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Cuando los Bobcats traspasaron a Walter Herrmann y éste se enteró en un calentamiento

Cuando los Bobcats traspasaron a Walter Herrmann y éste se enteró en un calentamiento

Walter Herrmann recuerda lo ocurrido durante su etapa en la NBA: pasó de un equipo a otro y se enteró cuando calentaba

El argentino Walter Herrmann fue una estrella en España tras su paso por Jabones Pardo Fuenlabrada, donde apasionó a la afición con sus mates y su poderío físico, y el Unicaja de Málaga, donde consiguió ser campeón y dar un enorme impulso a su carrera. Tras ello, siendo uno de los miembros reconocibles de la Generación Dorada de la albiceleste y habiendo conquistado la hoy conocida como Liga Endesa, se fue a la NBA. No a hacer las Américas porque él nació en Venado Tuerto, una población cercana a Santa Fe, pero sí a vivir el sueño de jugar en la mejor liga del mundo. Se lo tomó con tranquilidad, para probar, y con esa experiencia pudo coronar una carrera notable.

En la NBA este portento de 2,06 y más de 100 kilos que jugaba de alero y cogía el balón con una mano con una facilidad pasmosa pasó por dos equipos: Charlotte Bobcats y Detroit Pistons. De 2006 a 2009 duró su etapa en la Liga. Tras ello volvió a España, donde vive ahora con su familia, y pudo acabar su carrera en Argentina (aunque abruptamente, tras un problema de corazón ya solucionado). En Estados Unidos vivió una de esas situaciones surrealistas que van intrínsecas al mercado de traspasos.

En una entrevista con José Manuel Olías en Málaga Hoy repasa lo que ocurrió en aquel diciembre de 2007, en el que fue cambiado de equipo enterándose de esta forma:

«Yo estaba empezando el calentamiento de un partido y me paró el presidente de Charlotte para decirme que me habían traspasado a Detroit. Al día siguiente, a las nueve de la mañana, tenía un vuelo. Evidentemente, es un trastorno para todo el mundo. Pero ese día yo cogí el vuelo y no me tuve que preocupar de nada más. Se encargaron de la mudanza, de todo»

«Me hubiese encantado poder haber seguido jugando teniendo minutos. Si hubiese tenido minutos, me quedo hasta que me echen a patadas. Estuve año y medio en Charlotte; fiché por uno más uno y, como termino jugando, me terminaron aceptando la extensión. Y a mitad de ese año me mandan a Detroit. Y luego Joe Dumars me renueva. Podrían haber sido dos años, pero preferí uno para ver si jugaba. Como lo hacía poco, decidí volverme. Porque el jugador quiere jugar, en la NBA o donde estés»

Sobre la experiencia allí Walter Herrmann recuerda anécdotas y desmonta mitos:

«Lo ves todo tan natural… Mis amigos me iban a visitar y para ellos era impresionante y yo ya lo veía rutinario. En el segundo año mío en los Pistons traspasan a Billups y traen a Iverson. Y claro, yo estaba jugando con Iverson: mis amigos no se lo creían. Al principio impresiona, pero los ves cambiarse a tu lado y son todos iguales, somos jugadores. Jugar en Los Ángeles y ver a Jack Nicholson allí, saludarle y hablar con él. O conocer a Muhammad Ali. Pero no había ‘selfies’ entonces. Imagínate cómo tendría ahora la cuenta de Instagram»

«Es verdad que hay un mayor nivel físico allí. El entrenamiento es diferente. Pueden tener cuatro, cinco o seis meses de pretemporada si te eliminan pronto. Puedes disponer de todo, tienes todo a tu alcance para mejorar. Se hizo un mito con que no controlan el dopaje y no es así. Allí cuatro veces al año vienen y te puede tocar. Noté el salto físico, pero también técnicamente son extraordinarios. Lo que tiene la NBA es que hay cierto número de jugadores que son distintos. Estrella es LeBron, eran Kobe y Shaquille, o Duncan. Hay buenos, grandes jugadores. Pero hay un grupo que es distinto y no son tantos. Hay jugadores indefendibles.

Jugué contra Kobe alguna vez, me tocó defenderle. Recuerdo un partido que le ganamos a los Lakers en Charlotte, pero Kobe nos metió 58. Pasara quien pasara a defenderlo era imposible. Era un jugador de otro planeta. Pasa con Harden ahora, o con Curry. La liga es espectacular para jugarla, pero el concepto es diferente al FIBA: aquí se juega más en equipo, es más intenso (mejor dicho, duro más que intenso). Aquí se pega más, allá no puedes pegar tanto. Ahora cada vez se permite menos. Defender a una superestrella allí también es más complicado: le respiras cerca y es falta»

Walter Herrmann jugó 160 partidos de NBA, promediando 5,4 puntos en ellos.

 

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