Puedes encontrar esta entrevista en número 1.477 de Gigantes, correspondiente a octubre de 2018, cuya edición digital puedes conseguir en nuestra tienda on-line.
Lo deja un mito y con él, buena parte de los mejores momentos de la historia de nuestro basket. Un jugador legendario, con la camiseta del Barça y de la Selección. Juan Carlos Navarro mira hacia atrás y hace balance de su trayectoria en esta conversación con Gigantes.
Gigantes: Como aficionado te hemos disfrutado de niño, de junior, de adulto, en diferentes contextos. ¿En qué momento de tu vida deportiva te has divertido más con el baloncesto?
Juan Carlos Navarro: Cuando eres joven disfrutas de otra manera, tienes una ilusión especial por ir cumpliendo etapas y soñar con llegar a ser profesional. Una vez lo consigues, el reto es trabajar duro para seguir entre los mejores… Y una vez te das cuenta que ya estás arriba y la gente te considera, casi se acaba la historia. Todo pasa muy rápido.
G: Cuando arranca tu carrera, juniors de Oro, debut en la Selección… ¿Erais conscientes de lo que se estaba construyendo, de hasta dónde podíais llegar?
N: No, seguro que no. Sabíamos que teníamos mucha calidad, pero aquella generación, sobre todo, se lo pasaba muy bien dentro y fuera de la pista.
G: Hablemos de la Selección y las finales olímpicasd ante Estados Unidos. Con la perspectiva del tiempo, ¿cómo se vivieron desde dentro? ¿Se llega a sentir de verdad que se les puede ganar?
N: Teníamos mucha confianza, pero de ahí a ganarles… eso eran palabras mayores. Ellos siempre han tenido auténticos equipazos, aunque sí es cierto que en algunas fases de esas finales les miramos a los ojos y les jugamos de tú a tú. Tutear a una Selección como la de Estados Unidos no lo puede hacer mucha gente.
G: Una estrella mundial como tú, ¿llega a ser consciente de lo que transmite? ¿de cómo hay gente a miles de kilómetros pendiente de lo que hagas y de lo que para ellos significas o se vive en un tipo de burbuja?
N: Siempre he tratado de ser yo mismo. Y así voy a seguir siendo. Seguro que mi figura ha tenido una relevancia o una
trascendencia especial en el mundo del baloncesto –más por lo que he leído o escuchado que porque yo mismo me
haya dado cuenta de ello–, pero nunca he sido una persona con un gran ego o de aquellos a los que les cambia la fama.
He tratado de ser el mismo que comenzó a jugar por una ilusión y así terminé mis últimos partidos de mi carrera, con la
ilusión de superar adversidades.
G: Siempre se ha dicho que eres un tipo introvertido, al que no le apasiona estar en los medios, pero la gente que te conoce habla maravillas de ti en las distancias cortas. ¿Compartes esa sensación, crees que hemos conocido al Navarro persona?
N: Soy un tipo transparente y cercano. No me gusta negarle una foto a un chico o una chica porque sé que eso les genera ilusión y alegría, pero sí es cierto que aunque nunca he sido muy amante de las entrevistas, la relación con la prensa ha sido de respeto mutuo. Ya lo dije en mi discurso en la rueda de prensa de despedida, que siempre me sentí bien tratado por vosotros.
G: ¿Llegaste a disfrutar de la época en la NBA? ¿Tuvo un componente de reivindicación, de sentir que podías estar ahí y de que pertenecías a ese basket o notabas que aquello no era para ti?
N: Básicamente, quería probar. Demostrarme de alguna manera que también podía jugar allí sin problemas. Fue una experiencia de la que no me arrepiento en absoluto, aunque ese tipo de baloncesto no me atrae tanto como el europeo. Aquí en cada partido te juegas algo, y más con el formato actual de Euroliga; allí todo forma parte de un show, muy bien montado por cierto, pero en el que si tu equipo no gana, no pasa nada. Es otra cultura. Ni mejor ni peor, distinta.
G: Siempre se dice que Navarro era talento puro, talento acompañado de un físico menos diferencial que el de otros jugadores. ¿Has notado una evolución en el juego durante tu carrera? ¿Has tenido que readaptarte a medida que avanzabas?
N: Claro que me he tenido que adaptar. El baloncesto que se juega ahora es más físico y menos técnico, aunque los jugadores con talento saben suplir sus carencias físicas con esa superioridad en el tiro, en la técnica individual o simplemente con su inteligencia dentro de la pista.
G: Hablamos muchas veces de valores de un club, de gente de la casa. ¿Cómo se explica lo que siente un jugador que es un emblema de una entidad como el Barça?
N: Creo que la relación que he tenido con el Barça, y que espero que siga durante muchos años, es de dependencia mutua. Ellos me han dado mucho y yo les he dado mucho también. Es el club de mi vida y sólo tengo buenas palabras por todos los años que he podido disfrutar del baloncesto al máximo nivel. Los malos momentos que hemos tenido, que han sido unos cuantos en mi última etapa, se olvidarán rápido y sólo se recordarán los buenos que, por suerte, han sido muchos también.
G: Has convivido con la crítica en algunos momentos de tu carrera, pero al mismo tiempo has saboreado el orgullo que sentía por ti un país entero. ¿Se ha sido justo siempre con tu rendimiento? ¿Notas el legado que dejas en nuestro baloncesto?
N: Bueno, siento el cariño de la gente y todo lo bueno que se ha hablado de mí, especialmente tras mi retirada, y eso te llena de orgullo. Cuando echas la vista atrás te das cuenta de todo lo que has hecho y hasta sientes un poco de vértigo. Sobre las críticas, qué te voy a contar, que hay que convivir con ellas. Forman parte de la carrera de un jugador y va con nuestro sueldo. Hablo de los profesionales.
G: ¿Ha habido algún momento en el que hayas estado cerca de jugar en otro equipo europeo? ¿Te hubiera apetecido probar algo diferente en Europa o sabías que cuando terminase la etapa en el Barça tu carrera lo haría también?
N: Sí he tenido ofertas de diversos equipos, pero siempre tuve claro donde quería volver, especialmente tras mi paso por la NBA. El Barcelona era y es mi casa y no quería nada más que volver a estar rodeado de los míos.
G: En el momento de colgar las botas, ¿da vértigo pensar en la retirada, en lo que viene después?
N: En los últimos dos años de mi carrera fue una pregunta recurrente en muchas de mis entrevistas. Claro que lo vas pensando. Sabes que tu físico no es el mismo,sabes que tu rendimiento tampoco, pero te adaptas a tus nuevos roles dentro del grupo. No
me gustaba pensar mucho en el tema, pero al final se dio y ahora mi carrera profesional ya es pasado, reciente, pero pasado.
G: ¿Te llegan a emocionar todos los homenajes que estás recibiendo o hubieras preferido poder recibirlos en cada pabellón, como Kobe o aquí Mumbrú?
N: Los reconocimientos y homenajes te dejan un sabor agridulce. Sientes mucha felicidad al echar la vista atrás y ver todo
lo que has conseguido, pero también cierta pena, ya que no puedes volver a calzarte las zapatillas para entrenar o jugar. No tuve
la despedida soñada, pero sigo en el baloncesto y trataré de ayudar desde mi nueva posición.
G: Ha sido un orgullo ser testigo directo de una trayectoria como la tuya. Si fueras un aficionado, ¿cómo crees que recordaremos la figura de Navarro dentro de muchos años?
N: Como la de un jugador que siempre disfrutó y trató de hacer disfrutar a la gente con lo que mejor sabía hacer. Defendiendo la camiseta de mi club y de la Selección a muerte y dejándome la piel. Con eso me doy por satisfecho.
Palabra de Pau
Inseparables, amigos, compañeros. Lo han sido todo en nuestro baloncesto. El destino y la casualidad quisieron que el último partido de Navarro fuera en el duelo entre hermanos Gasol, en el pasado mes de julio en Girona. Juntos disfrutaron como enanos. Ahora pedimos a Pau Gasol que describa en un párrafo cómo recordará a La Bomba como jugador. Esto es lo que relata a Gigantes: «Juan Carlos es un jugador irrepetible que nos ha hecho vibrar, disfrutar y amar al baloncesto gracias a su forma de jugar. Miles son los momentos que hemos compartido como compañeros desde que empezamos a jugar en el mismo equipo a los 16 años, con el Barça, con la Selección y con los Grizzlies en la NBA; por todos y cada uno de ellos me siento afortunado y agradecido. Hemos crecido juntos y siento una ilusión enorme de seguir compartiendo muchas más vivencias junto a él y a su familia a la que quiero como si fuera la mía. Se merece que lo homenajeemos y le devolvamos con creces todo lo que nos ha dado durante tantísimos años con su magia inigualable. Lo que le ha dado al mundo del baloncesto no se puede describir con palabras».
Una catarata de (merecidos) elogios
El mundo del baloncesto se ha volcado en el adiós de Navarro. ¡Hasta Curry, en una visita a París,reconoció que le copió ese triple imposible a una pierna! Un auténtico referente mundial. Hemos recopilado una serie de declaraciones de diferentes medios que demuestran la admiración que ha cosechado allá por donde ha pasado.
“El baloncesto no será el mismo sin él en la pista. Nuestra historia no hubiera sido la misma sin él. Seguro”. Jorge Garbajosa, presidente de la FEB.
“Cuando ‘La Bomba’ Navarro está en modo on no hay nada que hacer… Bueno sí, sentarse y sonreír…”. Marc Gasol.
“Magia. Talento. Puro espectáculo. Exhibición tras exhibición. Muchas gracias por hacer que tantos nos engancháramos a esto”. Ricky Rubio.
“Simplemente, irrepetible”. Álex Mumbrú.
“Ha marcado un camino para todos los que veníamos detrás, viéndole hacer jugadas increíbles”. Sergio Rodríguez.
“Unas veces rivales, otras compañeros y para siempre amigos. Se va ‘La Bomba’, pero queda la leyenda”. Felipe Reyes.
“Todos hemos querido hacer ‘la bomba’, pero nadie se acercaba a la de verdad”. José Manuel Calderón.
“Es el jugador con más recursos ofensivos de la historia de nuestro baloncesto”. Raül López.
“Es el ídolo de prácticamente el 99% de los chicos que han jugado al basket en España. Uno de los mejores de la historia de Europa”. Quino Colom, compañero en la Selección.
“Yo también entrené a Navarro, gracias Señor por el privilegio”. Javier Imbroda, seleccionador español en el Eurobasket 2001.
“Soy un afortunado por haber compartido todos estos años con él. Es irrepetible, es un privilegio haber coincidido en la historia”. Xavi Pascual, entrenador del Barça, tras el título de Euroliga’10.
“Es muy educado y siempre me saluda antes de los partidos, y después mete siempre más de veinte puntos. Hoy han sido veintiséis”. Bozidar Maljkovic, seleccionador de Eslovenia, después del oro de España en el Eurobasket 2011.
“Se lo he dicho siempre y es al único jugador en mi vida con el que lo he hecho: aunque hagamos un sistema para para que tire otro, si él lo ve claro, que no se lo piense y que tire”. Sergio Scariolo.
“Es un ganador y destaca por su tranquilidad en la pista. Para medirse a él hay que estar al máximo nivel, de otra forma es muy difícil competir con un jugador así”. Louis Bullock.
“Gran carrera. Anotador en los momentos claves”. Dirk Nowitzki.