Consciente era el escolta del Gran Canaria, Saulo Roman, de que el su equipo estaba ante una gran oportunidad de jugar la final del Endesa Junior después de muchos años fuera del top de élite en categoría junior. Quizá por eso, 7 de los primeros 12 puntos de su equipo fueron suyos en una semifinal, la primera en Guadalajara, que se presentaba tremendamente igualada y emocionante tras 10 minutos (16-16).
Tan sólo unos minutos después, la fe del conjunto insular seguía multiplicándose. Tras solventar los problemas de la zona 1-3-1 inicial del Barça, y con la entrada de Marcos Ortiz, con cinco puntos consecutivos, los canarios se escapaban con un parcial 9-0 para enfado de Alfred Julbe tras una antideportiva señalada a su equipo. La reacción blaugrana no se haría esperar. A partir de ese momento, la hiperactividad defensiva de los catalanes nublaría al Granca. Al descanso, el partido había dado un vuelco (33-36).
Junto a la dureza defensiva blaugrana, apareció otro problema para el equipo de Alexis Lombilla: el mal cuidado de la pelota. Al final del tercer cuarto, en un choque cada vez más decantado de color azul y grana, el Gran Canaria había perdido 22 balones. Al final del choque, acabaría con 26. Esa inseguridad que le provocaba en ataque estos dos apartados se reflejaba al comienzo del último cuarto (45-56).
En un último aliento competitivo, los canarios se pusieron a seis (56-62) pero entonces aparecieron Máxim Esteban (14) y Aleix Font (15). Con seis triples entre ambos, y uno final de Eric Martínez, se puso al cierre a un partido que devuelve a una final al Barça tres años después. La última fue en 2013….ante el Joventut. ¿Se repetirá la historia?
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