Bélgica, Francia, Estados Unidos, Rusia, Japón, Australia, China, Nigeria, Canadá, Bosnia, Serbia y Corea del Sur. Estas son las 12 selecciones que disputarán el Mundial 2022 tras conseguir sus billetes en los JJOO (EEUU), en calidad de anfitrionas (Australia) o en el Premundial, cita que nos ha dejado las primeras pinceladas de qué esperar este próximo verano. Repasamos 5 notas, tanto positivas como negativas, de la clasificación en Osaka, Belgrado y Washington D.C.
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Bélgica suma efectivos para la causa
No vamos a presentar a nadie a jugadoras como Julie Allemand, Emma Meesseman o Antonia Delaere, de sobras conocidas en el baloncesto europeo, pero esta ventana FIBA quizá haya sido para Bélgica más importante de lo aparentado. Primero, por dejar atrás los fantasmas de la doble eliminación del pasado verano, durísima por cómo se produjo en ambos casos. Pero, en segundo y no menos importante lugar, también por la posibilidad de elevar la importancia de Maxuella Lisowa Mbaka y Hind Ben Abdelkader en su rotación exterior. En un PreMundial sin Kim Mestdagh (y Julie Vanloo), ambas jugadoras mostraron un papel importante que podría abrir las puertas a una ampliación de la rotación de cara al futuro.
Mientras Lisowa hacía acto de presencia con una versión defensiva más que valiosa, atascando numerosos ataques rivales y convirtiéndose en un obstáculo complejo para sus emparejamientos (sin despreciar su decente aportación anotadora), Abdelkader confirmó que su regreso a la selección tras años de ausencia es una noticia muy positiva para las aspiraciones belgas. La exterior, que declinó la opción de jugar con Bélgica hace más de un lustro debido a diferencias con la federación, supone una generadora de primer nivel en ataque, capaz de desatascar situaciones complicadas, encadenar grandes rachas y, lo más importante, añadir puntos a un banquillo que no siempre fue sobrado de ellos. Siendo esta su primera toma de contacto con el grupo, la sensación es que, bien encauzado, su instinto anotador puede marcar diferencias en una selección que lleva ya un tiempo quedándose a las puertas del siguiente nivel.
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Asia acecha
Después de un buen verano en 2021, China, Corea y Japón dejaron claro que Asia va a dar guerra en Australia. A excepción de las coreanas, un equipo correoso (que se lo pregunten a Serbia) pero sin grandes aspiraciones a priori, tanto chinas como japonesas guardan el potencial suficiente como para tocar metal en el país oceánico. Con perfiles totalmente opuestos, ambas selecciones han ido comiendo territorio a Europa en los últimos tiempos, dejando entrever el panorama internacional que podríamos encontrarnos este próximo verano.
Por un lado, China posee una plantilla amplia con perfiles muy diferentes. Las gigantes interiores Yueru Li y Xu Han, la omnipresente Sijing Huang, clave en todas las facetas del juego chino, la tiradora Meng Li o las bases Liwei Yang o Siyu Wang conforman un núcleo amplio que será durísimo de derrotar, tanto por rendimiento como por centímetros del mismo. Todo lo contrario a Japón, marcado por un estilo rápido y directo en el que la larga distancia es la única vía de supervivencia, aunque tan solo Estados Unidos hasta el momento haya conseguido frenar con creces el juego nipón. A pesar de dejar algunas dudas tras el cambio de entrenador (con un claro condicionante: sin Rui Machida, su mejor jugadora en los JJOO), no disputando una buena primera parte ante Canadá y cayendo frente a Bosnia debido a un salvaje encuentro de Jonquel Jones, las japonesas dejaron prueba de que su estilo no va a cambiar de cara a 2022. Que nadie se relaje, porque quien avisa… no es traidor.
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Aprobado de Lapeña y la clave Carleton
Apenas un mes después de su anuncio y con tan solo cuatro días de entrenamientos, el aragonés Víctor Lapeña se enfrentaba a su primer gran reto. No el de conseguir su billete para Australia 2022, entregado de manera automática por FIBA tras la renuncia de Bielorrusia, sino el de mostrar un cambio significativo en Canadá. Las norteamericanas, una selección de nivel medio-alto, venían de varios años dejando destellos de su potencial pero sin conseguir una regularidad en su juego que les permitiera optar a su verdadero techo. Objetivo primordial para el técnico de Fenerbahçe.
En su primera toma de contacto, Canadá completó 60 minutos de un baloncesto de muy alto nivel (quizá superior a lo visto en los últimos tiempos) y otros 20 más flojos, en los que la subcampeona olímpica, Japón, consiguió darle la vuelta al marcador. En total, una victoria y una ajustada derrota en la prórroga que dejaron un buen sabor de boca pero confirmaron el problema previo a su llegada que deberá solucionar: la irregularidad.
Canadá disputó esta ventana FIBA con dos premisas muy claras. Al igual que en sus otros equipos, Lapeña es un técnico que define muy bien los roles, potenciando a sus estrellas de una manera muy significativa. Sin optar por amplias rotaciones, las referencias de sus equipos siempre suelen encontrar un nivel que marca diferencias debido al talento que atesoran. Así fue en Zaragoza con Ferrari, Ocete o Barbee, en Orenburg con Wheeler, en Fenerbahçe con Iagupova o McBride y, en esta ocasión, con Carleton y Achonwa. Lapeña entregó libertad absoluta a la exterior, desafiándole a tomar un mayor peso ofensivo en el equipo, y empleó a la interior como una base más sobre la pista. Dos detalles diferenciales que, con total seguridad y a falta de ver cómo engrasa el equipo cuando Kia Nurse esté disponible, mantendrá en el tiempo.
¿Lo más positivo? Para mí, esto que comenta Lapeña sobre @bridgecarleton a la pregunta de @KC_Shibata: "Hablamos de que necesita más tiempo el balón en sus manos para tomar buenas decisiones".
➡️28 pts, 6 reb y 3 asists vs Bosnia.
Le ha dado libertad total. @FIBAWWC🏆 https://t.co/0K1uuMCNwq pic.twitter.com/sSFusAtQJR
— Luis Vallejo (@Lvallejocolom) February 12, 2022
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Francia… ¿qué podemos esperar de Francia?
Complicado valorar de manera justa el paso de Francia por Belgrado, aunque todavía más difícil en cualquier caso hacerlo de manera positiva. A pesar de conseguir el billete al Mundial, la selección europea dejó unas sensaciones bastante negativas. Sin Michel, Gruda, Miyem y Duchet, pero con un equipo en el que estaban presentes Johannes, Chartereau, Ciak, Williams o Fauthoux, Francia superó 77-66 a Mali antes de caer ante Nigeria de manera ajustada (67-65) y con estrépito frente a China (70-103). El inicio de Jean-Aimé Toupane, sustituto de Garnier, no ha podido comenzar con más dudas, mostrando incluso una mayor irregularidad que en etapas anteriores y dejando grandes dudas para este verano, donde es cierto que debería poder contar con todas sus estrellas. Las 25 pérdidas por encuentro, muchas de ellas no forzadas, y la fortaleza mental que tanto ha afectado a su capacidad competitiva, aspectos vitales a resolver con el reloj iniciando ya la cuenta atrás para Australia.
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Lesión de Aminata Sangaré.
El primer día, ante Francia, la jugadora de Casademont Zaragoza demostró su progresión de los últimos meses. Emparejada con Gabby Williams, la joven maliense estaba viviendo un intenso duelo en Belgrado, peleando por conseguir un billete para Australia 2022. Al igual que en las últimas semanas, Sangaré estaba mostrando cabeza y una aportación ofensiva más eficiente que en meses anteriores, más allá de su habitual energía y voluntad en el rebote. Sin embargo, un esfuerzo defensivo para evitar una canasta hecha dejó una de las peores noticias del parón. Su rodilla se desetabilizó sin contacto alguno y cayó al suelo. La impresión era mala, al igual que las noticias posteriores. La lesión en su rodilla izquierda, tras las primeras pruebas realizadas, es grave. Un duro contratiempo en un momento en el que, por primera vez, su rendimiento se situaba en un alto nivel de manera regular.
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