Misión cumplida, pero después de 30 minutos de sufrimiento y agonía. España se clasificó para cuartos de final batiendo a Polonia gracias al parcial del último cuarto: 25-11, de empate 55 al 80-66 final. Un sorprendentemente triplista Pau Gasol (¡6/7! para 30 puntos) decantó el encuentro. Fue una solución inesperada a los problemas, pero válida a fin de cuentas. Cuartos de final ante Grecia el próximo martes.
Sin el concurso de Rudy, el partido arrancó con emparejamientos exteriores cambiados: Ribas con Waczynski en un lado y defendido por Slaughter en el otro. Tras errar los tres primeros tiros, España se soltó con un 10-0 (10-4). Pero con respuesta polaca inmediata (15-15). Un buen ejemplo del estado anímico de esta Selección. Demasiada tensión, poca fluidez. Un sube y baja constante. De pequeños oasis de lucidez a pasar al borde de la desesperación en cada error. Tres tiros libres postreros de Llull ponían un 25-20 tras diez minutos de juego. Montaña rusa emocional.
Segundo periodo con Claver sobre Waczynski. Se mantiene el toma y daca. Karnowski, bueno relevo de Gortat. Fueron los triples de los hombres grandes los que nos dieron respiro. Gasol, Claver y Mirotic encadenaron aciertos desde los 6.75 para despejar nubarrones: de 30-31 a 39-33. Pero vuelta a las andadas: 39-39. Canasta de Mirotic para retirarnos a los vestuarios dos arriba (41-39).
En la primera mitad, España lanzó tanto de dos como de tres (14 veces). Nueve pérdidas. Gasol, 15 puntos sin fallo, tres triples incluidos. Polonia, sólo 6 faltas cometidas aprovechando la poca agresividad ofensiva española. Pese a anular al referente ofensivo rival (Waczynski, 2 puntos al descanso), partido en el aire. No apto para cardiacos.
Agarrotados. El decorado no varió en el tercer cuarto. Marcador estrecho, cada canasta un sufrimiento. Un momentáneo despertar del alero del Obradoiro impulsaba a Polonia para seguir en el partido y creer en la victoria. La presión provocaba aparentes faltas de concentración (rebotes concedidos, pérdidas…). Eran nervios: en este periodo, España sólo sumó 4 canastas y 6 tiros libres. Y eso que un 2+1 in extremis de Mirotic empataba a 55 con el último cuarto por disputarse. No va más. La hora de la verdad.
Todo pintaba para otro desenlace angustioso. Pero no. El buen trabajo defensivo en el arranque del cuarto definitivo fue determinante. Alternando estrategias defensivas (zona press 1-3-1 con el ala-pívot de punta…), España terminó doblegando la resistencia rival. Polonia tardó tres minutos en anotar y el cuarto triple de Gasol abría el camino (65-57). El de Sant Boi pondría la rúbrica final con dos bombas más (74-59 y 77-59) antes de irse al banquillo y ser ovacionado por la parroquia francesa. Curioso que una de las principales llaves de este partido hayan sido los triples del pívot catalán. Bienvenidos fueron…
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