Pese a hablar fluidamente serbio, esloveno, inglés y su materno čeština (checo) a Jan Vesely no le conocerás por sus palabras, no le conocerás por canastitas, sino por sus actos. Por su firmeza cuando toca hacer lo que a tantos le cuesta hacer. A la hora de ganar acciones que suman para ganar partidos. Y títulos. Las que sean, las que requieren más concentración, las que no conllevan tener el balón en la mano. Las que no se subrayarán como “jugada croasant” pero que nutren mucho más.
El runrún en el proceso de salida de Nikola Mirotic que no fue corriendo, corriendo, sino que se alargó semanas, en un momento parecía que podía afectar a la comunidad serbo hablante del vestuario blaugrana, leáse Kalinic, leáse Vesely. No debe ser sencillo digerir el cambio de escenario con la salida del entrenador criado parcialmente en escuela yugoslava (pese a ser lituano), la rescisión del líder ofensivo y jugador mejor pagado del continente y además el adiós a Cory Higgins. Para jugadores que llegaron a Barcelona con la convicción de competir por la Euroliga, la confusión les podía haber afectado. Fichaje de jugadores nacionales sin experiencia reciente en la máxima europea, más ayudantes españoles, un americano dos años sin jugar y un primer entrenador también por testar.
La respuesta competitiva de Vesely ha sido dar un paso adelante en liderazgo, empezar la temporada como acabó la anterior, con sus tiros anotados de media (oficios para el recuerdo), con su destacada sobriedad comunicativa, con su atención plena y además en el momento de llegar esta revista a rotativas, rotando desde los dedos del Checo, la bola dando las vueltas perfectas y firmando un 100% inmaculado desde el tiro libre, el gran caballo de batalla de la carrera de este hombre nacido en Ostrava.
Las derrotas tempranas contra el Real Madrid en Supercopa y en Liga ACB cuando aún apenas habían salido de tacos demostró que el equipo de Chus Mateo es una versión mejorada y lanzada del campeón de Europa, también que el Barça tenía un grupo de jugadores que no se conocían en las necesidades de mitad de los partidos. Pero perder en el Puente Aéreo siempre duele y los aficionados del FC Barcelona empezaron a mirar con ojos entrecerrados las decisiones y los tiempos muertos de Roger Grimau. De milagro los mismos que se quejaban del tono expansivo en la comunicación de Jasikevicius no iniciaron una crítica sobre el modelo opuesto…Las victorias consecutivas dejaron esa tentación aparcada.
Y en medio de la defensa, Jan Vesely, el otrora “Checo volador”, se desliza por el piso por un presente de 33 años, lo hace con velocidad para ser un 5 en el cuerpo de un 4 y medio, sin la explosividad de los mates reventones de sus años en Fenerbahce y en Partizan pero con la sabiduría de tantas defensas eficaces del bloqueo directo. El mejor defensor interior del 2×2 de la historia de la competición (Kyle Hines mediante). Los partidos ganados en El Pireo y en Belgrado, al calor del hogar, enseñaron a un Vesely determinante defendiendo a Milutinov (uno de los mejores pívots de este continente), defendiendo en flash, defendiendo en cambio y no dando medio paso fuera de dónde pedía cada acción de los últimos cuartos. La profesionalidad hecha eficacia es un cimiento de seguridad para todos sus compañeros. La tranquilidad de saber que él está detrás avisando el lado del bloqueo y saltando para reducir ventajas y camuflar posibles errores defensivos de los que visten como él. Eso es mucho.
La memoria es un grupo muscular a demanda, se dejan de usar resortes para explicar y justificar. Pocos recuerdan que Vesely en el Playoffs de cuartos de final de la pasada temporada asume que en su primera temporada con el Barça, si le han llevado y le pagan es por ser importante en ese momento, el de la verdad. En el 2º y 3er partido contra Zalgiris, saca el bisturí competitivo para diseccionar ambos partidos y cerrar la posible herida con 33 puntos y 20 puntos de valoración respectivamente. 33 era su mejor partido del año. Zalgiris fue 8º, la hazaña no parece grande, pero los dos años anteriores de Saras, se había llegado al 5º partido tanto con Zenit como con Bayern, Vesely marcó el camino de cerrar la serie sin espacio a la duda: 3-0. Pues después de esa serie y en la semana previa a la F4, contra Obradoiro, jugó 3 minutos y medio y sentarse con un agudo dolor en la zona lumbar. A una sola semana del partido por el que basculaba todo el proyecto Real Madrid-Barcelona, semifinales en Kaunas…
El resto es historia, Real Madrid ganó de 12, Barcelona tiró más triples en un partido que dobles, cambió de repente su filosofía de juego y Vesely que no jugó bien, llegaba muy justo, hizo unas declaraciones inusuales en él cargando las tintas sobre este tema del número de tiros exteriores…Salirse del plan establecido le dolió más que la espalda.
El Checo y sus compañeros, esquivando como podían los vaivenes derivados de ese momento, se equilibraron no sabemos cómo, volvieron a los básicos y completaron una final de Liga Endesa muy buena, donde Vesely volvió a ser importante tirando desde la esquina corta, desde 3-4 metros y tratando de que Tavares saliera de su radio de influencia. Así como acabó, ha empezado esta temporada.
Él sabe que encara las últimas temporadas de armonía entre sabiduría y el físico suficiente para la máxima élite en Euroliga. Cada día es más sabio, pero cada día quedan menos mates y tapone en sus rodillas. El Barcelona no sé si juega con la carta de tener menos presión por la salida de nombres y contratos enormes, pero ese escudo siempre exige mínimo la F4, pese a los Powers Rankings. Lo que importa, que es la clasificación de la última hora de los viernes noche, parece calcada de las últimas temporadas, el máximo rival blanco con el Barcelona y luego cada año se incorpora otro equipo (Olympiacos el año pasado, otros años el Efes). Todos saben que el cuádruple formato de Euroliga (liga regular+play in+playoffs a 5 partidos+Final4 a uno solo) no beneficia a quién lleva el peso del liderato de la regular pero lo que más seguridad da es ser contundente, ganar y convencer en el Palau Blaugrana y disipar dudas desde octubre. Y si hay alguien especialista en seguridad que no es famoso por sus palabras o sonrisas, ese es Jan Vesely, por sus actos le conocerás.
Foto: Getty Images
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