AMERICAN LEGENDS DOMINO´S BY AJEROEstás viendo//'No odies el juego; no odies al jugador', Jose Ajero y su repaso al verano baloncestístico
‘No odies el juego; no odies al jugador’, Jose Ajero y su repaso al verano baloncestístico

‘No odies el juego; no odies al jugador’, Jose Ajero y su repaso al verano baloncestístico

Los columnistas de alrededor del globo coinciden en la convergencia del odio en las redes sociales. Alguien me dijo que es fácil odiar sin fotos de perfiles y que te conviertes en diana por ponerla. La exposición publica se ha convertido en un problema de complicada solución. Las redes sociales cobijan insultos y alabanzas en el mismo sentido. La mayor censura es el consenso de idiotas.

El mejor ejemplo son los Ball. Ahogándoles en malos deseos, les hemos hecho grandes. Sus zapatillas no valen nada, pero todo el mundo -tú y yo incluidos- hablamos de ellas. Y estamos dispuestos a celebrar el fallo, más que el feeling natural de Lonzo para pasar la pelota.

Es más fácil odiar que querer. Es más sencillo decir ‘que te jodan’ a ‘te quiero’ y mucho más agradecido el ‘ya te lo dije’ que el ‘todo saldrá bien’.

A los que esperan la caída y el fallo de Ball, les persigue el síndrome de LeBron que no pudo pillar a Kobe. Cuando las RRSS estallaron, Kobe ya molaba. Pero LBJ, no. Siendo el mejor de los actuales en cancha, sigue arrastrando legiones -cada vez menos- de graciosos ‘odiadores’, que quieren verle perder, mientras gana. Es más fácil odiar que amar.

SERGIO RODRÍGUEZ

Los años no pasan en balde. La NBA coge matrículas y la del Chacho la capturaron cuando se quedó sin piernas en el primer mes de Philly. No tiró ni para atrás, ni para adelante. Y en un montón de partidos y un montón de minutos, las patas -como dicen los ciclistas- se abieron. Vuelve a Europa al casi más grande, al CSKA, a ganar una millonada y jugar apenas 40 partidos importantes. No puedo entender que en el Real Madrid nadie moviera un dedo por devolverle a su casa.

MILOS TEODOSIC

Ball, Chacho y Teodosic. Los tres que encabezan el texto tienen un sitio en los corazones de la gente a base de ser base de los antes. De los que nos gustan, a los del basket viejo, al moderno y al del futuro. Los tres tienen eso que se tiene sin entrenar, pero donde les lleva el trabajo. Milos, a sus 30 años, salta el charco porque era su deseo. El que dirán les hace a los que son como él pararse más tiempo a pensar qué hacer, que pararse a pasar. Se va a los Clippers, a vestir los colores de Serbia. Si adapta sus piernas, puede seguir habiendo Lobb City.

VENTANAS FIBA

Muy fan de la Euroliga no quiero que nadie me venda motos de tres ruedas. Ni ellos, ni la FIBA miran por el bien del basket. Quieren hacer dinero con él. Pero como el charco es del tamaño del Mar Negro, toca mojarse. Mirad, las ventanas FIBA para las selecciones me parecen un intento desesperado del organismo por ganar el terreno perdido. Pensaron que las banderas iban a poder más que el dinero. Que las patrias mandarían, pero al final, si los NBA no van, con qué derecho le vas a pedir a los clubes europeos que cedan sus talentos a mitad del camino. La Euroliga ha puesto competición todos y cada uno de los días de selecciones.

DRAYMOND GREEN

Educado y cortés es el líder de los Warriors. Tozudo como una mula en el sentido estricto. Cabeza articulada con frases y respuestas bien expuestas. Pasó por Madrid y Barcelona un tipo que no lució séquito, ni joyería exagerada. Una estrella de otras cosas que no sabe hablar de él, solo del colectivo. Bueno, una sola vez, cuando dijo que es el líder del equipo, porque todos le respetan y él, respeta a todos, al de los 41 millones y al del contrato que pende de un hilo.

CALEB SWANIGAN 

Heredó de su padre la altura y el peso. Los problemas ya venían de serie. Su padre no murió lo suficientemente pronto como para no joderle más la vida. Adicto de crack, consiguió que su esposa cogiera un camión de mudanzas y se fuera a vivir a Utah con sus hijos dentro. Lo desató todo un golpe a Caleb en un descuido de la madre cuando era crío. La marca del niño se la iba a devolver por 10 o por 20. Swanigan asegura que nunca pudo comer bien porque nunca había dinero para evitar la comida basura. Ahora, en los Blazers es una sensación del verano. Pesa casi la mitad que de adolescente. Su mayor hambre es el ofensivo y el tener una vida mejor.

SELECCIONES SUB-20

Los chicos están en octavos, invictos y coleando. La chicas ganan, ganan y vuelven a ganar. Es una mierda el sistema que sacrifica a miles de jóvenes que en época junior se quedan colgando en la nada del basket. Ahí no hay red. Lo que es la hostia es mirar cada verano el vaso medio lleno, porque los que pasan esos cortes son los mejores de su edad en la Vieja Europa. OK, no debe ser consuelo.

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