«No me duele. Soy optimista pero tengo dudas, temores. Al tacto está mucho mejor», explica Ginóbili en una entrevista a la emisora de radio ‘LU2’ recogida por ‘Basquetplus’.
«Terminé la temporada y sentía dolor cuando me tocaban la zona», recuerda Ginóbili. «Pero bueno, hay que ver desde adentro como está el hueso. Ahí tendremos un mejor pantallazo. Si está curado cuando entrene, me daré cuenta rápidamente. Llevó un mes y tres días de reposo, calculo que se debe haber curado».
La lesión fue detectada en la revisión de final de temporada con los Spurs, después de que Manu Ginóbili hiciese pública su intención de jugar con su selección este verano.
Con 36 años y un cuarto título NBA en su palmarés, Manu admite que «todavía no me veía como ex jugador de la Selección. Quería estar con los chicos en el Mundial y sentirlo como una despedida. Intentaré disfrutarlo, pero primero tengo que llegar a jugarlo».
Ginóbili desvela que las molestias empezaron en marzo: «No era un dolor intenso y no iba a descansar en los playoffs. Tenía dolor pero podía jugar. Para curarlo hay que parar. El tema es si 35 días alcanzan para haberse curado del todo. Yo creo que sí; es un plazo razonable, porque no era una fractura grande, era pequeña».
Y aunque los Spurs en principio se opusieron a que jugara la Copa del Mundo, al final le dieron permiso… si está recuperado.
«El doctor me lo dijo claramente, pero está claro para que lado tira. Pop entendió perfectamente, apeló a mi honestidad y yo se la prometí. Le dije que si tengo dolor, no voy a jugar. Me dio su confianza, lo cual aprecio mucho y me dijo que si estaba bien, jugara tranquilo. Entendieron como era el tema y ese fue el acuerdo», desvela Ginóbili.
El próximo viernes es la fecha clave: pasará revisión y tomará una decisión.
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