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[Historias de 2022] El año que alumbró el futuro de la selección

[Historias de 2022] El año que alumbró el futuro de la selección

La sorprendente competitividad de un grupo inédito que conquistó el oro en el pasado Eurobasket contra todo pronóstico, la eclosión de la generación de 2005 (plata mundial U17 en Málaga), la vigorosa proyección de Santi Aldama en la NBA… España se reinventa para agarrarse a todos los podios, para aprender a ganar ganando. De Alberto Díaz y Lorenzo Brown, a Izan Almansa y Aday Mara. Y ahí siguen Rudy Fernández, Ricky Rubio, Sergio Llull… y Sergio Scariolo. Un equipo inagotable.

El abismo anunciado resultó ser una cima impensable. La selección española se mentalizó durante tanto tiempo para afrontar el inevitable relevo de la mejor generación de jugadores de su enciclopedia que, sin tiempo para la nostalgia, el agarre competitivo le ha llevado a un histórico primer puesto en el ránking masculino de la FIBA por delante de Estados Unidos. Tras sellar el billete al Mundial de 2023 en la ventana de noviembre, España hizo cumbre en la clasificación honorífica del baloncesto internacional con 758.6 puntos, por delante del USA Team (757.7), Australia (740.3), Argentina (734.3) —y del resto de la élite europea: Francia, Serbia, Eslovenia, Lituania, Grecia e Italia—. Con menos cuota de talento que en episodios anteriores, pero idéntico espíritu que en su máximo esplendor, la campeona del mundo y de Europa ha acreditado en este 2022 su genética de podio alcanzando la 12ª medalla en los últimos 15 torneos —desde el oro de Saitama en 2006— (14 de las 20 medallas de la masculina han llegado en este siglo).

Ahí sigue España, prolongando estos maravillosos años. Salvando coyunturas con emotivos ejercicios de entrega gremial. Asombrando al mundo y sorprendiéndose a sí misma. La España que está y la que viene. La España inagotable en su siglo de las luces en el año que alumbró el futuro. “No es propiamente un nuevo título y probablemente no pueda mantenerse durante demasiado tiempo. Pero es algo tan único, prestigioso e histórico, que me siento tremendamente orgulloso de todos los que, desde la U12 a la Absoluta, han contribuido a ello”, escribió Scariolo cuando la FIBA publicó la lista de honor, apuntando a los eslabones vigentes y a los venideros.

Una fórmula reforzada con hazañas presentes e ilusiones futuras, tras un verano memorable en las categorías de formación. Ocho medallas conquistadas, entre la categoría masculina y la femenina (de la U16 a la U20), en otros tantos torneos disputados, incluyendo tres oros europeos y dos platas mundiales de las selecciones U17. Una colección a añadir al total de 101 medallas de formación en Europeos y Mundiales (51 masculinas y 50 femeninas) —50 de ellas desde 2011: 27 femeninas y 23 masculinas—. Un inventario que merece una mirada retrospectiva antes de apuntar al futuro.

Como si de un rito atávico se tratase, los emblemas de la generación de oro, campeones del mundo en 2006, fueron plegando velas de manera gradual, para prolongar la tutela de los nuevos y dejar cincelado el molde del éxito. José Manuel Calderón y Felipe Reyes se marcharon de la selección tras los Juegos de Río, en 2016; Juan Carlos Navarro escribió su punto final en el Eurobasket de 2017; y los hermanos Gasol estiraron su leyenda hasta los Juegos de Tokio, en 2021. En mitad de esa secuencia, la FIBA sacudió el calendario internacional reinventando las clasificaciones para sus torneos con una fórmula de ventanas que pareció diabólica pero que, paradójicamente, permitió sacar lustre a la profundidad de banquillo infinita del baloncesto español y dotar de pujanza la inevitable transición. La mejor escapatoria para un lustro que se aventuraba laberíntico fue afilar el espíritu competitivo para defender el legado.

Con una anticipación inédita, Scariolo preparó el Eurobasket de 2017 con dos listas (27 jugadores en total) y dos concentraciones. En la lista principal, de 11 jugadores, estaban ocho de los 10 jugadores españoles entonces en la NBA, más que nunca en la historia —Pau Gasol (Spurs), Marc Gasol (Grizzlies), Ricky Rubio (Wolves), Sergio Rodríguez (Sixers), Álex Abrines (Thunder), Nikola Mirotic (Bulls), Juancho Hernangómez (Nuggets) y Willy Hernangómez (Knicks), más Sergio Llull, Juan Carlos Navarro y Fernando San Emeterio—. En la lista secundaria, que comenzó a trabajar en julio en Benahavís (Málaga) pensando en el reto que llegaría cuatro meses más tarde, estaban veteranos ilustres (Albert Oliver, Sergi Vidal y Fran Vázquez) y varios de los que luego han sido campeones del mundo y de Europa (Quino Colom, Javi Beirán, Jaime Fernández, Xabi López Aróstegui y Sebas Sáiz).

Con apenas cuatro entrenamientos como rodaje, pero mucha memoria acumulada, la nueva selección española superó uno de los trances más complejos de su exitosa historia reciente: el primer capítulo de las ventanas, derritiendo en Burgos a gran parte de la Eslovenia campeona de Europa. “Esta es otra de nuestras grandes páginas; igual no entra en los álbumes de oro, pero en el álbum de oro de mi corazón estará muy arriba. Me voy como si hubiera ganado una medalla en una competición”, valoró Scariolo en el Coliseum, emocionado como en los días grandes, como si intuyera que ya había arraigado el espíritu irreductible que mostró la selección en 2019 en China y este verano en Berlín. “Lo que ha enseñado este grupo es algo que nos ha salido mejor que al resto de países: seguir siendo un equipo. Todos formamos parte de una familia. La camiseta es la referencia. Es un privilegio y un orgullo pertenecer a un grupo que ha marcado la historia de este deporte. Todos quieren vivir la épica de la selección”, explicó Scariolo en 2018.

A esa épica se fueron sumando debutantes: 22 en la primera tanda de ventanas camino del Mundial, 38 en total en partido oficial, sumando los que contribuyeron a la clasificación del pasado Eurobasket y los que han clasificado a España para el Mundial de 2023, que se celebrará conjuntamente en Filipinas, Japón e Indonesia entre el 25 de agosto y el 10 de septiembre del próximo año. 11 de esos 38 debutantes ya tienen una medalla de oro en su currículo. Un equipo más grande que nunca, sin complejos y con reminiscencias de campeón. Otra España campeona, contra todo pronóstico.

La conquista más impensada 

Obligada a una reinvención extrema dentro de su transición generacional, España afrontó el Eurobasket con un grupo de 12 jugadores integrado por siete debutantes en grandes torneos y solo tres supervivientes del oro de 2019 en China. Un plantel en el que, descontando la experiencia del capitán Rudy Fernández (37 años) y del especialista Lorenzo Brown (32), la media de edad era de 25,6 años. Usman Garuba (20), Jaime Pradilla (21) y Joel Parra (22) marcaban la frontera de “los millennials de Scariolo. Y, junto a ellos, los Hernangómez, Willy y Juancho (mvp’s del campeonato y de la final respectivamente), ya con galones; y una marabunta conmovedora (Alberto Díaz, Jaime Fernández, Darío Brizuela, López Aróstegui y Sebas Sáiz) que se agarró con pasión al parquet hasta convertir las tablas en otro podio de oro.

Un punto de inflexión para todos ellos, que amplía inesperadamente el repertorio de Scariolo de cara al Mundial de 2023 y los Juegos de París 2024. Puesto que, a los recientes campeones de Europa capitaneados por Rudy, se sumarán los ausentes por lesión en el pasado torneo: Ricky, Llull, Claver (con más de 150 internacionalidades cada uno), Abrines, Mirotic, Abalde, Alocén… Y, junto a todos ellos, el futuro presente con Santi Aldama a la cabeza (el primer español en pisar la NBA desde la liga universitaria). En su segundo año en la meca estadounidense, el jugador de Memphis Grizzlies, de 21 años y 2,13m, un portento versátil con trazos de Kukoc y Pau Gasol, suma 10 puntos, 6,3 rebotes, 0,9 asistencias y 1,1 tapones en 27,2 minutos por partido, en un notable inicio de temporada que, tras los rigores del curso de rookie, ha reactivado su infinita proyección. Superadas la lesión de rodilla y la pandemia, que le mantuvieron casi un año parado, el campeón de Europa U18 en 2019 (junto a Garuba y Pradilla entre otros), ya ha señalado el próximo Mundial como la cita en la que comenzará a escribir su historia en la selección.

Aldama marca la senda de la prolífica cantera de la selección. Y una dupla de similar proyección a la que formaron Aldama y Garuba en aquella conquista de 2019 en Grecia emergió en julio en el Martín Carpena de Málaga. Izan Almansa (2,07m, Academia Overtime Elite de Atlanta), primer mvp no estadounidense de un Mundial de formación (y también mvp del Europeo U18), y Aday Mara (2,20m, Casademont Zaragoza), que suma ya minutos en la ACB, lideraron a una generación “especial”, como la calificó Scariolo. “Tienen de todo. Por talento acumulado, son probablemente la mejor generación que hemos tenido desde los 80. Y no tienen problema en asumir esa presión”, dejó dicho el seleccionador que, además de Almansa y Mara, subrayó a Sergio de Larrea, Lucas Langarita, Abel Delicado, Álvaro Folgueiras y Conrad Martínez. Recursos en todas las posiciones.

Una camada enmarcada por otros dos talentos especiales, dos bases de 1,91m: Juan Núñez y Mario Saint Supery. El primero, madrileño de 2004, perla de la cantera madridista desde infantiles, que en agosto rompió su zona de confort para emigrar al Ratiopharm Ulm alemán (territorio donde cogieron carrerilla Will Clyburn y Pierriá Henry entre otros), y ya ha debutado con la absoluta. El segundo, malagueño de 2006, formado en la cantera del Unicaja, que tomó la alternativa en la Basketball Champions League y en la Liga Endesa antes de cumplir los 16. Referentes de la U20 y la U16 respectivamente. Llamados a seguir devorando etapas con la selección y a superar los obstáculos para ganar minutos en la élite. La liga española es la es la competición de baloncesto con el menor número de jugadores nacionales seleccionables (29%), y la penúltima (solo por delante de Japón) en porcentaje de nacionales U21 en los equipos (8,8%), según el informe de la FIBA y el CIES Sports Observatory de 2021, a una media de 3,7 minutos por partido y 11,3 partidos por curso. Datos que acentúan la paradoja exitosa de la selección.

 

 

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