realidad.

Cuénteme cómo lo vio con el 29-45 del ‘Granca’, que además era cuarto si ganaba…

Igual que el año pasado no quise saber nada del Betis, este año sí. Y cuando me dijeron que todo iba justamente al revés de lo que necesitábamos, pues lo vi mal. Muy difícil. Pero de pronto hubo un triple de la nada de Cheatham en el que quizá nos acompaña por fin la suerte, luego ellos fallan y nosotros metemos otra vez. Y empezamos a apretar en defensa. Les pedí encadenar dos acciones buenas… y pasó lo que pasó. Pero claro que lo vi muy mal.

Apareció el ‘factor Rousselle’.

Hasta hay un momento en que Lluís Costa, que ha hecho una temporada increíble y ha tirado del carro en muchos momentos, sufre al darle descanso con una defensa de cambios, que a veces le cuesta… Y cuando vuelvo a meter a Rousselle, Lluís me da el ok, aceptando que estaba mejor. Tiene buen talante para eso. Jonathan encadenó dos acciones positivas y, cuando eso pasa, tiene mucha calidad. Tuvimos una conversación antes de jugar en el Wizink Center, le dije que tenía que jugar alegre, más rápido, con algún triple de esos locos suyos. Si no disfruta, es muy difícil.

Este año no ha tenido lesiones graves, pero sí muchos cambios en la plantilla. ¿Qué aprendió?

Que si un jugador no está dando el nivel que esperas, y sobre todo si crees que no te lo va a dar, hay que tomar decisiones rápidas. Por ejemplo, el caso Ziv, donde fuimos a una y acabamos fichando a Rousselle. Y hemos sabido compensar debilidades: íbamos cortos de físico y cuando fichamos a Valtonen parecía que necesitábamos un ‘2’, pero vimos claro traerle y que Kramer jugara de escolta. Y lo hicimos rápido. También Jacob Wiley y Malik Dime nos han dado mucho en la defensa del bloqueo directo, que es lo que juega todo el mundo. Encontrar debilidades y reaccionar es lo que en buena medida nos ha dado la salvación. Sin su frescura y su presencia física, hubiera sido muy difícil.

Empezaron la temporada con cuatro debutantes. ¿Riesgo, o el sino de un presupuesto bajo?

Hay muchas formas de aprovechar el presupuesto. A posteriori, claro que corrimos más riesgos de los necesarios. Ahora pienso que quizá por Alex Renfroe, al que le hicimos oferta, debimos apretar más para renovarle. Pero fichar jugadores no residentes también te ayuda a nivel de impuestos. Y a veces, es que no queda otra. A Artur Konontsuk queríamos probarle después de jugar muy bien en Estonia. Es un buen jugador, pero creo que le hacía falta otra liga antes de la ACB, como ahora que está en Alemania.

¿Lo normal es que la próxima temporada vuelva a haber debutantes?

Pues me gustaría que no, pero seguramente (risas). Volveremos a mirar el mercado LEB, aunque es difícil. Nosotros subimos con Lluís Costa y Christian Díaz, que llevaban años siendo los mejores bases de la categoría. Ahora, entre los quince mejores anotadores, solo está Iván Aurrecoechea. Cada vez es más difícil, pero hay que hacerlo.

¿Están ante su verano más difícil? Ningún jugador tiene contrato.

En cuanto a trabajo sí, pero también es ilusionante el volver a reestructurar la plantilla, porque hay jugadores que llevan aquí muchos años. Puede ser positivo cambiar algunos perfiles.

¿Arrepentido de haber fichado a Will Barton?

Bueno… la verdad es que no (sonríe). Me explico: el mercado estaba muy complicado, cada año más porque hay muchas ligas pujantes, no como antes. Australia, Japón, la G-League, China… Vimos un perfil que nos podía ayudar. Ahora es obvio que no se adaptó y no nos ayudó, pero es buen jugador, que ha estado quince años en la NBA. Pero Europa y la Liga Endesa son muy difíciles. No me arrepiento, hay que correr riesgos. A veces aciertas y en esta, pues fallamos, sí.

Ha bajado el Obradoiro por un punto en el triple empate con el Covirán y el Breogán…

La diferencia entre el éxito y el fracaso es muy fina. Si no hubiéramos pedido un tiempo muerto en Santiago y hubiera metido un triple Kramer, quizá hubiera bajado el Breogán. ¿Entonces el trabajo de Mrsic hubiera sido muy malo y el de Moncho muy bueno? Esa es la mayor injusticia de este trabajo. Que un detalle es muy importante. Recuerdo el año pasado, que nos dejamos ir ante el Betis y perdimos por once en la prórroga. Pensé que nos acordaríamos de ello, aunque gracias a Dios no fue así. La línea entre el bien y el mal es muy corta, aunque luego haya implicación emocional, como Moncho con el ‘Obra’. Para nosotros él y ese club van a seguir siendo un espejo en el que mirarnos.

Esto confirma que eso de no atacar las últimas es arriesgado…

Creo que hay que atacarlas todas, sobre todo en la primera vuelta. En la segunda es distinto, puede haber rivales contra los que no te juegues nada, pero en la primera una canasta puede ser luego la vida o la muerte. Nosotros subimos de EBA a Plata y de Plata a Oro por ‘basket average’. Imagínese…

¿Firmaría volver a salvarse en la última jornada?

Ahora mismo… y de la misma manera que estos dos años. La realidad es que quedarse el decimosexto parece algo malo, pero esta liga es muy dura. Lo firmo ya.

 

Apoyo: Gigantes, siempre en casa

La relación de Pin con ‘Gigantes’ es la de toda una vida, como corresponde a una familia muy baloncestística. “Siempre estuvo en casa, desde que tenía tres o cuatro años”, recuerda sobre la publicación que acabó siendo “de obligada lectura” para él y sus tres hermanos mayores. El técnico relata portadas icónicas que le marcaron: “una de Audie Norris, que me encantaba, del año 90, la de Gasol levantando la Copa del Mundo o la del sexto anillo de Jordan”, enumera.

De la mano de la revista se forjaron los sueños de quien soñaba en alto. “Con mis hermanos, sobre todo con mi Javi ―jugó cuatro partidos ACB entre 1997 y 1999―, hacíamos los típicos 1×1 tras ver las finales de la NBA. Yo era muy de los Bulls y mi hermano de los Celtics, pero él solía cogerse a Jordan y a mí me tocaba ser Barkley o Karl Malone” sonríe.

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