Leyenda del baloncesto europeo, siempre ha vivido de los retos, de marcarse objetivos motivadores… Desde noviembre es el entrenador jefe de una China a la que quiere devolver a sus mejores tiempos.
En esta conversación, Djordjevic habla con entusiasmo del honor que supone representar al país asiático; de la Selección española, a quien vuelve a ver favorita para ganar el Mundial; del fichaje de Willy Hernangómez por el Barça; y de su ilusión por entrenar algún día en España.
Gigantes: ¿Qué importancia ha tenido Yao Ming en su adaptación y la de su equipo técnico en China?
Sasha Djordjevic: Desde el primer día que la federación china tomó la decisión de contar con nosotros, ya nos pusimos a hablar. Yao es una persona exquisita, una persona con mucho conocimiento del baloncesto, chino, del asiático, pero también el mundial, porque viene de una experiencia como jugador muy importante, de estrella absoluta en la NBA. Su manera de hablar, de conocernos, de intercambiar opiniones… nos ha permitido llegar a un camino en común que los dos pensamos que puede propulsar al baloncesto chino hacia adelante, hacia arriba. Esa es mi obsesión personal. Como siempre, es un desafío personal. Tenemos limitaciones con el idioma porque muchos jugadores no hablan inglés. De hecho tenemos un traductor que siempre está con nosotros, pero poco a poco nos hemos ido conociendo. También ha ayudado mucho el cariño. Hemos sido recibidos con los brazos abiertos. Estoy dando todo lo que tengo y todo lo que sé para mejorar el baloncesto chino.
G: En el país más poblado del mundo las posibilidades de encontrar una ‘pepita de oro’ tienen que ser enormes, ¿es así?
S.D.: Sí, tienes que pensar que tienen concentraciones de jugadores en cada región hasta que consiguen llegar a ser profesionales y llegar a la CBA. Para poner un ejemplo, en una competición escogí a un jugador joven que nunca había estado en una selección del país.
G: Le vio algo…
S.D.: Sí, eso, le vi algo, y a partir del trabajo que nos pidieron, de ver y proponer otras cosas, el chico (Cui Yongshi) pasó de estar metiendo 3 puntos de media por partido en la primera ventana, a meter 17 y ser nombrado mejor jugador joven del campeonato. Todo el mundo se dio cuenta de la calidad que tiene. Ahora está en la lista de dieciocho jugadores y, como les he dicho a todos, les estoy dando la oportunidad de ganarse un puesto para ir al Mundial.
G: Hace unos años me dijo que, cuando llegaba a un equipo, el hecho de ser Sasha Djordjevic le permitía que los jugadores le respetaran por su nombre durante un par de semanas, pero que a partir de ahí tenía que empezar a demostrarles su capacidad como entrenador. ¿Sigue siendo así?
S.D.: Eso te lo dije hace mucho tiempo. Ahora el trabajo del entrenador es muy complejo. La mayoría de mis jugadores no sabe quién fui como jugador. Me aprecian mucho en la federación, Yao y las demás personas que trabajan ahí, pero no soy de los que van enseñando vídeos de lo que hice, ni tampoco les digo que fui jugador. Yo empiezo a ganármelos humanamente, luego les pido que trabajen, y a partir de ahí construimos algo juntos.
G: Han programado partidos de preparación con Selecciones muy potentes (Eslovenia, Italia, Alemania y Serbia). ¿Por qué ha querido medirse con equipos tan fuertes antes del Mundial?
S.D.: No tenemos mucho tiempo para adaptarnos, no teníamos mucha opción. El baloncesto que se juega en China es muy distinto. Primero, juegan 48 minutos. Cualquier ventaja o desventaja que tiene un equipo en un partido puede cambiar. Por eso tenemos que adaptarnos a las reglas del juego, a un juego más limpio, a un juego de piernas, no de brazos, no de agarrar. Hay que evitar hacer faltas innecesarias y ciertos hábitos que sólo pueden corregirse con estos partidos. Escogiendo estos rivales tan fuertes, los jugadores aprenden mucho.
G: El Mundial lo empieza contra Serbia el día de su 56 cumpleaños (26 de agosto)…
S.D.: Menudo regalito… Estoy muy orgulloso de representar a ambos países y haber sido escogido por China como seleccionador. Para mí es un honor. Seguramente las emociones estén ahí, pero ya soy bastante mayor para saber esconder estas cosas.
G: Es un profesional…
S.D.: Exacto, y esa es la palabra que quiero y uso mucho: “profesionalidad”. Hay otros conceptos, como belleza o felicidad que no se pueden medir, pero la profesionalidad sí, por eso me gusta mucho.
G: Del Mundial ¿qué espera? Teniendo en cuenta que va a ser en tres países asiáticos diferentes…
S.D.: Será especial, sin duda, pero el de China también lo fue y se viajó mucho más de lo que se va a hacer entre Indonesia, Japón y Filipinas. En China perdimos contra España y a la mañana siguiente tuvimos que viajar. Eso lo cambia todo. Pero sobre todo va a ser particular porque va a haber muchas estrellas, muchos jugadores que van a querer hacer campeones a sus equipos, como España, Francia, Eslovenia, Grecia y Serbia, por no hablar de Estados Unidos, Alemania y Canadá. Puede que haya sorpresas de países africanos, como Sudán del Sur, que es muy fuerte, y los equipos caribeños, como Puerto Rico, Dominicana o Venezuela, siempre quieren dar alguna sorpresita.
G: Nadie habla de Letonia, ¿le parece que pueden ser los tapados?
S.D.: Sí, no se habla mucho de ellos y son muy buenos. Jugamos contra Letonia en 2017 y fue un partidazo. Tienen grandes tiradores. Lituania puede estar ahí también, aunque a lo mejor un poco menos. La fuerza de estos equipos es el grupo y eso es lo que cuenta al final.
G: Entonces ¿cree que España puede seguir estando ahí a pesar del relevo generacional?
S.D.: Pero cambio de generación, ¡dónde! (risas).
G: Hombre, ya no está Navarro, ya no está Pau, ya no está Marc, el Chacho…
S.D.: … pero siguen Rudy y Llull. Los jefes están ahí.
G: Bueno, y con Scariolo, entrenador suyo en el Real Madrid y Bolonia… ¿Qué aprendió de él?
S.D.: Muchísima profesionalidad, preparación, detalles para el partido. Somos amigos y me alegra su éxito y lo que está haciendo porque le tengo cariño. Cada mañana venía a trabajar con una profesionalidad ejemplar.
G: Hablando precisamente de España, qué le diría a Willy Hernangómez, recién fichaje del Barça y reconocido madridista.
S.D.: Bueno, él ha escogido su camino, es un profesional y las emociones van aparte. Hay que poner la profesionalidad por delante, nada más. El mundo funciona así y este tipo de cambios ocurren y hay que vivirlos con normalidad. Lo importante es cómo ayudas a tu equipo a ganar partidos y títulos.
G: ¿Qué le pareció la Final Four de Kaunas? ¿Le sorprendió que ganara el Real Madrid? Para mucha gente el Barça volvía a ser el favorito.
S.D.: Bueno, ya sabes cómo veo yo eso de los favoritismos. Es más cosa de aficionados y periodistas. Cuando una competición empieza, ya no hay favoritos. No me sorprendió porque el Real Madrid tiene una calidad enorme. Desde el club transmiten valores y liderazgo y además tienen un entrenador como Chus Mateo, que para mí es un amigo, y me alegré muchísimo por él. También tienen directivos con muchísima experiencia. El Real Madrid es el Real Madrid. Ganaron porque se les puso delante la oportunidad y la aprovecharon.
G: Sabe perfectamente lo que se le admira en España, ¿intuye que en algún momento de su carrera entrenará en nuestro país?
S.D.: Creo que sí. Lo intuyo. Ojalá. Por qué no. Sabes cómo soy, me conoces bien. Voy buscando siempre nuevos desafíos. España es un país al que le tengo mucho cariño y España a mí… entonces, por qué no. Si llega la oportunidad, la recibiré con los brazos abiertos.
Entrevista publicada originalmente en el número 1.535 de la revista Gigantes en la edición papel