Sin mayores alardes, pero sin titubeos. Contundente faena de aliño. Grecia superó a Bélgica (75-54) haciendo gala de su poderosa plantilla y una confianza imparable. A cuartos de final con las mejores sensaciones.
No tuvieron prisa. Igualada primera mitad. De salida, poco acierto de tiro en ambas escuadras. Tres triples en el primer cuarto bastaron a Bélgica para mantenerse cerca (16-15). Katsikaris no movió el banquillo hasta el minuto 9: Zisis por Spanoulis.
Un 7-0 en el arranque del segundo cuarto, con la segunda línea helena en cancha, abrió el resultado (23-15). Pero Bélgica no tardó en responder (28-27) bajo la sabia batuta de Van Rossom. Al intermedio, marcador corto (34-31) con Koufos (11+8) y el base del Valencia Basket (10) como mejores artilleros de cada bando.
En la reanudación, Katsikaris varió su estructura: Antetokounmpo de ‘4’ junto a un trío exterior pequeño formado por Calathes, Sloukas y Spanoulis. Y funcionó. Una canasta de Spanoulis pisando la línea de tres dio por primera vez diez tantos de ventaja a los helenos (51-41). La muñeca de Gillet hizo un último esfuerzo, pero la nave griega ya llevaba el viento de cola (57-42 al final del tercer cuarto).
Experiencia sobrada de los helenos para manejar la renta, aumentarla y mantener en dinámica a todos sus jugadores. Bélgica tardó casi cinco minutos en anotar en el último periodo (65-42). Grecia, sobrada. Y, por si eso fuera poco, tres días descanso antes de afrontar el partido de cuartos.