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El Jordan Dome: historias de la cancha donde Jordan jugó sus ‘mejores partidos’ rodando Space Jam

El Jordan Dome: historias de la cancha donde Jordan jugó sus ‘mejores partidos’ rodando Space Jam

Durante la grabación de Space Jam, Michael Jordan se ponía diariamente a prueba en el Jordan Dome, una cancha construida para él en la Warner Bros

En 1995 hubo una cancha en la que se jugaron los mejores partidos de baloncesto del mundo. La llamaban Jordan Dome y se trataba de una pista portátil situada en el aparcamiento de la Warner Bros. Estuvo allí durante todo el rodaje de la película Space Jam y sirvió para que Michael Jordan juntase a su gente de confianza y jugadores de nivel para mantenerse en forma mientras grababa con Bugs Bunny y compañía.

Michael Jordan acababa de regresar de su aventura en las Ligas Menores de béisbol y quería recuperar sensaciones sobre la cancha, por lo que utilizó esta enorme carpa blanca para ir tomando contacto con el balón… y terminar por protagonizar los mejores partidos recordados por muchos de los participantes. Las instalaciones contaban con una pista tamaño oficial (llevaron hasta allí el parqué de la cancha de Long Beach University), sala de pesas, una green de golf, una zona de recreo con televisión, mesa de cartas y equipo de música, vestuarios y cualquier detalle que Michael Jordan necesitase para sentirse como en casa.

Un All-Star Game diario (pero en serio)

El agente de MJ, David Falk, era el encargado de hablar con sus socios y conseguir jugadores a los que representaban para enviarlos al Jordan Dome. Patrick Ewing, Charles Barkley, Reggie Miller, Grant Hill, Juwan Howard, Dennis Rodman, Tim Hardaway, Chris Mullin, Rod Strickland, Gary Payton, Charles Oakley, Cedric Ceballos, Tracy Murray… hasta Magic Johnson de forma eventual. La rutina era siempre la misma. A las siete de la tarde todos se reunían en el Jordan Dome para jugar partidos de cinco-contra-cinco a siete puntos, en los que todas las canastas valían un punto y cada uno pitaba sus propias faltas. «Lo que me sorprendía de verdad era que Jordan pudiese grabar todo el día y aun así seguir yendo a jugar partidos durante os o tres horas. La mayoría de los partidos empezaban a las 19 y terminaban a las 22. Al día siguiente tenía que estar en el set de rodaje a las 5 o 6 de la mañana», explica Reggie Miller en la revista Slam. En ocasiones, después de las dos o tres horas de partidos, varios jugadores se quedaban en las instalaciones trabajando en su técnica individual, incluido Michael.

Además, el Jordan Dome contaba incluso con su particular celebrity row, en la que se reunían famosos y gente del cine que pasaba por los estudios de la Warner Bros y tenían alguna afinidad con Michale Jordan o alguno de los peces gordos relacionados con Space Jam. Desde Halle Berry a Kevin Costner, pasando por Arnold Schwarzenegger, LL Cool J o Queen Latifah. Hollywood estaba presente. Los mismos famosos que se daban cita en los encuentros de Los Angeles Lakers durante la temporada lo hacían ahora en los partidos de MJ.

Competitividad en estado puro

Sin embargo, la presencia de celebrities y el entorno cinematográfico que rodeaba todo no restaba tensión y competitividad a los partidos. «Recuerdo especialmente un día en el que Reggie Miller y Michael Jordan, que tenían una rivalidad latente, se pusieron muy serios. Hubo un momento en el que los dos equipos sólo queríamos permanecer a un lado y ver el duelo. Empezaron a provocarse uno al otro muchísimo», cuenta Tracy Murray. Reggie Miller lo confirma. «Michael y yo solíamos ir uno a por el otro. Siempre quería estar en el equipo opuesto al de MJ. Mi objetivo en esos partidos era buscar algún punto débil del que poder aprovecharme cuando nos encontrásemos en la regular season o los playoffs. Aunque tengo que decir que nunca encontré ninguno porque él nunca tuvo defectos».

Ninguno de los jugadores se lo tomaba a broma. De hecho, todos querían ver si Michael Jordan iba verdaderamente en serio con eso de volver a las canchas o todo era una pantomima publicitaria para dar más bombo a la película. «Todo el mundo quería jugar y ver si Michael iba en serio. Y verdaderamente era así. Definitivamente iba en serio con lo de volver a jugar, ser otra vez él mismo y ganar otro three-peat», cuenta Tim Hardaway en la revista norteamericana. «Su objetivo era el three-peat y lo consiguió. Creo que además había algo en él que quería ver si todavía seguía siendo el mejor o si realmente había alguien que podía plantarle cara».

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