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Paula Lema, árbitra profesional en LF y LEB Oro, habla con Gigantes

Paula Lema, árbitra profesional en LF y LEB Oro, habla con Gigantes

En muchas de las fotos históricas recientes del arbitraje aparece Paula Lema. Esta árbitra gallega de 35 años formó parte del primer trío arbitral íntegramente femenino en baloncesto femenino (en diciembre de 2018, junto a Elena Espiau y Yasmina Alcaraz, en LEB Oro) y ha estado presente en la mayoría de los grandes eventos recientes del baloncesto femenino y Oro: ha pitado una final de la Copa Princesa, la final del playoff de la Liga Femenina Endesa, la última Copa de la Reina, en 2020, y la final de la Supercopa femenina. La suya es una carrera constante y valorada dentro del arbitraje que ahora analiza en Gigantes.

Gigantes: ¿Cómo empezaste en esto del arbitraje?

Paula Lema: Venía de jugar, supongo que casi como todas. Empecé en el colegio, tuve algunas lesiones en la rodilla y a los 25 años lo dejé. Llegué a jugar en Nacional, pero no en LF o en LF2 como otras compañeras árbitras. Y empecé a acercarme a este mundo porque aquí, para ser entrenadora, te pedían también una parte de formación en arbitraje. Fui a unas charlas con una compañera y empecé con niños pequeños. 

G: Y empezó a picarte el gusanillo…

P.L.: Creo que a todo el mundo le ayuda cuando ve que algo se le da bien, y la gente de tu alrededor te dice que se te da bien. Te motiva un poco más. Fue paso a paso y disfruté de cada momento. Primero ibas a campeonatos, luego dos años en EBA y LF2… Y de repente me llaman para decirme que pasaba al grupo 1. Una alegría. Solo pienso y sonrío.

G: En tu caso siempre has tenido que compatibilizar el arbitraje con otras actividades

P.L.: Había estudiado INEF, pero estaba un poco limitada a ser profesor o estar en un gimnasio. Y a mí la docencia no era lo que más me gustaba. Y decidí estudiar también Enfermería. Todo ese tiempo lo he compatibilizado con el arbitraje. También cuando trabajaba en otras otras. Ahora trabajo en quirófano y tengo que dar las gracias a mis compañeros y compañeras del servicio, que siempre me ayudan a la hora de cambiar turnos cuando lo necesito para poder arbitrar, aunque luego me toque trabajar muchos días seguidos o en festivos si hace falta.

G: Una profesión complicada en estos tiempos difíciles.

P.L.: El año pasado justo había parado unos meses para estudiar un Máster. Era agotador estar doblando turnos, arbitrando y además estudiar, así que paré. En verano tenía previsto volver, pero al final regresé antes a hacer algunos turnos durante la pandemia. Había pasado la covid y tuve que mirar bien cuándo podía volver a trabajar y ayudar. Y si en todos los sitios la enfermería está mal, aquí en Galicia nos tratan muy mal. Después de unos meses me enfadé y decidí cambiar de ciudad, así que estuve también trabajando en Tenerife mientras no hubo partidos.

G: No estará siendo sencillo compatibilizar tus horarios en un año tan complicado, con partidos suspendidos y aplazados casi todas las semanas.

P.L.: Es difícil. Pero también nos ayudan nuestros responsables. Si te cambian un partido y no pueden, buscan asignárselo a otra persona. A veces organizo mis turnos, las noches, de la semana que viene, para arbitrar uno, y luego suspenden el partido. Es lo que toca ahora.

«En pretemporada, sin público, pensabas: ‘Parece un entrenamiento'»

 

G: En lo puramente arbitral. ¿Estáis notando mucha diferencia a la hora de pitar partidos sin público, a puerta cerrada?

P.L.: Es diferente. Y ahora parece que estamos adaptados, pero en pretemporada pensabas: “Parece un entrenamiento”. Escuchabas el balón, las zapatillas, los comentarios… Pero te adaptas y hay que agradecer que se estén tomando medidas e intentando seguir las competiciones. Yo personalmente no tenía claro que pudiésemos llegar a Navidad, y por suerte así ha sido.

G: En tu caso pitas indistintamente partidos de baloncesto masculino (LEB Oro) o femenino (LF Endesa). ¿Se afrontan de forma distinta?

P.L.: Arbitralmente los valoro igual. Evidentemente hay diferencias. En el masculino hay más juego a nivel de aro y en el femenino no, que igual es más tácticos. Pero a nivel arbitral, un contacto que es falta, lo es. O un bloqueo que es ilegal. Al ojo el juego masculino a veces es más rápido, pero no quiere decir que lo enfoques de manera diferente antes del partido. 

G: El 8 de marzo de 2020 pitaste la final de la Copa de la Reina. ¿Qué recuerdas ahora de ese día, con todo lo que ha pasado después?

P.L.: Mis padres, por motivos laborales, nunca podían venir. Y ese día vinieron. Mi padre no estaba muy convencido. Y fíjate, pensábamos: si viene la Reina a dar el trofeo es que no es tan grave la situación. Fue emocionante, era mi primera final de Copa, pero después ya vino todo… Me siento muy afortunada porque pité el último partido, la final de Copa, y luego el primero que hubo, la Supercopa.

«Mucha gente me dice que sonrío mucho en la pista. Y es porque me lo paso bien»

G: ¿Qué planes de futuro tienes en el arbitraje? ¿Dónde te veremos?

P.L.: Aunque suene a tópico, disfruto de cada momento y cada sitio y no pienso mucho más allá. Somos muchos árbitros, hay muy buenos compañeros, yo tengo ya 35 años y es difícil. Yo siempre intento ser la mejor en la categoría en la que esté. Sea cual sea. Me siento valorada, disfruto de todo y estoy muy a gusto. Me quedan muchas ilusiones, partidos que me gustaría pitar o compañeros con los que te gustaría coincidir. Somos privilegiados. Mucha gente me dice que sonrío mucho en la pista. Y es porque me lo paso bien. 

Fotos: A. Nevado/FEB

*Contenido publicado en la revista Gigantes de febrero (2021) que puedes conseguir aquí

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