Si bien España había ganado por 13 puntos a Montenegro en la preparación –después de ir perdiendo durante tres cuartos, eso sí–, a nadie le inspiraba confianza medirse a las balcánicas en la primera fase. Los temores estaban bien fundados. Salvo los minutos iniciales (2-7) y un tercer cuarto espectacular de Alba Torrens –virtualmente indefendible–, la selección de José Ignacio Hernández sufrió bastante para mantener el ritmo de sus adversarias montenegrinas y evitar una derrota (66-57) que, en sí, no corta el camino a nada, pero obliga a extremar precauciones y a no tropezar más si no quieren verse abocadas a un camino tortuoso por los metales. Pero no hay que alarmarse, porque esto es solo el principio.
Punto de partida
No solo España no pudo conocer a su primera rival hasta unos días antes de comenzar el Eurobasket –Alemania y Hungría terminaron la repesca el miércoles pasado–, sino que en la misma semana previa también tuvo que acortar su roster de 14 a 12 jugadoras por esa decisión chapucera de la FIBA que trastoca tantos planes –entre esto y lo de ampliar el Eurobasket masculino de 16 a 24… ¡después de haber hecho el Preeuropeo! Desquiciante provisionalidad–. Con el hándicap de no conocer al rival, España sacó adelante un debut complicado ante las teutonas, pero con más pragmatismo que brillantez. De la facilidad de los comienzos (7-0 en dos minutos, 18-8 en el primer cuarto) a las apreturas de la segunda parte…
… Más información en la revista GIGANTES.
YA EN TU QUIOSCO