El mundo de los NFT (tokens no fungibles), activos digitales orientados al coleccionismo, continúa creciendo y expandiéndose. Si hace poco hablábamos de NBA Top Shot, no son pocas las colecciones exclusivas que han ido naciendo. Y Tyrese Haliburton, junto otros jugadores, ha puesto una de ellas en boca del mundo NBA. Hace un tiempo, el jugador de los Sacramento Kings adquirió un avatar de la exclusiva colección Bored Ape Yacht Club. Esta consiste en 10.000 avatares de simios, todos ellos caracterizados de distinta manera, que fueron vendidos por un total de 24,3 millones de dólares en su lanzamiento.
Haliburton fue uno de los compradores en su momento y, tras un tweet de otro de ellos, el también NBA Josh Hart, apuntó que llevaría su avatar en sus zapatillas. Una promesa que cumplió a posteriori, convirtiéndose de esta manera en el primer jugador que lleva unas zapatillas NFT. Según explica Clutchpoints, el NFT más barato de la serie BAYC está valorado en 145.000 dólares. Una cifra que nos puede ayudar a hacernos una idea acerca del valor que pueden alcanzar las zapatillas de Haliburton al incluir su avatar, puesto que el suyo estará valorado probablemente por encima de dicha cifra.
First-ever NFT on-court??@TyHaliburton22 | @ankr 👟 pic.twitter.com/V4OYOPeyKZ
— Sacramento Kings (@SacramentoKings) November 4, 2021
Según explica be[in]crypto, cada propietario de una BAYC NFT obtiene una membresía de por vida para un club secreto solo para “Apes”. Un exclusivo grupo en el que además de Hart y Haliburton se encuentra Stephen Curry, quien pagó 180,000 dólares por uno de estos 10.000 simios digitales.
Before we play tonight I just want to acknowledge my ape is better than @TyHaliburton22 #ApeMustKillApe pic.twitter.com/pZfmusTfye
— Josh Hart (@joshhart) November 3, 2021
Polémica con las NFT
A pesar de la aparente sencillez del proceso de comprar activos online y el desconocimiento que todavía rodea a este mundo, el debate alrededor de los mismos también ha ido creciendo de la mano de su expansión, debido a la huella de carbono que dejan. Así lo definía ElDiario.es en un artículo: «El gran consumo energético es una de las grandes críticas que arrastra la tecnología blockchain, las cadenas de bloques en las que se registran los NFT. Además del dinero que mueve sin pasar por ningún tipo de regulador financiero, de las estafas o de los avisos de que las criptomonedas no son dinero sino un activo de inversión «de alto riesgo» por su «alta volatilidad», el impacto medioambiental es otro de los muertos en el armario que la hacen tan controvertida. A saber: la red Bitcoin consume en un año la misma energía que Noruega, según el Índice sobre consumo eléctrico del Bitcoin de la Universidad de Cambridge, la principal fuente sobre esta problemática».
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