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Guía NBA 2018/19: Miami Heat, por Andrés Monje

Guía NBA 2018/19: Miami Heat, por Andrés Monje

Memoria 2017-18
Balance: 44-38. Sextos del Este. Eliminados en Primera Ronda (Philadelphia, 4-1)
Eficiencia Ofensiva Ritmo Eficiencia Defensiva
104.5 (20º) 97.7 (26º) 104 (7º)
Ataque 4 Factores Defensa
52% (14º) % efectivo en tiros 50.7% (7º)
22.9% (24º) Tiros libres 27.4% (24º)
14.5% (19º) Pérdidas 14.3% (14º)
21.5% (19º) Rebote ofensivo 21% (6º)
Ataque Triple Defensa
35.8% (7º) Volumen 31.7% (7º)
36% (17º) Acierto 36% (13º)
Glosario de la Memoria 2017/18:
* Ritmo: posesiones cada 48 minutos / Ef. Ofensiva: puntos anotados cada 100 posesiones / Ef. Defensiva: puntos recibidos cada 100 posesiones.
* Porcentaje efectivo: une valores en tiros de dos y triples / Tiros libres: porcentaje de tiros libres (lanzado o recibido) sobre el total de lanzamientos de campo / Pérdidas: pérdidas de balón (propias o provocadas) cada 100 posesiones / Rebote ofensivo: Capturas de ataque (conseguidas o permitidas) sobre el volumen total.
* Volumen de triples: porcentaje de lanzamientos (intentados o permitidos) de tres puntos sobre el total de tiros de campo/ Acierto de triples: porcentaje de acierto (propio o permitido) en lanzamientos de tres puntos.

miami

El curso pasado los Heat pisaron la fase final y por el camino recuperaron a Dwyane Wade, símbolo de la franquicia. A pesar de la eliminación a las primeras de cambio en Playoffs, ante unos Sixers con más poder de desequilibrio, Wade regaló (con 36 años) dos partidos espectaculares y la sensación de grupo en Miami fue fantástica.

Y es que lo que definió y va a seguir definiendo a los Heat es su comportamiento como unidad, como bloque de cinco hombres ajeno a excentricidades y agarrado a todo lo relacionado con lo físico y defensivo. La labor de Erik Spoelstra sigue siendo sensacional en un equipo que lleva totalmente su sello y acumula tres años seguidos integrando el top 7 defensivo en la Liga. Viendo al equipo en acción sorprende poco.

La defensa de los Heat cubre prácticamente todo el espectro de necesidades, resulta muy eficaz bajo el aro (62.1% permitido al rival, tercer dato más potente de la Liga), limitando segundas oportunidades (top 10), reduciendo el volumen de triples (top 10) y tanto en transición (sí, también top 10) como a media pista, donde su estructura de ayudas resulta sobresaliente. Además es uno de los conjuntos más físicos e incómodos de la NBA.

A pesar de contar con Hassan Whiteside y el joven Bam Adebayo, dos presencias interiores efectivas para proteger el aro (ambos permitieron un 56% de acierto al adversario ahí), Miami demostró que incluso sin perfil de cinco nato tiene mimbres para ser una pesadilla atrás. El motivo es que jugadores como Josh Richardson, Justise Winslow y James Johnson son los que más y mejor marcan la estructura de Spoelstra y, en realidad, la cultura de los Heat que tanto adora Pat Riley: extrema preparación física y cuidada atención a lo colectivo.

Whiteside es un caso comprometido dentro del organigrama puesto que su relación con el técnico tocó fondo meses atrás, mostrando (públicamente) malestar por su cantidad de minutos y el uso que tenía dentro del sistema. Riley llegó a intervenir en verano, motivado por dos aspectos: primero, Whiteside sigue siendo un recurso valioso ante determinados rivales (que no todos); y segundo, tiene que percibir 52 millones de dólares en dos años y Miami no tiene forma de colocarlo en el mercado.

La solución es compleja, tanto por el carácter del jugador como por sus problemas para sobrevivir en pista ante rivales versátiles (solo 15 minutos de media ante los Sixers en la fase final). Tanto que si Adebayo progresa adecuadamente en su segundo año, los días de Whiteside en Miami pueden estar sentenciados.

La tela de araña

Sería mejor para Miami tener a Whiteside involucrado pero los argumentos defensivos del bloque se edifican, en realidad, sobre otros pilares. En concreto a partir de la versatilidad y calidad defensiva del trío que componen Richardson, Winslow y Johnson, que da pie a un enorme abanico de formatos y transmite un lenguaje corporal potente y constante atrás. Son animales en lo suyo.

Johnson (también vital en ataque como generador de juego) es posiblemente la clave de la estructura atrás, porque su capacidad para defender también a interiores (y no solo a aleros de distintos tipos) permite un salto cualitativo cuando se habla de usar quintetos pequeños y muy móviles, pero tanto Richardson (24 años) como Winslow (22) poseen también un elevado impacto atrás, tanto a la hora de marcar a su par como al endurecer la tela de araña del sistema de Spoelstra. Sus ayudas llegan puntuales, condicionan mucho espacio y la exigencia física que plantean acaba colapsando la zona de cuerpos. Los Heat son un equipo que agota al rival.

Tanto Richardson como Winslow permitieron un 62% en el aro, dato excelente para tratarse de jugadores de perímetro, con el añadido de que el primero bajó un 7% (con respecto a la media) el acierto del rival a tres metros o menos de canasta y el segundo redujo un 8% la efectividad del adversario en triples.

Su despliegue físico e inteligencia marca el camino en un equipo que tuvo a sus seis de sus siete quintetos más usados durante la temporada en 104 puntos recibidos por 100 posesiones, dato equivalente a una de las siete mejores defensas de la Liga. Esté quien esté en cancha, el rendimiento atrás es fiable.

Importante para la evolución del plan va a ser la seguir la respuesta de Kelly Olynyk como cinco, ya que con su capacidad para tirar de tres y lectura de juego permite generar un buen espacio ofensivo. Spoelstra empleó más de 1100 minutos al canadiense como único interior y el equipo tuvo resultados globales positivos (+5 puntos por 100 posesiones) pero defensivamente pobres (110 encajados).

La solución de Olynyk requiere, a su vez, un mayor compromiso de rebote por parte del grupo de aleros e incluso el perímetro, ya que uno de los aspectos sobre los que se vertebra el éxito defensivo actual en Miami parte de la reducción de concesiones cerca del aro y segundas oportunidades.

Cuchillos a medio afilar

A estas alturas sabes que Miami es un excelente equipo defensivo. La clave para que no sea parte activa de la élite está, efectivamente, en el otro costado. Y el motivo de fondo puede parecer simple pero no está exento de razón: faltan jugadores que desequilibren y representen una solución consistente a contextos atascados.

Goran Dragic es quien más se ajusta a ese molde pero, siendo muy útil, no es suficiente como sostener todo el peso ofensivo del equipo. Por eso, para tratar de paliar esa carencia, Miami dispone de un plan colectivo bien definido. Los Heat fueron el quinto equipo que mayor número de penetraciones hizo el curso pasado y uno de los diez mejores en acierto. Y con Dragic, Dion Waiters, Tyler Johnson y Dwyane Wade (que coqueteó con la retirada) en plantilla, lo tienen todo para repetir.

Foto: Issac Baldizon / Getty Images

Miami usa formatos de cuatro hombres abiertos, en ocasiones incluso cinco, punto inicial sobre el que construye secuencias de su backcourt que ‘rajan’ la defensa. Ocupando bien las esquinas (tercer mayor volumen de triples desde ahí), fijan a defensores rivales. Y con sistemas de 2×2 en el triple aprovechan ventajas para mandar a cualquiera de sus jugadores de perímetro a dividir la zona. De ahí el balón suele circular hasta encontrar el tiro abierto, generalmente de tres (séptimo volumen de intentos más elevado). ¿El problema? Pese a ser un equipo concebido para ejecutar tras esas ventajas, no es un conjunto que destaca por su acierto. Es decir, la idea es óptima pero falta efectividad a la hora de ejecutarla.

El equipo de Spoelstra tuvo a Tyler Johnson, Winslow, Olynyk, Richardson, Dragic y Wayne Ellington por encima del 37% de acierto en triples tras recepción. Y a esa baraja debe sumarse Waiters. Sin embargo de entre todos ellos únicamente Ellington (inteligentemente renovado este verano) representa un factor de intimidación como hombre para jugar siempre sin balón. Teniendo hombres para hacer nacer el sistema de ataque, faltan verdaderos especialistas para cerrarlo.

Siendo Miami un equipo que prescinde normalmente de transiciones (buscando moderar siempre el ritmo), de balones al poste bajo (para atacar siempre de cara al aro) y aclarados (no cuentan con un gran dominador individual), el sistema necesita mejores especialistas, otra estrella ofensiva que pueda dar un paso adelante o devolver a Wade una década atrás.

Hasta entonces, la variedad de ‘bases’ es muy alta y la implicación de los jugadores en la ofensiva total, lo que hace atractivo el plan, pero los resultados resultan difíciles de levantar. De la capacidad de hacerlo depende en gran medida el éxito de Miami, porque todo parece indicar que atrás volverán a ser una fuerza.

 Datos de lupa:

  • Colectivo:

El 90.8% de los triples de Miami llegaron tras asistencia, segundo dato más alto NBA.

  • Individual:

Goran Dragic acumula nueve temporadas seguidas con porcentajes superiores al 60% finalizando en el aro.

Situación salarial:

  • Salarios franquicia: 126.9 millones
    • Límite salarial: 101.8 millones
    • Impuesto de lujo: 123.7 millones
    • Mínimo salarial: 91.6 millones

Fuente: Basketball Insiders

  • Opción de jugador
  • Opción de equipo
  • Qualifying Offer
  • No completamente garantizado

Jugador a seguir:

Uno de los mejores finalizadores cerca del aro que ha visto la Liga en la última década. Tremendamente rápido y hábil al finalizar. Goran Dragic ejerce como líder por su competitividad y experiencia, además de ser el jugador que más responsabilidades ofensivas asume en el sistema, dado que es el hombre más productivo desde el bote que tiene Miami. El ‘Dragón’ sigue siendo, con 32 años, muy bueno en sistemas basados en atacar la zona.

Foto: Rob Foldy/Getty Images

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