Ha sido uno de los nombres del cierre de mercado. Kristaps Porzingis no seguirá en los Dallas Mavericks y pondrá rumbo a Washington.
Este ha sido el movimiento:
A Dallas: Spencer Dinwiddie, Davis Bertans
A Washington: Kristaps Porzingis
El análisis del traspaso, por Andrés Monje:
Para Dallas: Los Mavs se deshacen del letón para recibir dos armas de perímetro pero, ojo, con contratos de volumen también garantizados. Lo económico es importante aquí, porque Bertans (32 millones garantizados los dos próximos cursos y otros cinco para el siguiente) y Dinwiddie (18 millones la siguiente campaña y 10, de sus 18 totales, para la posterior) no flexibilizan las cuentas. En lo deportivo, la apuesta es sorprendente porque, si bien Porzingis se había perdido hasta ahora el 40% de los partidos (problema habitual con él), lo recibido a cambio es un base con su lanzamiento exterior totalmente perdido tras la grave lesión de rodilla que padeció y un alero viviendo su peor año en ese mismo apartado. Bertans tiene un encaje sencillo como arma de espacio junto a Doncic, pero su 31% de acierto en triples tras recepción este curso es preocupante. Dinwiddie es un buen director de juego… en un equipo con Doncic y Brunson para ese mismo rol. Y siendo su lanzamiento tras bote muy pobre, la esperanza es que levante su 34% al triple catch&shoot para poder coexistir con Brunson en tramos sin Doncic. Movimiento arriesgado para los Mavs, porque sin liberar las cuentas han comprometido su encaje deportivo. A no ser que den por perdido a Brunson en verano. Para completar el movimiento, por cierto, los Mavs han cortado a Moses Brown.
Para Washington: Para los Wizards es un buen reinicio, una buena pieza sobre la que construir y tratar de convencer a Bradley Beal para que comprometa su futuro con la franquicia (que en el fondo es la prioridad de la organización). Quitarse el contato de Bertans es un acierto, más en una rotación en la que había perdido el sitio. Y el rendimiento de Dinwiddie no había convencido tanto como para no reiniciar, más contundentemente, con un Porzingis que a priori puede gozar de mayor protagonismo en Washington y tendrá un guardaespaldas como Gafford, buen reboteador y protector de aro, en el puesto de cinco. Permitiéndose adoptar su papel preferido, el de cuatro.
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