Esconde Sergio Scariolo. Como siempre a estas alturas. Hoy no hemos perdido porque el rival tampoco daba para más, pero esta victoria es la típica derrota contra Lituania, Alemania, Turquía… que otras veces nos ha pasado. Pero como hemos ganado y fieles a lo que queremos, lo mejor es no pensar que nunca en la vida vamos a volver a tirar tan mal.
Lo mejor de todo es que el día que no la metemos en el lago de la Casa de Campo de Madrid tenemos otros recursos. Para mí, el más sexy ha sido el de Llull. No por la importancia de sus 8 puntos en el tercer cuarto, sino porque tenemos una tendencia absurda a descontarle. En fin, que jugamos pocos sistemas pero tenemos mandarinas y alcachofas ecológicas de Sant Boi.
· EcoMarc. Dos para dos en lo alto de la zona, como mucho… No más sistemas. Es muy pronto y salvo tras situaciones posteriores a tiempo muerto, poco o nada. Es así con Sergio Scariolo a estas alturas y siempre lo ha sido. Por eso necesitamos otras cosas; por ejemplo, Marc. 30 minutos han sido muchos, pero necesarios. Salió Willy de la rotación y hemos llegado a estar 4 minutos sin ‘center’, pero con Oriola. A lo que vamos es que los 19 puntos y 7 rebotes de Gasol han sido necesarios. Aunque en esos tres minutos del tercer cuarto en los que alternó defensa y ataque han sido para grabar en el móvil.
· Nunca mais. 4 de 30 en triples. Tras terminar la primera parte 2 de 17 nunca piensas que se pueda volver a suceder. Pues flipa, que sí. No la hemos metido a la distancia en una de las situaciones más bochornosas en años. Abusábamos del pase extra porque nadie lo tenía claro. Y más cerca. Pues bien, sin más. Tan solo dos tiros de media distancia, esa que ya no gusta, y por exigencias del guión de posesión.
· Mandarinas. Es lo que más conocemos de él, pero a mí me encantan sus andares. Cuando bota acompañando con todo el cuerpo. Cuando el pelo se acompasa a la muñeca, sabemos que está bien. Y, joder, si Llull está bien, ganamos a uno de los mejores del continente viejo. Del banco llegaron 17 puntos, 8 fueron suyos y 6 de Oriola. Jugó con Ricky, con Marc, solo y acompañado y su rol no es de uno cualquiera.
·Ricky. Me encanta el nuevo Ricky Rubio, pero me moría de amor con el viejo. A mí me da igual que tire o que no tire, quiero que domine con defensa y distribución de bola. A veces creo que lanza demasiado y en ese buscar tiro no nos hace brillantes en el ataque estático. De todas formas, funciona su estrategia porque lo que atasca, lo desatasca con aplomo en la distancia y por fin un movimiento propio de cara a canasta, esas penetraciones esquinadas que apoya con poco ángulo en la tabla.
· Buscando rotación. No la tenemos cerrada. Hoy uno no ha jugado, Javi Beirán, que a las mismas, fue el primer cambio en el primer partido. Sergio no ha querido o necesitado más a Willy, así que bueno, pasado mañana será otro día y contra Hamed Haddadi lo veremos. Lo malo es que cinco suplentes no sujetan el partido, ni el primero, ni el segundo, así que ha llegado la hora de hacer como los huevos fritos esos que rompéis contra patatas y jamón en cualquier terraza de suelo patrio.
· Estadística. Como siempre hablo de una, pero son dos. 17 puntos de segunda oportunidad y 17 tras error del rival. Somos castigadores ‘top’, así que eso… Ante un rival sin demasiados recursos más allá del jugadón, nos hemos inventado otras vías.
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