En junio de 2019, Toronto Raptors sorprendía al mundo entero proclamándose campeón de la NBA, ganando a los poderosísimos Golden State Warriors de Steph Curry, Kevin Durant, Klay Thompson o Draymond Green. Liderados por Kawhi Leonard, en la primera temporada en el banquillo de Nick Nurse, y con tres españoles en el vestuario, la franquicia canadiense se llevaba el anillo. El primero de su historia, con una plantilla joven, pero profunda, con un Masai Ujiri confirmado como el mejor ejecutivo de la NBA y la ilusión de todo un país detrás. Cinco años y medio más tarde, Toronto está más cerca de Detroit que de luchar por el top-3 de la conferencia Este. Cinco años de decisiones erróneas, mala suerte y que han desarmado un proyecto.
🚨 Los Toronto Raptors han traspasado a OG Anunoby a los New York Knicks a cambio de RJ Barrett e Immanuel Quickley, según informa @wojespn pic.twitter.com/mx2h9fi2Q9
— Gigantes del Basket (@GIGANTESbasket) December 30, 2023
La salida de OG Anunoby es el golpe final a aquel equipo. El británico, que no jugó los playoffs de 2019 por una apendicitis, pero era parte clave en la rotación durante la temporada regular, pone rumbo a New York. A cambio, dos jóvenes como RJ Barrett, héroe local, y el base Immanuel Quickley, de 23 y 24 años respectivamente. Enlazan mejor en la línea temporal de los Raptors alrededor de Scottie Barnes, el pilar fundacional sobre el que tienen que construir de cara al futuro. Y puede no ser el último movimiento de unos Raptors cuyo principal problema los últimos años ha sido no tomar una decisión sobre qué rumbo elegir: competir o reconstruir. Y el récord actual, 12-20, puede forzar la decisión en la gerencia. Porque competir ahora mismo no es viable, y más vista la derrota ante los Pistons, que sumaban 28 partidos seguidos sin ganar.
De aquel equipo campeón solamente queda un jugador: Pascal Siakam, y su futuro puede estar en el aire. Según publicaba Adrian Wojnaroswki, los Raptors siguen analizando el mercado a cambio del camerunés, escuchando ofertas, tras la salida de OG Anunoby. Cinco de ellos se fueron gratis: Kawhi Leonard y Danny Green en 2019, Marc Gasol y Serge Ibaka en 2020, y Fred VanVleet este pasado verano. También Nick Nurse hizo las maletas, igual que su staff, Sergio Scariolo, Adrian Griffin, Phil Handy o incluso Nate Bjorkgren, aunque volvió tras un año en Indiana. Solo por tres jugadores han sacado Toronto Raptors beneficio a nivel jugadores, Kyle Lowry (Achiuwa y Dragic), Norman Powell (Gary Trent Jr) y ayer mismo, por OG Anunoby, el mejor retorno posible. Cinco años y ocho de los nueve jugadores más importantes han salido sin prácticamente recibir nada a cambio.
El problema ha sido de la gerencia. Los una vez vitoreados Masai Ujiri y Bobby Webster han pasado a ser el mayor enemigo de los propios Raptors, que suman otro año más sin récord positivo. En 2020, el año de la burbuja, fueron el segundo mejor equipo de la NBA, aunque cayeron en semifinales ante Boston. Desde entonces, 27-45 en el año de Florida, 48-34 en 2022 y un mediocre 41-41 el curso pasado. La temporada 2021 es un asterisco gigante en el historial de los Raptors, que tuvieron que mudar su sede a Tampa para jugar por culpa de la pandemia y las fronteras cerradas en Canadá, y como consecuencia, han logrado la única buena noticia en cinco años: Scottie Barnes. Pero tampoco se han atrevido a darle las llaves del equipo, al menos todavía.
Pese a ganar el premio al novato del año en 2022, el equipo de 2023 seguía girando alrededor de Pascal Siakam y Fred VanVleet. Y lo que empezó siendo un año mediocre, y apuntaba a reventar el proyecto en febrero, acabó siendo una apuesta all-in con la llegada de Jakob Poeltl, exjugador de los Raptors. El problema era la situación contractual de Toronto Raptors: además del pívot, VanVleet y Gary Trent Jr. (usó su opción de jugador) eran agentes libres, y tanto a Siakam como a Anunoby les quedaba un año de contrato. Lo apostaron todo a un proyecto que ni puede competir con los cocos del Este, ni tiene la estabilidad contractual para ser considerado a largo plazo. Quisieron seguir compitiendo en lugar de rodear a Barnes en su crecimiento, pero no fue atrevimiento sino miedo. Miedo a perder.
El tiempo pone a todos en su sitio, y los Raptors merecen estar duodécimos en el Este. No son el duodécimo peor equipo, para nada, pero la concatenación de decisiones tomadas por la gerencia, la mayoría conservadoras o en la dirección incorrecta, les ha llevado a esta realidad. A caer muy por detrás de los Bucks, Celtics, Sixers o Heat de turno, y ver como proyectos como Knicks, Cavaliers, Magic o Pacers les han adelantado por la derecha en los últimos años. Solo hace cinco que Toronto Raptors fue proclamado campeón de la NBA, y anoche perdieron ante el peor equipo de la historia. Tenían bajas y era segunda noche de back-to-back con viaje, sí. Pero los últimos cinco años de los Raptors han sido mediocres, y les han llevado hasta aquí.
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