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Una charla con Chichi Creus: baloncesto y vida. Barcelona, Manresa y mucho más

Una charla con Chichi Creus: baloncesto y vida. Barcelona, Manresa y mucho más

Aprovechamos la llamada para felicitarle por su 65º aniversario para recordar brillantes tiempos pasados. Chichi Creus colgó las botas con 42 años culminando una sobresaliente carrera de 24 temporadas profesionales. Una cabeza privilegiada que también recondujo al Barça desde los despachos hasta hace cinco años.

Repasar su trayectoria es un ejercicio de nostalgia (comienzas buceando en los aún grisáceos años setenta) y admiración (terminas con un TDK Manresa campeón ACB y jugando la Euroliga a finales de siglo). Joan Chichi Creus (Ripollet, 24/11/1956) es un personaje ineludible en el imaginario colectivo del baloncesto español. Como Díaz-Miguel, como Solozábal-Epi-Sibilio, como los duelos Martín-Norris, como Romay y De la Cruz luchando contra Tachenko, como los mates de David Russell, las bandejas a la carrera de Jordi Villacampa o suspensiones de Margall… El base catalán asombró convirtiéndose en el ‘abuelo’ que ofreció clases maestras hasta su despedida con 42 años.

Baste recordar que Creus sigue siendo el jugador que más minutos ha estado en una pista ACB… pese a que la nueva competición nacional le pilló ya con 27 años. Es decir, que el primer tercio de su carrera (1975-83) lo cumplió en la Liga Nacional sin que quedé reflejado en sus estadísticas. Aún así, sus 20.210 minutos tienen aroma a récord eterno: mil más que el segundo (Alberto Herreros). Pero aún resulta más elocuente comprobar que hasta el décimo jugador de esa clasificación histórica no encontramos a nadie con más partidos que él (José Ángel Arcega). Resumiendo: Creus jugó 16 temporadas ACB (1983-99)… ¡promediando 34,5 minutos! Una locura.
Tras su etapa como jugador, siguió vinculado al baloncesto merced a su privilegiada cabeza para analizar y escrutar el juego. Atinado y didáctico comentarista televisivo, exitoso entrenador ayudante en la Selección española (campeón del Mundo en Japón’06 y dos veces subcampeón de Europa) y brillante director deportivo del Barcelona para que los azulgranas recuperasen dominio. La edad como virtud.

G: ¡Felicidades por tus 65 años! Hace cinco que saliste del Barça, ¿cómo es tu día a día?
Chichi Creus: Trato de aprovechar el tiempo y mantenerme activo. Hago distintas actividades: bici, padel, excursiones… Camino mucho, a diario.

G: Ahora es habitual ver a jugadores de +40 años: Albert Oliver (43), Felipe Reyes (41), Pau Gasol (41), Rafa Martínez y Omar Cook en breve 40… Campeón y MVP de la Copa con 39 y de la Liga con 41, ¿cómo recuerdas tu caso?
Chichi Creus: Lo más llamativo es que los mejores años fueron los últimos. Jugar 35 minutos de media con 41 años no fue muy normal. Es verdad que me veía físicamente bien, para aguantar, pero ser el MVP de esas competiciones tan grandes no lo esperaba nadie. Ni soñarlo, vaya.

G: Para hacerlo aún más inverosímil, en tus 16 campañas ACB sólo te perdiste 6 partidos. Apenas una decena en toda tu carrera. Claves para esa longevidad y resistencia.
Chichi Creus: La única lesión que recuerdo que me sacó de la cancha fue una de muñeca (escafoides). Físicamente no era nada del otro mundo, mis condiciones no sobresalían demasiado. Eso sí, me machacaba mucho con temas aeróbicos. De haber algún secreto, diría que fue más el día a día, cuidarme con mis rutinas y hábitos. Mentalidad. Al tener condiciones inferiores al resto, ponía más voluntad a las cosas. Una palabra que define bien mi carrera es perseverancia, tratar continuamente de mejorar. Pero, bueno, eran otros tiempos.

G: La Euroliga que disputas con 42 años eres titular con Capdevila, Lisard, Mills y Mott primero y John Williams después. ¡Firmas 30,8 minutos y 7,5 puntos! ¡Estabas para seguir!
Chichi Creus: Sí, todo el mundo me lo decía. ‘¡Has mejorado tus números del año pasado!’. Aquel último año me rompí un dedo, jugaba con la mano izquierda vendada, y lo pasé muy mal. ¡Recuerdo un partido contra Tyus Edney, del Zalgiris, que pensaba cómo iba a jugar contra él así! Al final consideré que era mejor retirarse un año antes de lo que pensabas que estar un último forzado y no acabar bien, con mal sabor de boca.

G: Liga ACB 97-98. ¡TDK Manresa, campeón tras ser sextos: 1-3 contra el Estudiantes, el Real Madrid y Tau de Scariolo y Bennett! ¡MVP con 41 años! ¿Irrepetible?
Chichi Creus: Sí, o al menos van 24 años y nadie lo ha hecho. Va a ser difícil de repetir. Ni entonces ni ahora. Con un presupuesto tan bajo, es casi imposible. Puntualmente, ganar en la última décima para empatar a uno los cuartos de final ante el Estudiantes fue clave [polémico canastón sobre la bocina de Capdevila, 85-87]. Y a partir de ahí, todo hacia arriba hasta las remontadas en el Nou Congost los dos últimos partidos contra el Tau.

G: Primera temporada ACB como entrenador jefe de Luis Casimiro. Singla capitán. El trío Brian Sallier, Derrick Alston y Herb Jones. Tu escudero Lázaro, Paco Vázquez, Montañez, Moraga… Para escribir una película.
J.C.: La química de ese vestuario fue especial, nos llevábamos muy bien. Era una oportunidad única, sabíamos que el tren sólo pasaba una vez y fuimos a por todas.

G: Dos años antes, Murcia’96. Maldonado entrenador; Townes, Harper Williams, Sallier… Duelo anotador con el barcelonista Xavi Fernández en la final. ¡Triple para sentenciar la prórroga!
J.C.: La Copa también fue un sorpresón, nadie lo esperaba. Pero te lo juegas todo a una carta y puede ser algo más factible. Pero la Liga ya implica una regularidad todo el curso y solventar eliminatorias al mejor de cinco. Tuvimos que ganar tres veces al Estu, al Madrid y al Tau… Ahí ya no hay suerte o casualidad; hay algo trabajado detrás.

G: ¿Has vuelto a revisar aquella final de Copa en Murcia?
J.C.: No soy de volver a ver mis partidos; soy mucho de pasar página. Gusta recordar el pasado, como en esta entrevista, pero prefiero mirar hacia delante. Aquella final copera, en concreto, no la he visto entera nunca.

G: Tras la desaparición del Granollers, con casi 37 años, recalas en Manresa coincidiendo con el homenaje a tu hermano Jordi. ¿Pensaste en la retirada?
J.C.: Bueno, el planteamiento era jugar un año más y después sumarme al club en tareas técnicas. Y ya ves: estuve seis temporadas renovando en cada una de ellas. Aterrizo en Manresa casi de rebote y mira como siguió la historia.
G: Antes de Manresa, sentaste cátedra en Granollers: del Areslux al IFA pasando por el Cacaolat. De dieciséis temporadas en la elite (1977-93), 14 de ellas contigo.
J.C.: Yo sentía Granollers como mi propia casa. ¡Llegué con 14 años antes de debutar en Primera con Hospitalet! Fueron temporadas muy especiales, logrando excelentes clasificaciones. La lástima fue que el club desapareciese.

G: Una primera etapa con Ángel Palmi (Herminio Epi I, Ernesto Delgado, Narcís Margall, Charles Simon). Regreso tras el bienio culé con Chus Codina (Slab Jones, Mendiburu, Pujolrás, JR Fernández, Matt White, Wayne Robinson), Manel Comas (Heras, Heredero, Pou, Sheehey, Riley, Mike Davis), José Mª Oleart (Millera, Cervantes, Talaverón, Kenny Walker, John Ebeling, Greg Stewart)…
J.C.: Sí, grandes entrenadores y compañeros. Buen juego y resultados, con algún tercer puesto, presencia habitual en playoffs, algunas victorias contra el Barça en fases finales coperas… Una época muy grata.

G: Dos temporadas en el Barcelona de Antoni Serra (1980-82). Nacho Solozábal, tu tapón. En aquella época los titulares acaparaban muchos minutos.
J.C.: Sí, ése fue mi caso. El primer año jugué bastante porque Solozábal se lesionó. Ganamos la Liga con cuatro jornadas de anticipio, la segunda del Barça 22 años después. Perdimos la final de la Recopa contra Cantú en Roma. Recuerdo muy buenas actuaciones en las dos finales de Copa que ganamos al Real Madrid [16 puntos en Almería’81 y 14 en Badajoz’82].

G: Pero en el segundo año no lograste cuajar en un equipazo que marcó época.
J.P.: Sí, quedé relegado. Aquel fue un Barça histórico, que rompió la hegemonía del Madrid y ganaría muchísimos títulos. Pero sólo jugaban los titulares; era otra época. Y como ya había estado en Granollers, sabía lo que quería: jugar, llevar un equipo.

G: Tras la retirada: comentarista televisivo, entrenador ayudante en la Selección (2003-06) y directivo del Barça (2008-16). El baloncesto, siempre presente. ¿Por qué no te asentaste como entrenador?
J.C.: Bueno, creo que un entrenador necesita unas etapas que a mí me resultaron más complicadas de cumplir por haberme retirado tan tarde. Hay casos como el Jasikevicius, que pasan de la pista al banquillo… pero no es lo habitual. No me veía en esas fases necesarias para tener la progresión adecuada. Me adapté a las circunstancias y lo disfruté: los recuerdos del Mundial de Japón’06, el trabajo para alcanzar dos finales de EuroBasket o los Juegos Olímpicos de Atenas’04 fueron experiencias únicas.

G: Y en 2008, 26 años después, el Barcelona vuelve a llamar a tu puerta. Los culés contaban con una Copa como exiguo bagaje en los últimos cuatro cursos…
J.C.: El balance no puede ser más que positivo. Mi primera decisión confirmar a Xavi Pascual, que había llegado a mitad de la temporada anterior. El trabajo en los despachos fue una experiencia durísima porque prácticamente fue estar trabajando siete días a la semana durante ocho años. Pero tuvimos recompensa con muchos títulos y aquellas 20 finales españolas seguidas. Y en las dos últimas temporadas que no ganamos trofeos, siempre estuvimos al máximo nivel competitivo.

G: En este número, nuestro protagonista de portada es el carismático Ricky Rubio y su espectacular momento de forma. Contigo en el Barça ganó seis títulos en dos años, Euroliga incluida. ¿Qué valoración nos haces de él?
J.C.: Bueno, antes me gustaría recordar una anécdota: la primera vez que le vi. Cuando tenía 11-12 años. Yo estaba en Mollet viendo partidos de cantera… Y resulta que en la cancha de al lado jugaban los infantiles contra El Masnou. Se me iba la cabeza al otro partido porque veía que El Masnou siempre robaban y metían canasta. Una y otra y otra… Y ya a los 5-6 minutos me doy cuenta de que siempre era el mismo chaval. Un prodigio, un superdotado. Ricky. Siempre ha sido un genio, desde los 12 años. Aíto lo pone a jugar contra seniors con 14. Lo más importante de él ha sido su evolución porque habilidades siempre las ha tenido. Siempre se anticipó a la jugada, es muy bueno pasando, viendo lo que va a suceder, botando… Y lo que fallaba un poco, que era su lanzamiento, esta temporada estamos viendo que se está saliendo (un partido ha metido 8 triples…). Siempre ha sido un jugador completísimo con todas las facetas del juego actual como juego directo y 1×1, pero que últimamente ha mejorado mucho el triple. Muy bueno técnicamente y que hace jugar al equipo.

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