A’ja Wilson es, probablemente, una de las personas más felices del planeta. La jugadora estadounidense conquistaba la pasada madrugada el título de la NCAA femenina con su equipo, South Carolina, tras batir a Mississippi State por un marcador de 67-55. La jugadora firmaba 23 puntos y 10 rebotes y se convertía en la MVP de la Final Four, donde ha liderado a las Gamecocks con 36 tantos y 19 capturas en dos partidos. La recompensa a tres años de trabajo y a una apuesta muy arriesgada.
Wilson, considerada la número uno en el ranking de jugadoras de su generación, tenía en 2014 varias ofertas sobre la mesa para elegir destino universitario. La más apetitosa, la de la UConn, que le daba la posibilidad de ponerse a las órdenes de Geno Auriemma, uno de los entrenadores más laureados del deporte estadounidense, y militar en un equipo donde las probabilidades de éxito eran bastante altas.
Sin embargo, tras conseguir el campeonato estatal en High School con Heathwood Hall promediando 24,7 puntos y 13,9 rebotes por encuentro, A’ja Wilson se decantaba por la opción sentimental. Criada en Hopkins, S.C, a 20 minutos del campus de la Universidad de South Carolina en Columbia, se comprometía con las Gamecocks para conseguir besar la gloria con el college de su tierra. Por aquel entonces ya era un programa ambicioso bajo la batuta de Dawn Staley, leyenda sobre las pistas y actual seleccionadora de Estados Unidos.
«Recuerdo que escribí en twitter que quería ser como LeBron y traer un campeonato a casa, y ahora sé lo que se siente. El Estado ha hecho mucho por mí, y ahora se lo puedo devolver con un campeonato nacional. Ni siquiera puedo describir lo que se siente cuando haces algo así. Es un honor poder vestir estas palabras (South Carolina) sobre mi pecho», comentaba la jugadora tras el encuentro.
Ha tardado tres años en conseguirlo. En el primero, como freshman, promediaba 13,1 puntos y 6,5 rebotes para liderar a su equipo hasta la Final Four, donde caía en semifinales ante Notre Dame. Primera piedra en el camino. La pasada campaña, mejoraba sus registros, 16,1 puntos y 8,7 capturas por choque, pero en lo colectivo se quedaba algo más lejos de levantar el título: South Carolina cedía en el Sweet 16 ante Syracuse, después de haber perdido tan solo un partido en todo el año, ante UConn.
Y a la tercera, fue la vencida. Mejor temporada a nivel personal, con 17,7 puntos y 7,7 rebotes, y lágrimas de alegría tras conquistar finalmente el ansiado título para South Carolina. A’ja Wilson, que a sus 20 años es ya una realidad del baloncesto mundial, lloraba en el banquillo antes del final del encuentro, y tras el sonido de la bocina se derrumbaba atendiendo a los medios de comunicación. No siguió el camino fácil, pero la apuesta salió bien. Puede presumir orgullosa de haber llevado a su tierra a lo más alto. Dale al play y no te pierdas sus palabras.
https://youtu.be/GDHl01ZqYD0
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