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Guía NBA 2019/20: San Antonio Spurs, por Andrés Monje

Guía NBA 2019/20: San Antonio Spurs, por Andrés Monje

Memoria 2018-19
Balance: 48-34. Séptimos del Oeste. Eliminados en Primera Ronda (Denver, 4-3)
Eficiencia Ofensiva Ritmo Eficiencia Defensiva
112.2 (6º) 98.9 (22º) 110.5 (20º)
Ataque 4 Factores Defensa
53.4% (6º) % efectivo en tiros 52.8% (20º)
23.7% (24º) Tiros libres 22.5% (2º)
12.2% (1º) Pérdidas 12.2% (30º)
24.6% (29º) Rebote ofensivo 25.6% (6º)
Ataque Triple Defensa
28.6% (30º) Volumen 36.4% (16º)
39.2% (1º) Acierto 35.9% (19º)
Glosario de la Memoria 2018/19:
* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos anotados cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.
* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos de campo / Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el volumen total.
* Volumen de triples: porcentaje de lanzamientos (intentados o permitidos) de tres puntos sobre el total de tiros de campo/ Acierto de triples: porcentaje de acierto (propio o permitido) en lanzamientos de tres puntos.

 

La última vez que los Spurs no disputaron los Playoffs de la NBA posiblemente una buena parte de lectores de esta Guía aún no había nacido. Desde aquel 1997 han pasado ya 22 temporadas, todas ellas con presencia en la fase final para una franquicia abrazada a la leyenda. De lograrlo también este año, San Antonio batiría el récord de siempre en la Liga, que ahora comparte con los Nationals/Sixers (1950-1971). Su dinastía parece no tener fin.

Con cinco títulos y más de 200 victorias de diferencia sobre el segundo equipo que más ha ganado durante ese tramo (1228 triunfos de fase regular en esos 22 años, 56 de media por campaña), el bloque de Gregg Popovich parte este curso con el propósito de repetir lo logrado durante el último: superar las expectativas en un Oeste cargadísimo de talento. Y es que San Antonio no solo pisó la fase final sino que le forzó siete partidos a Denver, segundo mejor balance de su Conferencia, en Primera Ronda.

La franquicia respiró tranquila una vez Popovich (70 años) confirmó que seguiría en el banquillo, porque de su sabiduría y gestión parte el éxito colectivo. Sin embargo su verano experimentó una situación inesperada e incómoda, que tuvo como protagonista a Marcus Morris.

Los Spurs estaban muy interesados en él y se aseguraron de crear un escenario en el que pudieran darle la mid-level completa para convencerle. Lograron ambas cosas. San Antonio se desprendió de Davis Bertans, pero lo hizo a través de un sign&trade con Washington y Brooklyn también implicados, que enviaba a DeMarre Carroll a Texas y permitía a los Spurs reservar el dinero para Morris.

El jugador de hecho aceptó la propuesta de los Spurs (20 millones por 2 años). Pero días después se echó atrás y aceptó una propuesta de los Knicks, de menor duración (1 año) pero mayor salario anual (15 millones). Como resultado los Spurs no solo se quedaron sin Morris sino que perdieron a Bertans por el camino.

Más allá de sus elecciones de Primera Ronda del Draft (el interior croata Luka Samanic en el 19 y el alero Keldon Johnson en el 29), San Antonio aseguró la continuidad de Rudy Gay (29 millones por 2 año) y buscó cubrir la vacante dejada por Bertans (y Morris) con Trey Liles (5.5 por 1). No obstante, el equipo tendrá una novedad muy importante en su rotación.

Y es que Dejounte Murray no jugó un solo partido la pasada temporada, al sufrir una lesión en el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha durante un partido de pretemporada. Pero sí estará disponible para el curso actual, una fantástica noticia para un equipo que le tiene como pieza de valor para el futuro.

Vuelve el muro

Murray encabeza, de hecho, las esperanzas de renacimiento defensivo de los Spurs, después de que la franquicia tuviera su peor rendimiento atrás en dos décadas. La defensa ha sido el pilar esencial sobre el que se han construido los numerosos éxitos de los Spurs, algo más sencillo de entender a partir de este dato: en dieciocho de las últimas veintidós temporadas, San Antonio ha tenido su defensa en el Top 5 NBA. Una barbaridad.

Perder a la vez a Murray (extraordinario atrás, pese a su juventud), Danny Green y Kawhi Leonard lógicamente se hizo notar, pero Popovich puede rearmar de nuevo su defensa juntando a Murray con Derrick White, no solo dos ilusionantes piezas de futuro sino también una pareja que apunta a formar uno de los mejores perímetros atrás en toda la Liga.

Derrick White (Spurs); Foto: Mark Sobhani / Getty Images

Foto: Mark Sobhani / Getty Images

Teniendo ambos excelente acción sobre el balón, gran despliegue físico e inteligencia, la estructura puede mantener su identidad y proteger la zona confiando en el rendimiento de sus dos bestias exteriores, que apuntan a contener estrellas de perímetro y, de paso, a alimentar las pérdidas del rival y generar puntos fáciles. Esto último es importante.

La última campaña los Spurs fueron el conjunto que menos balones perdidos provocó (solo un 12% de las posesiones rivales) y el que menos pudo usar la transición (por debajo del 11% de sus jugadas). Dos datos que deberían cambiar con lo que significa tener a Murray de vuelta y dos que deberían permitir a San Antonio controlar mejor los partidos desde su rendimiento atrás.

Con el impulso exterior, será interesante ver hasta qué punto Popovich deja de lado sus formatos con dos grandes, con LaMarcus Aldridge y Jakob Poeltl compartiendo pista, ya que la muestra del año pasado tuvo muy poco éxito (-8 de net rating cuando coincidieron) y la llegada de DeMarre Carroll, valiosa por su versatilidad defensiva, parecer empujar a actuar definitivamente con quintetos pequeños, con solo uno de los dos interiores en cancha.

Exceptuando a Carroll, el técnico no cuenta con grandes especialistas en las alas pero esa circunstancia se camufla dentro de una estructura flexible y especialista en reducir agujeros: San Antonio es tradicionalmente un sistema que limita mucho los tiros del rival cerca del aro, las segundas oportunidades y los espacios libres desde las esquinas, promoviendo el uso del midrange. Es decir, cumple con éxito diferentes principios del dominio atrás. Con mejores recursos disponibles, el plan apunta a ganar consistencia.

Ataque contra la ciencia

La forma en la que Popovich resolvió el bajón defensivo de su equipo fue asombrosa. No ya porque lo hiciese en ataque, con un equipo liderado por LaMarcus Aldridge y DeMar DeRozan, dos anotadores ligados a la media distancia (la zona de tiro menos productiva), que en cierto modo también. Sino por unas formas llevadas al extremo.

San Antonio fue el equipo que menos lanzamientos intentó desde un metro o menos del aro (21.4% de sus tiros de campo) y el que menos triples lanzó (28.6%). A la vez, fue el que más ejecutó desde la media distancia (32%). Dicho de otro modo, fue totalmente en contra del paradigma analítico. Y sin embargo Popovich hizo de su ataque el sexto mejor de la Liga. El mago nunca dejará de hacer trucos.

Si bien los resultados no serán fáciles de mantener, el patrón en cuanto a estilo sí puede asemejarse. Con DeMar DeRozan entregado al rol de generador, con más peso creativo que nunca antes en su carrera, y LaMarcus Aldridge como receptor masivo al poste, los Spurs desarrollan un sistema particular. Un modelo con baja cantidad de pases (cuarto menor dato en la Liga) para reducir los errores y con el deseo de exprimir la zona que más va a ofrecer el rival (precisamente la media distancia).

DeMar DeRozan y Gregg Popovich (Spurs); Foto: Gary Dineen / Getty Images

Foto: Gary Dineen / Getty Images

Solo Aldridge y DeRozan intentaron más lanzamientos desde ahí (14.3 por partido) que diecisiete franquicias al completo. Con 34 años recién cumplidos, el nivel de autosuficiencia del primero a la hora de generar sus propios puntos sigue siendo digno de mención. San Antonio le concede espacio una vez mete el balón al poste y él solo produce las ventajas.

En realidad los Spurs llegan fácilmente a ‘áreas prohibidas’ (media distancia y poste bajo), para luego castigar desde ellas con dos especialistas, dos que cuidan bien el balón y saben cómo alimentar al resto. A pesar de su reducida circulación o bajo volumen en tiros de tres, los texanos fueron el mejor equipo de la Liga en porcentajes de triples tras recepción (41%). El sistema puede ir contra la ciencia, pero estando maravillosamente ejecutado también puede ser efectivo.

Ni Murray ni White son directores de juego ni desequilibrios desde el bote, por lo que DeRozan volverá a ser el director ofensivo real y Aldridge la referencia a la hora de ejecutar dentro un bloque ordenado, que tiene a Rudy Gay y Bryn Forbes como valiosos roles de complemento y solo se abre más al caos con su segunda unidad.

Es ahí donde Patty Mills y Marco Belinelli tienen más licencias creativas. También donde los Spurs experimentarán con Lonnie Walker y tratarán de explotar el talento de Poeltl en el juego 2×2. Será el banco de pruebas dentro de un equipo con menor desequilibrio que en sus años dorados pero el mismo sentido colectivo de siempre. Dirigido por uno de los más grandes técnicos de la historia de la Liga, suficiente para volver a contar con ellos. Y ya es toda una vida.

 Datos de lupa:

  • Colectivo:

Paciencia al poder: Los Spurs fueron el equipo con mejor porcentaje en los últimos siete segundos de posesión (43% de acierto).

  • Individual:

En situaciones de poste bajo, nadie en la Liga anotó más que LaMarcus Aldridge (9 puntos ahí por partido).

Situación salarial:

  • Salarios franquicia: 123.8 millones
    • Límite salarial: 109.1 millones
    • Impuesto de lujo: 132.6 millones
    • Mínimo salarial: 98.2 millones

Fuente: Basketball Insiders

  • Opción de jugador
  • Opción de equipo
  • Qualifying Offer
  • No completamente garantizado

Jugador a seguir:

Un seguro de vida en el poste bajo y la media distancia. LaMarcus Aldridge representa un enorme desahogo para un equipo como San Antonio, que le tiene como faro ofensivo y jugador muy autosuficiente a la hora de generar sus propios puntos. Habiendo sido All-Star en el Oeste en siete de las últimas ocho temporadas, su consistencia ha quedado de sobra probada. Con 34 años, su talento e inteligencia volverán a convertirle en uno de los interiores más sólidos de la Liga.

Foto: David Liam Kyle / Getty Images

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