Igor Kokoskov empieza su andadura en el Fenerbahçe turco sucediendo a Zeljko Obradovic. Lo hace desde la NBA, de la que ha salido abruptamente (era asistente en Sacramento Kings y se marchó de la burbuja de Disney World al aceptar su nuevo puesto) para aceptar su puesto. En la televisión oficial del club, uno de los campeones de la Euroliga de la última década, ha dado una entrevista en la que habla de algunos aspectos clave tanto en su carrera como en este mediático fichaje.
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En la conversación se habla de una oportunidad pasada, ofrecida por el propio Obradovic hace años, para entrar en el gigante turco: «Cuando vino al Fenerbahce hablamos de reto de ser entrenador ayudante, pero no era el momento adecuado para mí porque tenía un contrato en vigor con Phoenix Suns. ‘Irás allí y serás campeón sin mí’, le dije, y eso hizo». La relación entre ambos, inspiradora para que sea uno el que sustituye al otro: «Zeljko es alguien a quien respeto, amo y observo. Es a la vez mi mentor y un amigo íntimo».
El Fener es un reto grande para él, pero se muestra preparado: «Ha sido una transición rápida: estaba en la burbuja con los Kings y de repente llego aquí. Estambul es una ciudad que amo y las primera sensaciones son muy buenas, estoy muy feliz. Con el equipo y como entrenador. Tengo suerte de poder trabajar con los que ya estaban y con los nuevos, son 12 jugadores que van a conjuntarse muy bien. Están hambrientos, con muchas ganas de jugar. Seremos respetuosos con todos nuestros rivales, pero iremos con todo. No podemos prometer que ganaremos todos los partidos, pero sí que lo daremos todo en la cancha: ésa es nuestra misión».
Su bagaje es importante en Estados Unidos (aunque es el actual seleccionador de Serbia, trabajo que compaginará con éste) y eso es un punto extra que deberá traducir en éxito en el mercado europeo: «He sido el primer entrenador europeo en la NBA. No fui el mejor, pero fui el primero. Comparado a cómo era hace 20 años, ahora la NBA es mucho más cosmopolita e internacional. Cuando llegué allí sólo quería abrir puertas y aprender; tenía 25-26 años y me pagaba los viajes yo mismo, la NCAA y la NBA no eran nada accesibles parecían algo intocable. Estaba trabajando en el Partizán y con Serbia y empecé a ir y las puertas se fueron abriendo. Y aprendí mucho».
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Foto: Alex Goodlett / Getty Images
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