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¿Qué es la Stretch Provision? El despido soñado

¿Qué es la Stretch Provision? El despido soñado

En julio de 2016, Tim Duncan colgaba las botas y cerraba una carrera legendaria en la NBA, jalonada con cinco anillos. San Antonio se quedaba sin su pilar desde 1997, pero eso no suponía que le fuera a dejar de ingresar la nómina. Concretamente, los de Texas le estuvieron pagando 1,8 millones de dólares anuales a su estrella hasta finales de la 2018-19.

En octubre de 2019, Kyle Singler, entonces con contrato en vigor con el Iberostar Tenerife, anunciaba repentinamente su retirada. A sus 31 años, su decisión pilló a todo el mundo por sorpresa. En ese momento, el exjugador del Real Madrid, OKC o Detroit, entre otros, estaba percibiendo desde hacía doce meses un total de 999.200 dólares anuales de los Thunder, franquicia que lo había cortado en agosto de 2018. Seguirá ingresando esa cantidad hasta el término de la 2021-22. Luol Deng, también en octubre de 2019 y después de haber militado una temporada en Minnesota, decide dejar las canchas. En su cuenta corriente va a empezar a entrar dinero procedente de las arcas de los Lakers. Concretamente, 5 millones de dólares desde esa 2019-20 hasta que acabe la 2021-22.

El pasado diciembre, Joakim Noah era despedido por los Clippers, pero seguramente una de sus últimas preocupaciones era la de dejar de percibir un salario. El ala-pívot gana desde la 2019-20 y hasta la conclusión de la 2021-22 un total de 6.431.677 millones de dólares. El pagador, los New York Knicks.

Estos cuatro jugadores son buenos ejemplos del despido soñado que en la mayoría de las ocasiones representa la Stretch Provision, la herramienta de la que se valen las franquicias de la NBA para estirar el pago de los salarios pendientes a los jugadores despedidos, con el consiguiente impacto beneficioso en los márgenes salariales.

¿Cómo funciona la ‘Stretch Provision’?

Hay que matizar que no todo el despido de un jugador con contrato en vigor se hace bajo esta fórmula. Para aplicarla se deben cumplir una serie de requisitos, como el de que la cantidad garantizada pendiente sea como mínimo de 250.000 dólares, que el despido en una temporada al uso se produzca entre el 1 de julio y el 31 de agosto y que al acuerdo al menos le reste una campaña.

Si cumple con estas características, la franquicia se puede acoger a la Stretch Provision. No es lo mismo pagar a un jugador 18 millones de dólares de golpe por el curso restante, y que esa cantidad íntegra quede reflejada en esa temporada en la nómina de salarios, que flexibilizar esa millonada y repartirla en más campañas.

La fórmula para desarrollar el pago de la Stretch Provision es sencilla: se toman los cursos pendientes de contrato, se multiplican por dos y se le suma otra tem- porada más. He aquí un fácil ejemplo: Justin Hamilton fue despedido en julio de 2017 por los Nets, que le debían tres millones de euros por la 2017-18. Así, Brooklyn estiró el abono de ese cheque bajo la Stretch Provision’ y repartió esa cantidad, a razón de 1 millón de dólares en tres anualidades.

Cobrar lo pactado a plazos más tarde de lo establecido. Pros y contras de una norma que permite despidos diferidos

Aunque hay matices, porque puedes despedir a un jugador más allá del 31 de agosto y aplicarle esta norma, eso siempre que le reste más de un curso de acuerdo. Los casos Deng y de Noah son muy ilustrativos. A ambos les quedaban dos años de sus lucrativos contratos suscritos en la bacanal de dinero del verano de 2016. Al irse su despido más allá del 31 de agosto, la cantidad de la temporada vigente se les abonó cada quince días como un miembro más del equipo 2018-19; luego, tanto New York como la entidad angelina usaron la Stretch Provision para alargar el abono de lo pendiente en la 2019-20. En el caso de Noah, unos 19 millones de dólares repartidos en tres campañas y en el de Deng, 15 millones (tras perdonar tres millones a los Lakers) extendidos también en ese mismo periodo.

Datos y casos para la 2020-2021. De las treinta franquicias NBA, catorce tienen entre sus gastos una parte destinada a pagar, vía Stretch Provision, a jugadores que ya no trabajan para ellos. Para esta 2020-21, estos cheques, que en un mundo normal sin coronavirus los percibían dos veces al mes y desde el 15 de noviembre, abarcan todo tipo de perfiles e historias. Antiguas estrellas NBA como los citados Noah o Deng, Dewayne Dedmon, un agente libre a la espera de una llamada, piezas que ahora brillan en Europa como Guerschon Yabusele (gana un 1 millón de dólares pagado por los Celtics) o jugadores cuyas carreras se apagaron de repente, léase los Ryan Anderson o Monta Ellis, quienes reciben 5.2 y 2.2 millones de dólares de los Heat y de los Pacers, respectivamente, esta temporada 2020-2021. También tenemos ilustres como J.R. Smith (1.6 millones le paga Cleveland), Anderson Varejao (1.9 millones recibe de los Blazers) o Shaun Livingston. El Renacido cobra 666.666 dólares de Golden State.

Pero no todo son ventajas. Evidentemente, que te paguen un dinero que es tuyo pero que lo estás recibiendo sin trabajarlo es una extraordinaria manera de ganarse la vida. Sin embargo, no todos los planes son perfectos, a veces tienen grietas. Mientras que a las franquicias les ahorra el engorro salarial de pagar todo de golpe y les deja más margen para sus operaciones en el mercado, con la posibilidad incluso de alejarse del siempre temido Impuesto de Lujo, los jugadores tienen que acatar esta forma de despido sin rechistar… y con las desventajas que puede conllevar.

Spencer Hawes, despedido por los Bucks en 2017, clamaba en 2019 por un cambio en el sistema de la Stretch Provision. Él quería que dieran al jugador la opción de recibir todo el dinero de golpe. “Está bien tener ingresos continuos, pero podrían dejar abierta la vía de cobrar todo de una vez para invertirlo”. Hawes, quien todavía en la 2019-2020 cobraba 2 millones de dólares de Milwaukee, ha buscado su salida profesional en el negocio de la comercialización de vinos. Además de tener que esperar bastante tiempo para recibir todo lo que te deben, otros problemas importantes derivados de la Stretch Provision es que una parte de ese salario sí va para los fondos comunes de la NBA, pero el jugador en cuestión, si no es parte activa de la NBA, no recibe esos beneficios que se puedan generar. Igualmente, alguien que vive bajo esta fórmula pero que no juega para otro equipo de la NBA, ve cómo su seguro médico desaparece y cómo toda la cantidad económica ingresada no cuenta para la pensión de jubilación.

El caso de Nico Batum: doble triunfador. Que te apliquen la Stretch Pro- vision no supone que no puedas jugar para otra franquicia NBA. Que se lo pregunten a Nicolas Batum, quien precisamente se sirve de los beneficios del estiramiento de su salario a la vez que recibe 2.5 millones de dólares de los Clippers en esta 2020-21. El francés ejercía en noviembre su opción de jugador con Charlotte para este curso y por valor de 27.1 millones. Pocos días después, la Stretch Provision le veía a visitar en forma de despido por parte de los Hornets, que le abonarán esa millonada desperdigada en el calendario y a razón de 9 millones de dólares hasta que acabe la 2022-23.

Firma un contrato y échate a dormir. Decíamos que esta norma acoge a todo tipo de perfiles. No hace falta haber sido una estrella ni haber jugado un gran número de partidos en la NBA para tener un retiro meridianamente cómodo. Que le pregunten a Dakari Johnson, a quien los Grizzlies, ¡con los que jamás llegó a jugar!, le pagan 459.414 dólares al año desde 2018 y hasta el cierre de este curso. Johnson, ahora en China, cuenta 31 partidos en la liga, todos con los Thunder, y representa un caso similar al de Demetrius Jackson, que gana de Boston durante siete años y hasta 2024 la nada desdeñable cifra de 93.857 dólares anuales: ha disputado 28 encuentros en la NBA y sólo 5 de ellos han sido con los Celtics. Troy Williams, actualmente sin equipo y que salió de la gran liga en 2019 tras aparecer en 72 choques, tiene asegurados, gracias a los Rockets, 122.741 dólares al año dólares hasta la primavera de 2023. Así se sobrelleva mejor estar en el paro.

 

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